Karim Miské: Arab Jazz. Madrid:
Adriana Hidalgo, 2014. 378 páginas. Traducción del francés por Eduardo Betti.Título
original: Arab Jazz. Paris: Editions Viviane Hamy, 2012.
Los tenientes Rachel Kupferstein
y Jean Hamelot de la brigada criminal de Paris deben investigar el asesinato de
una joven en el distrito 19 de la capital francesa. El crimen parece revestido de
un carácter ritual ya que el cadáver aparece profanado por un insulto
religioso. Todas las pruebas parecen apuntar hacia el vecino de la víctima:
Ahmed Taroundant, un ermitaño en medio de la gran ciudad, antiguo paciente de
un hospital psiquiátrico y dependiente de las novelas policíacas de segunda
mano. Pero la intuición de Hamelot y (sobre todo) de Kupferstein desecha la
sospecha sobre él y ellos consiguen convertirlo en su principal colaborador en
las pesquisas por el multiétnico barrio en el que los conflictos entre judíos
utraortodoxos, salafistas y cristianos radicales son lo cotidiano. Sin embargo,
nada es lo que parece y los motivos de las consignas religiosas e incluso de
los principios de la fé son espurios y egoístas. Nada parece escapar al
objetivo del narrador: conflictos religiosos, luchas generacionales, corrupción
policial, organizaciones de crimen internacional, drogas de diseño, culpas
antiguas y la incapacidad de la mayoría de luchar contra el mundo que le rodea.
Miské quiere denunciar todas las formas de control del individuo, la religión,
las drogas, las instituciones psiquiátricas (que tanto le gustan a los
franceses en los últimos tiempos, como a Pierre Lemaitre -será culpa de
Foucault-) con las que la sociedad nos hemos dotado para doblegar la
disidencia. Miské opina que hay muchos individuos que saben utilizar estos
mecanismos para beneficiarse sin importarles el daño que puedan producir a los
demás. Aunque la novela comienza con un personaje que me pone los pelos de
punta: un outsider que lee compulsivamente novela negra y nos hace partícipes de
sus gustos musicales, y aunque los policías recuerdan demasiado el trazo
místico de Fred Vargas para el comisario Adamsberg, la novela gana peso cuando
desarrolla la trama del comercio internacional de drogas y de las extrañísimas
alianzas que se pueden forjar para hacerse millonario hasta convertirse en una
divertida denuncia de la mentira de la religión y de la crueldad del poder. Los integristas de las tres principales religiones del barrio forjan una extraña alianza con las fuerzas más turbias de la sociedad contemporánea.
Karim Miské. (Le Télégramme) |
Karim Miské, Abidjan, 1964. Ha trabajado como director de cine documental político y Arab Jazz es la primera novela que ha escrito, con al que obtuvo en 2012 el grand prix de littérature policière y en 2013 el Prix du Goélan Masqué. Su último trabajo, en 2013, es una serie para el canal Arte de cuatro episodios: Juifs et musulmans, si loin, si proches.
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