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Eddie Little: Un día más en el paraiso

Eddie Little: Un día más en el paraíso. Barcelona: Sajalín, 2019. 408 págs. Traducción del inglés (USA) por Javier Lucini. Título original: Another Day in Paradise. London: Jonathan Cape, 1997.


Bobbie Prins tiene catorce años. Buena planta, voracidad lectora, poco interés por la educación reglada, mucha necesidad de afecto y sexo y una desmesurada afición a cualquier tipo de drogas. Para mantenerse él y a su novia Rosie, una portorriqueña poco mayor que él, Bobbie da pequeños golpes reventando máquinas tragaperras y cosas por el estilo.
A Bobbie no le importa utilizar la violencia si es necesario. O lo que es lo mismo, está dispuesto a encajar una paliza de vez en cuando. Y eso es lo que le ha pasado en su último pillaje. Le han dado por todos lados.
El tío de algo parecido a un amigo le auxilia cuando lo encuentra maltrecho. El tipo en cuestión se llama Mel, un enorme trozo de ser humano, exmédico militar que vive también del latrocinio y del trapicheo a mediana escala.

El interés de Mel por Bobbie va más allá de las exigencias del juramento hipocrático y lo acoge para formarlo en el mundo del hampa y enseñarle las técnicas más avanzadas del saqueo de los años setenta.

Bobbie, Rosie, Mel y Sid (la talentosa novia de Mel) recorren Chicago, Denver, Indianápolis y la costa oeste dando golpes y alquilando sus capacidades al mejor postor. Bobbie conocerá a personajes singulares, como el traficante de armas-reverendo James Cook, o el gánster loco por los coches tuneados Billy Huesos, o el sociópata Jewels, forrado de oro y piedras de la cabeza a los pies.

Bobbie y Rosie pasan su juventud entre los atracos y los robos, las huidas y la dilapidación de los botines conseguidos: fiestas y hoteles lujosos. La dependencia de la heroína de la pareja es cada vez mayor y no desprecian cualquier otro estupefaciente que caiga en sus manos. Bobbie mata los ratos libres con la lectura de libros filosóficos, con especial querencia por los existencialistas y rara vez se pregunta por el futuro.

Pero la vida va muy rápida para ellos, los momentos de gloria pronto se esfuman y los tiempos de miseria y muerte comienzan a ser cada vez más habituales. Sin haber llegado todavía a la mayoría de edad, Bobbie ya conoce la prisión de adultos, la muerte de los más queridos, las dentelladas de la abstinencia y el dolor del desequilibrio mental.

Eddie Little forma parte del pequeño grupo de escritores de novela negra que fueron profesionales del crimen. Delincuentes como Clarence Cooper Jr. o Edward Bunker dejaron espléndidas páginas inspiradas en sus vivencias y andanzas. Eddie Little no desmerece a los maestros. El protagonista de este Bildungsroman es un trasunto del joven Little y buena parte de los personajes son rememoraciones de colegas y conocidos.
El valor, por tanto, de la novela está tanto en el realismo y la veracidad de las acciones descritas como en la capacidad de Little para entrar en contacto directo con el lector: le explica su vida sin justificarse demasiado, mostrándose como un crío inmaduro, desamparado en ocasiones, enfrentado a un ambiente durísimo, cargado de responsabilidades y peligros que sus capacidades intelectuales y afectivas juveniles están muy lejos de poder soportar.
Un lenguaje directo, una sucesión de aventuras y situaciones críticas dotan a la novela de un ritmo rápido que mantiene la tensión. Los personajes secundarios son valiosos hallazgos que ayudan a interpretar las debilidades del muchacho delincuente.
La sangre fría con la que afrontan las tribulaciones y la ausencia de justificación de los actos de cada uno de ellos, con sus códigos y su ética cambiante, son reclamos para disfrutar de esta novela evocadora.

www.goodreads.com
Eddie Little, Los Angeles, 1955 - 2003.
Escritor y periodista, su temprana afición por la lectura y la escritura no le salvó de llevar una vida marginal, que le llevaron a la dependencia politóxica desde su infancia y a la delincuencia. Comenzó su primera novela a los veinte años mientras cumplía una de sus numerosas condenas.
En 1997 publicó Another Day in Paradise, que fue llevada posteriormente al cine, lo que le granjeó cierta popularidad. En 2001 publicó su segunda novela: Steel Toes y comenzó a colaborar con una columna semanal para el periódico LA Weekly, en la que entrevistaba a delincuentes y mostraba el inframundo criminal angelino.
Murió de un infarto a los 48 años.

Don Winslow: La Frontera

Winslow, Don: La Frontera. . Madrid: Harper Collins, 2019. 957 páginas. Traducido del inglés (USA) por Victoria Horrillo Ledesma. Título original: The Border, Samburu Inc.


Después de luchar durante décadas contra los clanes sudamericanos de traficantes de drogas Art Keller, agente de la DEA, vuelve a los Estados unidos. Sus últimas acciones contra los cárteles mexicanos han sido tan sucias que se ha ganado la confianza de los políticos republicanos (saben tanto de él que podrán manejarlo a su antojo). Art Keller es nombrado director de la DEA.
Pero Keller no está dispuesto a dejarse mangonear. Tiene clara su estrategia para acabar con el tráfico de heroína, la vieja droga que ha vuelto a convertirse en el azote de los USA. Keller aboga por la legalización de la droga y por atacar a las fuentes de blanqueo de dinero de los traficantes. El problema es que eso le enfrenta a los intereses económicos blindados, protegidos por los políticos del congreso.
Además, un nuevo presidente ha llegado a la cabeza del estado americano, un histrión ultraproteccionista que quiere levantar un muro en la frontera mexicana y que no está dispuesto a oír ni a apoyar a Keller.

En México la Paz Sinaloa, consecuencia de la victoria de los Barrera sobre otros cárteles ha concluido. Los hijos de los antiguos jefes narcos han vuelto a las armas dispuestos a destruirse. Uno de los principales traficantes ha cumplido veinte años de condena y quiere recuperar lo que es suyo, y cobrarse los intereses. Rafael Caro ha vuelto a México a sacudirlo todo y no olvida quién fue el responsable de que pasara dos décadas en una prisión yanqui de alta seguridad aislado del mundo: Art Keller.
El antiguo agente de campo y ahora director de una de las agencias más poderosas del gobierno federal tiene un doble frente abierto: debe desenmascarar las conexiones económicas de los poderosos estadounidenses con el tráfico de drogas y debe volver a descabezar la hidra eterna de los cárteles: dos frentes que no solo se toleran sino que se alimentan el uno y al otro. Y que tienen otra cosa en común: quieren a Art Keller muerto.

Cierra Don Winslow el deslumbrante ciclo de la historia contemporánea del tráfico de drogas en América con esta novela. La Frontera tiene los mejor del Poder del Perro y El Cártel. Vuelve el narrador a fijar su atención en una plétora de personajes, cada uno de ellos una cara o una víctima del tráfico ilegal de drogas.
Ahora Winslow da la voz a los pequeños criminales cuya única forma de supervivencia es el trapicheo, y a los yonquis, despreciados por la sociedad y la política. Y a los niños inmigrantes, perseguidos por las maras y otras bandas y por los aparatos de represión de los movimientos fronterizos (auténticos negocios privados en los USA) y otra vez a los periodistas, asesinados, apaleados en México y mangoneados por el poder en el vecino del norte hasta convertirlos en caricaturas a ellos y a su oficio.
Y en esta última entrega Winslow ha decidido denunciar a Donald Trump y su abyecta cohorte reflejándolo en el personaje del presidente norteamericano de su novela, no hay interés en acabar con el tráfico de drogas, sino en mantener viva una guerra que produce enormes dividendos económicos que benefician a los millonarios dispuestos a dejarse corromper. Y dice Winslow que estos lo tienen muy fácil con la nueva administración.

Hay mucha tragedia en esta soberbia trilogía, obra maestra de la novela policial del siglo XXI, decenas de tramas armadas con habilidad para mantener la atención del lector y que la concentración no se diluya.
Winslow es un maestro y estas tres novelas pasarán a ser un documento lúcido de cómo vivimos durante el siglo XX. Esperemos que los lectores del futuro crean que todo esto es solo una imaginativa creación de un escritor bien dotado.

Don Winslow, New York, 1953. Estudió historia de África y periodismo en la Universidad de Nebraska. Vivió durante mucho tiempo en Sudáfrica antes de instalarse en Nueva York, donde trabajó como regente de salas de proyección de cine y como detective privado para acabar dedicándose en exclusiva a la escritura de novelas policíacas.

www.newsweek.com
De sus dieciocho novelas se han traducido las siguientes:
El poder del perroBarcelona, Random House, 2008.
El invierno de Frankie MachineBarcelona, Roca editores, 2010.
L'hivern de Frankie Machine. Barcelona, Columna, 2010
SalvajesBarcelona, Roca editores, 2011.
Muerte y vida de Frankie MachineBarcelona: Reservoir Books, 2011.
SatoriBarcelona, Roca editores, 2011.
El club del amanecerBarcelona: Ediciones Martínez Roca, 2012.
Los reyes de lo coolBarcelona: Reservoir Books, 2012.
Un soplo de aire frescoBarcelona: Ediciones Martínez Roca, 2012.
La hora de los caballerosBarcelona: Roca ediciones de libros, 2013.
Tras la pista del espejo de Buda. Barcelona: Reservoir Books, 2014.
En lo más profundo de la meseta solitaria. Barcelona: Reservoir Books, 2015.
El Cártel. Barcelona: RBA, 2016.
Corrupción policial. Barcelona: RBA, 2017.
La Fontera. Madrid: Harper Collins, 2019.