John D. Macdonald: Adiós en azul. Barcelona: Libros del Asteroide, 2015. 268 páginas. Traducción del inglés (USA) de Mauricio Bach. Título original: The Deep Blue Good-by, 1964.
Travis McGee vive en su barco Busted Flush, amarrado en
algún lugar de las costas de Florida. Unos años atrás ganó su lujosa casa
flotante en una timba de póker. Desde entonces disfruta de la vida intentado no
romperse la cabeza metiéndose donde no le llaman. Trav se dedica, cuando sus
recursos económicos escasean, a echar una mano a la gente que está dispuesta a
pagarle. A veces también ayuda a quien se le presenta con problemas graves y le
toca la fibra sensible. La historia de Cathy Kerr le ha tocado la fibra.
Cathy es una bailarina que trabaja con una de las mejores
amigas de McGee, Chookie McCall. Hace ya tiempo que fue abandonada por su
marido y se quedó con un hijo pequeño que ahora custodia su hermana. Después
conoció a un hombre lleno de encanto con el que vivió hasta que desapareció
también, Junior Allen. Allen se presentó en la casa de los Kerr como compañero
de prisión del padre de Cathy, que cumplía cadena perpetua por el asesinato de
un oficial en una noche de borrachera a
su vuelta del frente de la segunda guerra mundial. El padre de Cathy luchó con
la aviación en Asia durante la guerra. Cuando lo repatriaron había amasado una
fortuna, según confesó, pero nadie vio nunca ni un centavo de su tesoro. El
padre de Cathy murió en la prisión militar.
Junior Allen mostró su cara ruin a los pocos meses de
aparecer. Además del desprecio sistemático hacia Cathy y los malos tratos
continuos, acabó por largarse de la casa y abandonarla. Pero algo debió
encontrar mientras estaba con ella, porque cuando reapareció lo hizo como un
hombre rico. Se compró un gran barco y comenzó una relación con una dama de
clase media norteamericana, Lois Atkinson. Cathy Kerr quiere saber donde para
Junior Allen, por un lado, para averiguar qué fue lo que se llevó de su casa,
por otro, porque todavía lo ama.
McGee llega a un acuerdo con ella, encontrará a Junior Allen
e irán a medias con lo que pueda recuperar.
El primer paso de McGee le lleva a contactar con la última
relación sentimental de Junior Allen, Lois Atkinson. Con lo que se topa es con
un ser humano destrozado por el alcohol, la depresión y la pérdida del amor
propio. Son los efectos habituales de cruzarse con Junior Allen. McGee lo tiene
claro: debe conseguir que Lois Atkinson se restablezca física y emocionalmente
antes de lanzarse sobre el inquietante Allen. Se hace cargo de la maltrecha
dama hasta que vuelve a recuperar la capacidad
afectiva y la autoestima. Es el momento de cerrar el cerco sobre su presa. Una
presa mucho más peligrosa y maligna de lo que McGee sospecha.
John D. Macdonald
presentó a su detective Travis McGee con esta novela en 1964. Ya llevaba unas
cuantas novelas a cuestas y una multitud de relatos cortos, producto de su
desmesurada capacidad de trabajo. John
D. Macdonald es uno de los representantes de más calidad de las novelas detectivescas
norteamericanas entre las décadas de los 50 y 70. Heredero con estilo propio de
los grandes Chandler y Ross Macdonald.
En Adiós en azul,
como en el resto de las novelas de la serie de Travis McGee, el relato lo narra
en primera persona el detective. Sobre la óptima proporción de diálogos,
escenas de acción y sobrias descripciones del narrador, se construye el fluido
ritmo de las novelas de Macdonald. Los diálogos pueden ser una lucha de ingenio
entre los interlocutores o una muestra de los vacíos y carencias en las
relaciones humanas, siempre aportando, en cualquier caso, información, creando
en dos pinceladas a los diferentes personajes, llenos de defectos y necesidades
y altruismo. Sus personajes son personajes luchadores, todos ellos, dispuestos
a devolver golpe por golpe hasta destruir al enemigo. Tanto los de un bando
como los del otro.
Para MacDonald la
eficacia en el relato de la acción es lo primordial. Ir al grano sin demasiadas
veleidades retóricas. Hay una historia que contar y hay que emplear los
recursos mínimos. Ir al grano
,vaya. Y ahí está la brillantez del estilo de
MacDonald: directo y natural.
Su protagonista, Travis McGee, es un héroe dispuesto a
socorrer a damiselas en apuros sin sacar todo el beneficio que podría. McGee es
un héroe lleno de dudas que no se toma a sí mismo ni a la sociedad de la época
demasiado en serio: “…no funciono demasiado bien cuando me dejo arrastrar por
motivaciones emocionales. Recelo de ellas. Igual que recelo de otras muchas
cosas, como las tarjetas de crédito, las deducciones de la nómina, los seguros,
las rentas para la jubilación, las cuentas corrientes, los cupones de ahorro,
los relojes, los periódicos, las hipotecas, los sermones, los tejidos
milagrosos, los desodorantes, las listas de cosas pendientes, los créditos, los
partidos políticos, las bibliotecas, la televisión, las actrices, las cámaras
de comercio para jóvenes empresarios, los desfiles, el progreso y la
predestinación…Pero estas cosas nunca se convertirán en material de análisis
para el despreocupado Travis McGee. También recelo de la seriedad” (22-23). Se mueve en la época de la guerra fría, en el
momento en que la economía de los Estados Unidos comenzaba a dominar el mundo,
mientras que dentro del país las diferencias económicas y sociales creaban
bolsas de pobreza y marginación (que incluían a las mujeres fuera del sistema social
tradicional). McGee desprecia al sistema y cuanto más fangosa sea el agua, con
más destreza nada. Su objetivo en la vida (además de disfrutar del sol y el
mar) es perseguir el abuso a los débiles, a los desprotegidos.
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John D. Macdonald, Pensilvania
(USA), 1916 – Milwaukee (USA), 1986. Estudió
en las universidades de Siracusa y Harvard, aunque no ejerció nunca como
economista, sino que al regresar de la segunda guerra mundial, en la que estuvo
destinado en Asia, comenzó a escribir relatos sin descanso hasta que fueron publicados
en algunas de las revistas de más circulación de los Estados Unidos. Su primera
novela The Brass Cupcake, fue
publicada en 1950. A partir de ahí aparecieron una setenta de novelas de
distintos géneros. De ellas, veintiuna pertenecen a la serie del detective de
Florida Travis McGee. La primera fue The
Deep Blue Good-by, y una de ellas The
Green Ripper, ganó el National Book Award.
En castellano y catalán han aparecido algunas de las novelas
de Macdonald, en editoriales como
Caralt o Bruguera, o en la maravillosa colección la Cua de Palla, pero hoy por
hoy están todas agotadas, por lo que la única disponible es esta recuperación
de Libros del Asteroide.