Roy Horniman: Memorias de un asesino. Israel Rank

Roy Horniman: Memorias de un asesino. Israel Rank. Madrid: Reino de Cordelia, 2015. 437 páginas. Traducción del inglés de Susana Carral. Título original Israel Rank: The Autobiography of a Criminal. 1907 (edición basada en la de Faber Finds en 2008).
Israel Rank aprovecha los últimos momentos en la celda en la que espera a ser colgado de la horca escribiendo sus memorias. Son el relato de los acontecimientos por los que ha sido sentenciado a muerte: se ha cargado a todos los herederos de los títulos nobiliarios de la familia Gascoyne que le precedían en la linea sucesoria. Y, teniendo en cuenta que estaba muy abajo en el árbol genealógico, eran unos cuantos. De varias edades, desde niños de pecho hasta ancianos. Y de diferentes oficios, desde un terrateniente de la alta nobleza hasta un pastor de la iglesia, pasando por unos cuantos jóvenes crápulas sin ocupación.
No es que Israel Rank los odiara debido a que él procede de la rama venida a menos de la familia que su madre se casara con un comerciante judío no ayudó a subir en la escala social). De hecho los Gascoyne nunca lo han despreciado; es más, conforme el resto de los miembros de la familia lo va conociendo, todos le toman afecto y lo tratan con deferencia e incluso con cariño. No, no se trata de rencor o espíritu vengativo. Lo que pasa es que Israel ha tenido claro desde que estaba en el vientre de su madre que debía demostrar su valía a cuantos le rodean. Y la mejor manera es conseguir ascender hasta lo más alto de la nobleza inglesa.
Israel Rank no se deja nada en sus memorias. Puede que sea un asesino sin muchos escrúpulos, pero hay que admitir su sinceridad y constancia. Aquí está su infancia, su formación y su orfandad juvenil, y como derrochó el patrimonio de sus padres y de sus benefactores en un tiempo récord. Como conservó siempre un savoir faire que fascinaba a cuantos le rodeaban. Y como persiguió sin descanso a su amada Sibella hasta conseguirla, y a tantas otras mujeres que se rindieron a su apostura oriental.
Y, por supuesto, está cuáles fueron los diferentes métodos que utilizó para podar el árbol genealógico de los Gascoyne: veneno principalmente, pero sin despreciar otros medios. Y las maniobras de utilización psicológica que desplegó sin mirar a quién destrozaba. Siempre conservando su bonhomía sin parangón.
En fin, de sus memorias se desprende que Israel Rank se esforzó muchísimo por mantener e incrementar su encanto y sudó muchísimo para conseguir su objetivo. En este mundo, en el que el trabajo es tan importante, hay que reconocérselo. Tanto trabajar por no querer dar golpe.

Uno de los placeres que permite el hablar de este relato escrito en 1907 es el de recordar la lectura de algunas novelas clásicas de falsas memorias británicas, deslumbrantes en su desbordante vitalidad y en su humor ácido y extravagante. Es evidente que Memorias de un asesino homenajea al Tristam Shandy (como en éste, las memorias de Rank comienzan antes de nacer) y a Moll Flanders. Al igual que estas obras maestras, muestra ese sentido del humor de largo aliento, irónico y, en muchas ocasiones, muy negro.
Roy Horniman construye un personaje sociópata, aquejado de donjuanismo y narcisismo. Construye la historia de este petimetre como denuncia a una sociedad postvictoriana repleta de guiños antisemitas y una opresiva división de castas y sexos. El escándalo que causó la novela en su época se debe a que Israel Rank no es un inadaptado al que se pueda denostar por su réprobas acciones, sino un encantador muchacho que ha entendido muy bien el mundo en el que se mueve. Un mundo clasista, egoísta y ruin que está a punto de desaparecer.
Horniman escribe a finales de la primera década del siglo XX. Dos guerras después todo este mundo que describe, el mismo del que también hablará Joseph Roth, por ejemplo, algunos años más tarde y desde la otra orilla, habrá quedado arrasado y nuevos paradigmas sociales basados en el poder del dinero y en la eficiencia en el trabajo consolidarán un sistema diferente con otra escala de valores y otros métodos de distinción de clase. Seguro que el que el snob Israel Rank, con sus categóricos métodos de ascenso, triunfaría también.
La novela de Horniman es una construcción deliciosa sin pretensiones, con mucho oficio, que mantiene la tensión narrativa durante todo el relato, con pequeñas sorpresas que sirven a la cínica misión del muy bien adaptado Israel Rank. Más de un siglo después la novela sigue fresca y divertida. Un gran trabajo de amargo humor inglés.

Roy Horniman. www.reinodecordelia.es. 

Roy Horniman, 1854 - 1930, escribió novelas, obras de teatro y guiones cinematográficos. Fue editor y propietario de la revista Ladies Review y dirigió el Criterion Theatre para el que adaptó varias de sus novelas. Memorias de un asesino fue llevada al cine con enorme éxito en 1945 con el título Kind Hearts and Coronets con el grandísimo Alec Guinness en los papeles de todos los Gascoyne. En 2013 se convirtió en un musical: A Gentleman Guide to Love and Murder.


María Clara Rueda: Este muerto no lo cargo yo

María Clara Rueda: Este muerto no lo cargo yo. Barcelona: Editorial Alrevés, 2015. 242 páginas
Diego Almeida es un abogado de lo mercantil. Un abogado de lo mercantil colombiano residente en Madrid. Un colombiano residente en Madrid que ha perdido su trabajo por la quiebra de sus clientes. Constructores. La crisis económica ha barrido la forma de vida de Diego Almeida y ahora, con una deuda enorme y un último puñado de euros en el bolsillo, duda entre dejarse vencer por la depresión, abandonar España y regresarse a Colombia o reinventarse y comenzar de nuevo.
Una noche de borrachera se encuentra con un olvidado compañero de colegio. Cuando despierta de la tremenda borrachera se halla en el departamento de su amigo de la infancia. Este se ha marchado a resolver un oscuro negocio y le deja su casa y su coche para que se relaje hasta su regreso. Pero, aunque Diego Almeida nunca diría de si mismo que es un valiente no se puede negar que tiene una curiosidad insaciable. Husmea hasta que descubre que su misterioso amigo guarda unos buenos fajos de dinero en la casa y que está implicado en algún asunto relacionado con la prostitución y/o las drogas.
Diego Almeida sabe aprovechar las oportunidades y decide rehacer su vida con el improvisado capital y con un nuevo trabajo surgido de un malentendido: ahora será un detective privado. Comienza a seguir a un marido que le pone los cuernos a su mujer. Lo que no sospecha Diego Almeida es que con cada paso que da para resolver los misterios de su nueva vida se hunde más y más en unas turbias conspiraciones que le van a dejar huella en su maltrecha economía, en su vida afectiva y en su salud física.

En su primera novela, María Clara Rueda juega con el destino de su personaje. Cada vez que consigue ver la luz al final del túnel pierde todo lo ganado. Se le escurren de las manos el dinero, el amor y la vida de los demás. Parece que un hado se dedique a desmontar sus posibilidades de éxito, incluso cuando parecen definitivas. María Clara Rueda utiliza dos voces narradoras en la novela: en la primera parte en tercera persona relata las aventuras de Diego Almeida. De hecho, lo ahoga un tanto. Explica cómo y qué siente, cómo y porqué actúa. No es Almeida el que se deja ver a través del diálogo y de sus acciones, es la voz narradora la que nos exige que creamos en cómo es. Realmente hay un hado sobre él, manejándolo. Mucha presión.
Así que María Clara Rueda en la segunda parte utiliza un narrador en primera persona. El desenlace de la aventura está contado por el propio Almeida. Como la voz en tercera persona, en ocasiones invoca al lector. Lo mejor de la novela aparece aquí, con el ritmo apropiado, sin que la historia central se enrede con las laterales, resolviendo con agilidad las tramas presentadas, dejándolas abiertas. Si María Clara Rueda hubiera dejado un poco más libre a su personaje en la primera parte seguro que la novela habría sido todavía más interesante, con un poco más de trabajo para ese lector al que, de tanto en tanto, llama.  


www.zhaw.ch

María Clara Rueda, Bogotá, 1958. Estudió economía en Bogotá, Nueva York y Ginebra. Profesora de macroeconomía y relaciones internacionales en Zurich.
Este muerto no lo cargo yo es su primera novela.

No hay bestia tan feroz

Juan Díaz Canales & Juanjo Guarnido: Blacksad. Integral. Barcelona: Norma, 2015 (2ª edición). 274 + XXXII páginas. Edición en francés: Blacksad L'Intégrale. Paris: Dargaud, 2014.




Jonathan Lethem: Pistola, amb música de fons. Barcelona: Males Herbes, 2013. 304 páginas. Traducción de Ferran Ràfols Gesa del original inglés (USA): Gun, with ocassional Music.


John Blacksad es un detective privado como los de los viejos tiempos. Un gato enorme negro antropomorfo que investiga en una sociedad paralela a la de los Estados Unidos de la posguerra de la segunda guerra mundial. Un mundo habitado por mamíferos, aves y reptiles bípedos con los mismos vicios y miserias que tenemos los humanos aquí presentes.
La Integral reúne los cinco libros que se publicaron entre el año 2000 y el 2013 (además de algunos extras) Cada uno de los casos de Blacksad está condicionado por alguno de los tópicos históricos de la época: la guerra de los estudios cinematográficos; el racismo y las relaciones incestuosas; la guerra fría y el espionaje; las drogas y el submundo de la música negra; la cultura beatnik de los que rechazaban los valores de la sociedad ganadora de la guerra.
John Blacksad es un gato grande, fuerte y capaz de utilizar métodos violentos, pero no es un tipo duro. A la manera de Lew Archer o de Marlowe su corazón (o su moralidad) es su punto débil. Se mete en un problema tras otro porque se deja llevar por un romanticismo alejado de los valores de la sociedad que se está construyendo en su entorno. Las aventuras de Blacksad deben más a las novelas de Ross Mcdonald que a las de ningún otro de los clásicos de la novela negra norteamericana.

John Blacksad. www.miscellaneoushi.com
El objetivo de la fábula es hacer hincapié en los males o en las costumbres viciosas asumidas como normales en nuestro mundo. Para ello crea un universo paralelo con gran parecido al nuestro, en el que resalten nuestras disfuncionalidades. Y eso consigue Blacksad, denunciar el crimen, la pobreza, el machismo, la desigualdad y, en definitiva, la falta de empatía y solidaridad. La crueldad.
Es lo mismo que hace buena parte de la novela negra: el protagonista está incapacitado para acomodarse a la sociedad que le ha tocado. Esa incapacidad hace que nos fijemos en problemas ocultos o molestos de nuestro entorno. Así que unir fábula y novela negra es ideal para hacer resonar la denuncia.
Jonathan Lethem. laurentqueyssi.fr
Si además a eso le añadimos la construcción de un mundo futuro distópico la estridencia de la denuncia nos hará estallar los tímpanos. Y distopía es lo que hay en el hilarante caos de Jonathan Lethem: Pistola, amb música de fons.
Un futuro dominado por drogas legales (casi obligatorias), por animales de compañía que hablan y son cursis como ellos solos, por inquisidores legales, un sistema de avance médico espúreo y por unos seres tan miserables, violentos y criminales como los de John Blacksad. En esta sociedad de control total, Metcalf demostrará también su incapacidad de doblegarse a este universo heredero de los de Philip K. Dick y sus desdoblamientos de personalidad (y desdoblamientos de sociedad, tiempos, espacios...).
Cuando leía Blacksad, Integral me he acordado del libro de Lethem. Aunque tengan muchas diferencias de ritmo y estilo, los dos denuncian con ironía y eficacia nuestros vicios. Y hacen que disfrutemos de ganar el tiempo leyendo.
Canales&Guarnido. www.elperiodico.com
La serie Blacksad ha ganado muchos premios, entre otros:
Mejor Dibujo, Angoulême, 2004
Mejor Álbum, Premios Harvey, 2005
Mejor Álbum y Mejor Dibujo, Salón del Cómic de Barcelona, 2006
Mejores álbum, guionista y dibujante, Expocómic, Madrid, 2010
Premio Eisner mejor pintor, 2011 y 2013
Premio Eisner mejor edición de material internacional, 2013
Premio Nacional de Cómic, 2014

Jonathan Lethem, Nueva York, 1964. Su primera novela fue Gun with ocassional music, en 1994, con la que ganó varios premios. Su última novela publicada es Los jardines de la disidencia, Barcelona. Random ouse, 2014. Els jardins de la dissidència. Barcelona: Angle, 2014.

Muertes anunciadas

Para estos próximos días de junio se anuncia la publicación de las memorias de Edward Bunker en Sajalín editores: La educación de un ladrón. Se trata de la traducción de Montserrat Gurguí y Hernán Sabaté que editó Alba en 2003 y que hoy está agotada. El prólogo es nuevo, de Kiko Amat. Es el momento de completar la biblioteca Bunker que ha ido editando con esmero Sajalín. En breve la reseña en Paraffin Test.







Reino de Cordelia tiene ya en las librerías el título de Roy HornimanMemorias de un asesino "Israel Rank". Una novela sobre un asesino judío que causó un escándalo cuando fue publicada por primera vez, en 1907. Un libro cargado de ironía y humor negro de un joven que intenta hacerse un sitio en la feria de las vanidades aunque sea a puñaladas. En unos días en Paraffin Test



Lengua de Trapo pondrá antes de final del mes de junio en circulación la nueva novela de Antonio Gómez Rufo: Nunca te fíes de un policía que suda, ambientada en La Duda una aldea en la raya entre Extremadura y Portugal en tiempos de la segunda república.









También esta semana SD edicions publica a un autor italiano con sólo dos novelas a sus espaldas, pero que ha ganado varios premios en su país, Fabio Girelli: Villa Triste. La investigación del hipocondríaco y melancólico comisario Castelli de la tortura y asesinato de una joven en el Turín de entre siglos. Traducido por Nadia Bettini



Para editorial Salamandra Cristina Martín Sanz ha traducido la novela de Terry Hayes: Soy Pilgim. Un thriller de espías y ex-agentes secretos luchando contra el terrorismo islámico y la amenaza bactereológica de más de ochocientas páginas escrito por el co-guionista de Mad Max 2. A finales de junio en las librerías. También estará en el blog en una semanita.









A finales de agosto Destino publicará la cuarta parte de Millennium: Lo que no te mata te hace más fuerte. Las nuevas aventuras de Sallander y Blomkvist escritas por un periodista sueco todoterreno.






Y unos días depués aparecerá también en Destino Puerto Escondido, la primera novela de María Orduña. Asesinatos y misterios en las costas de Suances.




Jonathan Ames: En realidad, nunca estuviste aquí

Jonathan Ames: En realidad, nunca estuviste aquí. Barcelona: Principal de los Libros, 2015. 93 páginas. Traducción del inglés (USA) de Carlos Lozano Wolfgang. Título orginal: You Were Never Really Here. 2013.
Joe es un profesional. Aplica métodos contundentes para resolver problemas complicados. Digo complicados porque no es conveniente implicar a la policía y a la justicia en ellos. Joe hace años que se dedica a desfacer entuertos turbios: desde que se retiró del FBI cuando un caso superó su límite traumático. Desde aquel momento acepta los encargos de McCleary, consiguiendo que sus máximas profesionales se impongan siempre: eficacia y prudencia. La eficacia la da su experiencia en las fuerzas armadas, la prudencia la exige su vida junto a su madre impedida, a la que no quiere poner en peligro.
Como buen asesino a sueldo, Joe es un paranoico, sufre un narcisismo invertido: todos cuanto se le acercan acaban jodidos. Así que no deja que se le acerque nadie.
Un día McCleary le ofrece un trabajo: rescatar a la hija menor de un senador de Alabama que ha sido engañada por un gancho de facebook y ahora se prostituye en la capital del mundo. Joe no se puede negar, sus paranoias las provocan sus deudas pendientes con los maltratadores de menores.
Pero Joe, no se puede pretender acercarse a un equívoco político de Alabama sin acabar de cieno hasta las orejas. Eso es lo encontrará Joe: muerte, miseria y dolor.

En realidad es un cuento negro de uno de los genios de la comedia norteamericana. Ames hace un homenaje a esos personajes de la novela negra que van ganando adeptos en los últimos tiempos, como los protagonistas de Lee Child o Jo Nesbo. Asesinos hipereficaces, capaces de adelantarse a los movimientos de sus enemigos (en realidad Joe va casi siempre por detrás de sus enemigos), capaces de cargarse al asesino más bragado con un magistral golpe adquirido en su agotador hiperentrenamiento, capaces de salir de las dificultades más catastróficas gracias a su hiperdesarrolado instinto de supervivencia y a su gélida hiperracionalidad.
Estos personajes tienen más herencia de los cómics de superhéroes que de los clásicos de la novela negra norteamericana. Como los superhéroes, necesitan supertraumas pasados que expliquen su desafección a la sociedad y su amargura sin límites. Como los superhéores, necesitan una explicación semirrealista de dónde proceden sus poderes (en este caso horas de combates y entrenamientos extremos) Como los superhéroes, necesitan supervillanos que puedan dar la medida de de su valía -en una escalada armamentística sin fin, cuanto más poderoso queremos a nuestro protagonista más magnífico ha de ser el malvado-.
Y así se entiende este cuento bien construido, un ejercicio compacto de acción y ritmo. Cumple con la mayoría de las reglas del género, sin profundizar demasiado, incluso con una recapitulación del desarrollo de la acción antes de la conclusión -como hemos leído tantas veces desde Holmes-. Aunque parece que Ames tuviera una llamada urgente que atender cuando estaba escribiendo la conclusión. Un argumento desarrollado de una película de acción. Con actores con cara de estar haciendo algo trascendental la cosa funcionaría.

Thomas Rydhal: El ermitaño

Thomas Rydhal: El ermitaño. Barcelona: Destino, 2015. 653 páginas. Traducción del danés de Lisa Pram. Título original: Eremitten. Forlaget Bindslev, 2014.

Erhard Jorgenson vive a sus setenta años en la isla de Fuerteventura. Se largó de Dinamarca hace muchos años dejando allí a su mujer y su hija. En Fuerteventura Jorgenson trabaja ahora de taxista para enviar una pensión mensual a Dinamarca. No es un taxista corriente, es un ácrata que vive en una chabola en el interior de la isla y que, de tanto en tanto, se dedica a afinar los escasos pianos que hay en Fuerteventura. Erhard es un solitario con una considerable dosis de amargura y una ingesta elevada de alcohol. Conoce a todo el mundo, aunque tiene pocos amigos. A los que más quiere son a Raul Palabras, hijo de uno de los empresarios (con predilección por los negociosos dudosos) más poderosos de la isla, y a la novia de aquel, Beatriz. Un día aparece en una de las playas un coche con el cadáver de un bebé en el asiento trasero. El niño ha muerto de hambre, abandonado dentro de una caja de cartón. Erhard queda tan impresionado que no puede aceptar la solución que ha resuelto la policía, una prostituta se presenta como madre abandonadora y acepta al pena de prisión. Jorgenson sospecha que la policía pretende cerrar cuanto antes el crimen para que no se propague un escándalo que ponga en peligro la inversión que unas multinacionales del turismo quieren hacer para levantar un complejo de casinos en la isla.
Erhard Jorgenson comienza a investigar con sus escasos medios, sus precarios conocimientos técnicos, sus muchos contactos y su insobornable necesidad de justicia. Pero conforme avanza en el enmarañado caso todo su mundo cambia: su amigo Raul desaparece dejando en su casa a su novia en coma tras recibir una paliza. La prostituta que se iba a declarar culpable queda bajo la vigilancia de Jorgenson en su chabola. El padre de Raul, Emmanuel Palabras, le ofrece el cargo de director de la compañía de taxis de la competencia de la que trabaja el danés y el lujoso piso de su desaparecido hijo. Y por si fuera poco, sus pesquisas están molestando a la policía y a las peligrosas fuerzas del mundo criminal de Fuerteventura. Jorgenson tendrá que elegir entre vengar al bebé abandonado o proteger a las pocas personas que quiere amenazadas de muerte por  los culpables del crimen..

Rydhal ha elegido la isla de Fuerteventura como marco geográfico de su thriller no sólo por el carácter pintoresco sino porque el permite crear una sociedad aislada, con pocas influencias externas. Así construye un mundo caciquil, entre el borreguismo de algunos que intentan vivir de un turismo sobreexplotado, desengañado y a la baja y la falta de escrúpulos de los más fuertes, dispuestos a ganar dinero aunque sea a costa de sus propias familias. Junto a estos nativos aparece una fauna de habituales llegados de fuera, que viven entre el surf y las diferentes actividades de playa y sus trabajos precarios.
Rydhal centra el foco de la narración en la perspectiva de el ermitaño Erhard Jorgenson, uno de los últimos hippies en llegar a la isla. Para reforzar la rapidez de la acción y el suspense utiliza el presente, aunque aparezcan varios adelantos de la acción en forma de premoniciones de Jorgenson o de sensaciones que sugieren la  inminente aparición de situaciones peligrosas (aunque a veces no se cumplan).
Lo mejor de la novela es la construcción de este mundo apartado, lleno de polvo y falto de futuro. Y también la descripción del avance de las investigaciones de Jorgenson a pesar de las muchas dificultades a las que se enfrenta y de su nulo conocimiento de informática y de sus rudimentales herramientas de investigación. Cualquiera de nosotros podría investigar de la manera que él lo hace. Es su determinación y su incapacidad de quedarse parado ante la injusticia lo que le hacen avanzar. Por eso no hay giros inesperados en la investigación (aunque los haya en la acción de la novela) y la conclusión del caso (repito, la del caso) es plenamente creíble.
Lo peor es que tal vez sean demasiadas páginas para lo que se cuenta y un final demasiado cerrado y ¿tal vez feliz?

Thomas Rydahl, Aarhus, Dinamarca, 1974. Estudió psicología y filosofía y se graduó en la escuela danesa de escritura. El Ermitaño es su primera novela, por la que ha recibido el premio a la mejor primera novela danesa del 2014 y el premio a la mejor novela negra danesa del 2014. Ha vendido los derechos del libro a una empresa televisiva para la producción de una serie

Justo Navarro: Gran Granada

Justo Navarro: Gran Granada. Barcelona: Anagrama, 2015. 251 páginas.
Federico Saura recibe en su consulta oftalmológica de Granada a un visitante inquietante. Mientras las tormentas del invierno del 63 provocan unas inundaciones como la ciudad no ha conocido, el extraño personaje hace una propuesta a Saura. Bueno, no exactamente una propuesta, chantajea a Saura. O le vende en condiciones favorables -muy favorables- la casona que su madre le dejó en herencia cerca del río Genil o se verá obligado a hacer pública su relación con su amante. Le da unas horas para que prepare la transacción, no aceptará un no por respuesta.
Saura sabe que tiene mucho que perder. Saura tiene una novia perenne, hija de una antiguo magistrado. Y una posición en la Gran Granada, la Granada de los vencedores de la guerra (guerra relámpago en Granada, dictadura glaciar). Y mantiene infames relaciones con un par de amantes en Granada: con su amigo de la infancia y de estudios, el otorrino Antonio Velasco y con la joven esposa del anciano comisario Polo, el ojo derecho del gobernador, no pasa nada en Granada que Polo no sepa.
Antes de que el plazo para la venta se agote, aparece muerto en el hotel de enfrente de la consulta de Saura el abogado Ferrando Sola, el nombre que aparecía en la tarjeta que Saura recibió de manos del chantajista. El cadáver no es del hombre que asustó a Saura. Pero es un cadáver. Y el gobierno civil ha recibido la noticia de que Franco hará una visita oficial a la semana siguiente para ofrecer consuelo a los amados habitantes de Granada devastados por las inundaciones. Y el gobernador no quiere que Franco crea que en Granada la gente muere sin que los suyos sepan los motivos o sean los causantes. Hay que cerrar el caso deprisa.
Lástima que mientras se dictamina que el letrado Ferrando Sola ha muerto de muerte natural aparezca otro cadáver, el del primo de Antonio Velasco y experto en arte Juan Segovia. Un suicidio por disparo de arma de fuego, pero sin que aparezca la pistola. Y no serán las únicas muertes para las que habrá que crear una historia plausible mientras el caudillo generalísimo hace y deshace en 24 horas en Granada.
Polo se encargará de vigilar el tejido de la red de falsedades que se urdirá sobre cada cadáver, pero sin dejar de investigar lo que, en apariencia, realmente sucedió. Todos los muertos parecen relacionados de un modo u otro con una pintura de Botticelli que la reina católica legó a la capilla real: "L'orazione nelle orto" que se estaba restaurando bajo la supervisión del difunto Juan Segovia y gracias a la financiación de un filántropo americano representado por el difunto Ferrando Sola.
¿Un/os caso/s complicado/s? No es eso lo que preocupa a Polo. Lo que le preocupa es que pueda perder el control sobre su inmenso ejército de soplones, delatores, chivatos y espías. O que algo en la vida pública o privada de los granadinos quede fuera de su alcance. O que alguno llegue a saber la verdad de la propia vida del comisario...

L'orazione nelle orto.
caffetteriadellemore.forumcommunity.net
Magnífica novela negra del imprescindible Justo Navarro. Consigue algo que raras veces he visto. Parece que el narrador -que aquí se centra básicamente en el prisma de las pesquisas del comisario y en el punto de vista del Federico Saura- no sepa cuál será el final de la historia que nos plantea. Parece tan sorprendido como el lector por el transcurso de los acontecimientos. Con un ritmo sostenido, sin altibajos la acción va transcurriendo presentando a los muchos personajes. Los personajes son soberbios, algunos esbozados, otros más completados, pero cada uno con su propia voz y personalidad. Hay muchos y muy buenos, casi todos pertenecientes a la Gran Granada: a la Granada de las clases vencedoras de la guerra civil. Todas ellas aparecen por aquí, la iglesia católica, como no, responsable del mcguffin de la historia con sus tejemanejes; las fuerzas policiales a las órdenes de los caciques locales; la prensa; una justicia representada por un moribundo, casi un espectro, siempre presente pero nunca visible; y lo que en la política del siglo XIX se denominaba las "capacidades": profesiones liberales, profesores universitarios... Todos ellos bajo el paraguas del heroico ejército nacional franquista.
En fin, las fuerza vivas ganadoras de una guerra que rapiñaron hasta la última migaja. En el 63 el pacto de sangre entre estas élites dominantes sobre el que se cimentó el régimen de Franco ya no tenía el vigor que había tenido las décadas anteriores. Nuevas generaciones comenzaban a pedir una porción del poder y de la riqueza (es la historia del comisario Polo, al que su subordinado más querido va poco a poco orillando en busca de parte del botín). Ahora era más importante mantener unas formas públicas dentro de los cánones del orden y las buenas maneras, tal como la iglesia católica, la doctrina castrense y la moral patriarca ultrareaccionaria, exigían por el bien de todos. Las formas privadas no eran ya tan importantes siempre que las mantuvieras en secreto para que nadie pudiera perjudicarte.
Pero lo que Navarro cuenta es que estas formas y sus instituciones estaba pensadas y servían para que los que tenían menos escrúpulos treparan sobre el resto y se hicieran con su puesto al sol. Una corrupción sin apenas control que impera en cualquier dictadura del mundo y que crea todo un tejido social y cultural cuyo desmantelamiento exige una perseverancia en la virtud democrática y en la voluntad de la igualdad.
Es otro gran acierto de Navarro. Describe de una forma maravillosa estas relaciones entre iguales, los señoritos y amos de la Gran Granada. Esas conversaciones en las que todo es interpretable. No hay un sí ni un no. Relativo, todo es relativo y las amenazas son sutiles, indirectas en ocasiones, pero constantes. Los personajes recuerdan a veces esos diálogos que sostiene Ricardo III en la tragedia de Shakespeare con la intención de escamotear la verdad, de construir una nueva realidad que le beneficie y que los demás puedan aceptar.
Estupenda novela, otra vez, de Justo Navarro en la que la sordidez de la época no está en la descripción de la miseria de las cosas y los ambientes, sino en la hipocresía de los personajes y en el veneno de sus acciones y palabras.



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Justo Navarro Velilla, Granada, 1953. Poeta, novelista, traductor y crítico literario. Se licenció en filología románica en la universidad de Granada. Ha traducido a Paul Auster, Virginia Woolf, Pere Gimferrer, Joan Perucho, Michael Ondatjee, F. Scott Fitzgerald o T. S. Eliot. Ha recibido, entre otros, el premio de la Crítica y el Herralde de novela.
En editorial Anagrama ha publicado las siguientes novelas
Accidentes íntimos. Barcelona: Anagrama, 1990
La casa del padre. Barcelona: Anagrama, 1994
El alma del controlador aéreo. Barcelona: Anagrama, 2000
F. Barcelona: Anagrama, 2003
Finalmusik. Barcelona: Anagrama, 2007
El espía. Barcelona: Anagrama, 2011