Ian Mannok: Yeruldelgger. Tiempos salvajes. Barcelona: Salamandra, 2017. 466 páginas. Traducción del francés de José Manuel Fajardo. Título original: Les temps sauvages: Yeruldelgger. Paris: Albin Michel, 2015.
Alguien ha tendido una trampa al comisario Yeruldelgger. Una cámara de seguridad de un hotel de Ulán Bator lo ha grabado saliendo de la habitación en la que han encontrado el cadáver de su antigua confidente y amiga Colette, una prostituta a la que el comisario hacía tiempo que no veía. El departamento de Asuntos Internos resulta una molestia para el comisario cuando intenta encontrar al niño que la asesinada había adoptado y que ha desaparecido.
Yeruldelgger está además investigando otro misterio: un cadáver descubierto en el macizo de Otgontenger por otro amigo del policía: el profesor Agop, un sabio ermitaño, conservador oficioso de aquellos parajes sagrados mongoles.
Alguien ha tendido una trampa a la víctima mortal que ha aparecido en medio de la estepa, en un amasijo de restos de caballo, yak y humano, como si hubieran caído desde el cielo. Oyun, la ayudante favorita de Yeruldelgger, ha recorrido el largo camino hasta el lugar del crimen acompañada por un singular joven militar, todo atenciones y encanto, por el que la joven siente algo más que simpatía.
Alguien ha tendido una trampa a toda una cuadrilla de muchachos que intentaban entrar ilegalmente en Francia desde Mongolia y Rusia en un contenedor que nadie ha abierto en semanas. Zarzavadjian -Zarza- es el agente secreto de origen armenio que está investigando el tráfico de adolescentes. Cuando abre el contenedor sólo encuentra un montón de cadáveres y un muchacho agonizante, Gantulga, el valiente pillo protegido de Yeruldelgger.
Las trampas continúan, acechando a los policías del grupo del comisario, los casos cada vez se complican más ya que una conspiración tejida por los poderes del corrupto sistema mongol y la mafia rusa está preparada para aniquilar a cualquiera que pretenda acabar con sus beneficios. Una alianza de delincuentes que tiene recursos de sobra (y una falta de escrúpulos a juego) para acabar con la vida de todos los involucrados. Y detrás de todos ellos aparece la figura terrible del antiguo enemigo de Yeruldelgger: su suegro, el sobrehumano Erdenbat.
Yeruldelgger. Tiempos salvajes, es la segunda entrega de las aventuras del comisario mongol. Esta vez la acción se internacionaliza y los protagonistas viajan por Rusia y Francia. La trama es más compleja y Ian Mannok debe recurrir a introducir un nuevo coprotagonista que se encargue de una de las ramas de la investigación. Esa multiplicidad de intrigas es la parte más débil de la novela, aunque todas acaben uniéndose y resolviéndose en la descarga de tiros, fluidos (congelados), venganza justiciera y arrestos masculinos que cierra la narración.
Manook continúa empleando las fuerzas naturales que introducía en su primera novela, jugando a no aclarar si se trata de poderes sobrenaturales o de delirios producidos por las extremas condiciones del estepa, azotada por el dzud, un fenómeno de frío y sequedad que asola las tierras mongolas cada vez con más frecuencia acabando con el ganado, los animales salvajes y con la vida nómada.
En esta segunda parte no sigue el camino que parecía apuntar el final de la primera novela que aproximaba a Yeruldelgger a los poderes y doctrinas de su misterioso monasterio de formación. Yeruldelgger es ahora todavía más terrenal, más desengañado, lleno de rabia hacia los que le rodean, hacia un país que se descompone adoptando lo peor del exterior e incapaz de conservar lo que de bueno tenían las tradiciones que le ha permitido sobrevivir durante siglos. Un país saqueado por los poderosos.
En conclusión Manook vuelve a utilizar estos ambientes pintorescos para construir una narración que nos exige estar atentos a las normas y manejos sociales. Como no podía ser de otro modo los personajes exigen las necesidades universales de amor, respeto y justicia. El autor ha ampliado el marco geográfico de la acción (demasiadas subtramas...) para describir un mundo en el que las organizaciones criminales, especulativas y corruptas son lo que primero y más eficientemente se ha globalizado -lo segundo, si tenemos en cuenta los terribles efectos que el cambio climático derivado de las prácticas de esas mismas organizaciones y de nuestra desidia e impotencia está teniendo en las tierras más extremas del planeta-.
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Ian Manook es el alias de Patrick Manoukian, Meudon, 1949, Estudió derecho y ciencias políticas antes de ser periodista del Figaro, entre otros medios y editor de libros de viaje. Es, sobre todo, viajero desde los 18 años.
Su primera novela de la serie del comisario mongol es Yeruldelgger. Muertos en la estepa. Barcelona: Salamandra, 2016. (premio SNCF de novela negra en 2014).
Su primera novela de la serie del comisario mongol es Yeruldelgger. Muertos en la estepa. Barcelona: Salamandra, 2016. (premio SNCF de novela negra en 2014).