Sandrone Dazieri: No está solo

Sandrone Dazieri: No está solo. Barcelona: Alfaguara, 2015. Traducción del italiano de Xavier González Rovira. 551 páginas. Título original: Uccidi il padre. Milan: Mondadori, 2014.

Una policía, Colomba Caselli, de baja tras el desastre sangriento en el que acabó su último caso. Una víctima, Dante Torre, que permaneció secuestrado y aislado más de una década cuando era un niño hasta que consiguió escapar. Estos son los protagonistas y sus papeles, policía y víctima. Aunque son papeles intercambiables. Dante Torre es extremadamente observador, intuitivo e inteligente. Se dedica a la investigación privada. Colomba Caselli está hecha polvo porque fueron responsabilidad suya las muertes en un atentado que pudo impedir. La autocompasión le sugiere que abandone el cuerpo.
Caselli y Torre se conocen cuando el antiguo jefe de esta, Rovere, les encarga que investiguen la desaparición de un niño y la muerte de su madre. Todas las pistas apuntan al padre maltratador, pero Rovere tiene dudas, prefiere una encuesta extraoficial. Dante Torre comparte sus sospechas: está convencido de que el asesino y secuestrador es el mismo que le raptó y retuvo a él hace veinte años: El Padre.
Colomba y Dante comienzan una carrera contra el tiempo, contra las evidencias que les convierten en sospechosos y contra sus propios miedos y traumas. Deben encontrar al pequeño, pero conforme avanza la investigación el enemigo aparece más poderoso e inatacable. Lo que comenzó como la caza de un psicópata genial se acaba transformando en la lucha contra una conspiración internacional gigantesca que va cambiando de forma.
Dante deberá vencer los miedos que le produjo su terrible infancia, la claustrofobia, la sociopatía, la incapacidad de empatízar. Colomba sus rígidos principios de policía que le impiden saltarse la ley o asociarse con delincuentes conocidos. Para rescatar al prisionero deben poner en juego su integridad física y su estabilidad psíquica. Ambos son luchadores vehementes.

Dazieri ha escrito un thriller ágil. Se nota su experiencia como guionista de series de acción: el ritmo apenas tiene altibajos, mantenido con cambios y giros no tan tramposos como en otros thrillers. Dazieri, además, permite un amplio margen al lector para que forme a los personajes. No está abrasando la novela con los porqués de cada palabra, acción o motivación. Deja que sea principalmente el diálogo el que estructure a los protagonistas. Si esto se hace con pericia el éxito es seguro: la imaginación de cada lector construye los héroes más trágicos, los malos más miserables y los galanes más simpáticos y arrojados para sus propios gustos. Conseguir que el lector trabaje es la base del éxito en la literatura. Y no es fácil.

Además de con la fluidez y naturalidad de los diálogos, Dazieri cuenta con un gran conocimiento del género. No ha querido hacer una novela negra sino un thriller, más acción que denuncia, por decirlo de alguna manera. Más sangre que podredumbre.
Ha preferido utilizar algunos toques de farsa antes que de drama. Ha creado un héroe desolado por las torturas psicológicas y con una personalidad genial e insoportable, pero que está más cerca del loco investigador de El laberinto de las aceitunas de Mendoza que del Harry Hole de Nesbo. No es una comedia, que quede claro, pero tampoco arrastra las toneladas de trascendencia dramática de otras novelas.
En este sentido, es entretenido comparar como argumentos similares: redes de pedofilia, secuestros y experimentos psíquicos son tratados de manera tan diferente en novelas que coinciden en el momento de su publicación en este país por Dazieri y por Erik Axl Sund, y con resultados más que correctos en ambos casos. Otro día hablaremos de estas coincidencias temáticas que cada vez se dan más en el mercado editorial. Modas temáticas.

Pues eso, un thriller con ritmo, protagonistas simpaticones a los que les llueven hostias y con un interesante margen de maniobra para los lectores (con sus límites, claro). El final asegura que habrá secuela.

www.sandronedazieri.it
Sandrone Dazieri, Cremona, 1964. Periodista especializado en temas culturales y en crítica literaria. Guionista de series televisivas policiales como Squadra antmafia o R.I.S. Roma. Director editorial de la colección negra de la editorial Mondadori: Il Giallo Mondadori.
No está solo es su primera novela traducida al castellano, aunque en Italia es conocido por algunas otras, entre ellas las de la serie Gorilla:
Atentti al gorilla, La cura del gorilla, Gorilla Blues o Il Karma del gorilla 



Edward Bunker: La educación de un ladrón

Edward Bunker: La educación de un ladrón. Autobiografía. Barcelona: Sajalín, 2015. Traducido del inglés (USA) por Montserrat Gurguí y Hernán Sabaté. 589 páginas. Prólogo de Kiko Amat. Título original: Education of a Felon. A Memoir. New York: St. Martin's Press, 2000.
Edward Bunker nació en Hollywood. Su madre era corista de vodevil y su padre tramoyista. Cuando Edward tenía cinco años sus padres se divorciaron y lo llevaron a una casa de acogida. A los cinco años tuvo que aprender a defenderse por sí mismo. Y se convirtió en un especialista en buscarse la vida. Su infancia y adolescencia la pasó entre internados, granjas de trabajo, asilos y centros para jóvenes delincuentes. Pero Edward odiaba estar encerrado. Se escapó de todos los centros en los que estuvo ingresado y fue tirando con pequeños robos y estafas.
Cuando todavía tenía 17 años fue encerrado en San Quintín, convirtiéndose en el recluso más joven de la prisión. La furia de Bunker le llevó a no doblegarse jamás, a no arredrarse ante ninguna pelea y a anticiparse a los acontecimientos. La furia de Bunker le llevó a conocer las palizas de los vigilantes, las celdas de castigo, las penas disciplinares y las luchas con pinchos y puños. La furia de Bunker le llevó a pasar 18 años de su vida encerrado en prisiones de USA, entre ellas las famosas San Quintin y Folsom (desde la que no se oye el tren, por mucho que insista el gran Johnny Cash).
Aunque Edward Bunker parecía bien adaptado para la vida entre rejas, buscaba todas las maneras posibles para escaparse o evitar la prisión. Lástima que cuando estaba fuera fuera incapaz de llevar una vida corriente y legal con algún trabajo asalariado. "Simplemente no son para mi". Las ansias de aventura y de disfrutar de lo que él consideraba los placeres de la vida: mujeres, buena ropa, drogas, coches, cenas en restaurantes de lujo... le llevaron a meterse en un lío tras otro y a no aprovechar las oportunidades que alguno de sus benefactores le ofreció.
Su prinicpal defensora fue Louise Wallis, una millonaria esposa de un magnate de Hollywood que le ayudó siempre que pudo y le animó en su afición de escritor.
Gracias a Louise Wallis entró en contacto con la alta sociedad californiana. Conoció A William Randolph Hearst, a Marion Davis y a Tennesse Williams entre otros personajes famosos. Incluso soñó con trabajar en la industria del cine, pero el tener amigos poderosos implica ganarse enemigos del mismo nivel.
Una vez más, Edward Bunker acabó en prisión por asaltos a mano armada, estafas con cheques y varios delitos más. A partir de ese momento Bunker será testigo del cambio de las relaciones entre presos en el interior de los centros penitenciarios. Empieza la lucha de razas que acabará con la segregación violenta de latinos, negros y blancos: motines, asesinatos, secuestros.
Desde que era un crío Bunker estuvo fascinado por la lectura y los libros. Ya en los correccionales leía todo lo que caía en sus manos para evadirse del entorno físico. Su afición continuó durante toda su vida en prisión, aumentado más y más la complejidad de sus lecturas. A la vez iba escribiendo cuentos y novelas que iba enviando a diferentes agentes literarios. Enviar un manuscrito desde la cárcel en aquella época costaba (literalmente) dejarse la sangre. Los primeros manuscritos fueron rechazados, pero cuando No Beast So Fierce fue recibida por su agente enseguida consiguió venderla y la carrera de Bunker como escritor comenzó a ser rentable.
Edward Bunker, más maduro y un pelo más sosegado, consiguió publicar unas cuantas novelas excelentes y algunos papeles muy secundarios como actor en producciones Hollywood y europeas. Eso le permitió mantenerse alejado de las prisiones.
La rabia de Bunker se canalizó hacia la escritura de alguna de las mejores novelas negras norteamericanas del último cuarto del siglo XX.

Este es el material con el que Edward Bunker hizo todas sus crudas novelas. Cada una de ellas se basa en anécdotas vitales del propio Bunker o de sus conocidos. Y aquí está su vida, al menos hasta que cumplió los cuarenta.
La ingenuidad y las ganas de vivir son las fuerzas motrices de su narración. Bunker intenta de vez en cuando justificar sus decisiones, explicar porque opta siempre por la opción más peligrosa. Dice que las circunstancias y el entorno lo arrastraron, pero eso es decir poco de su personalidad: Edward Bunker no se doblegaba con facilidad ni ante la agresión física, ni ante la presión psíquica, así que hay que buscar su tendencia a meterse en líos, en convertirse en un criminal, en otro lugar (aunque no desdeñemos la crudeza de lo que le tocó apechugar siendo un mocoso). Y para mi son esas ansias de aventura, de consumir la belleza de la vida, de ver cosas que pocos han visto lo que le llevan a estar dispuesto a pagar el precio de la prisión. Edward Bunker fue maldecido con una gran inteligencia y una portentosa curiosidad.
Bunker era duro pero, muchas veces, claro, su comportamiento es pura fachada: "Que empezara el juego. La bravata enmascaraba un vacío interior que era casi absoluta desesperación" (449). Pero, aún así, prefiere conocer los placeres de la vida antes que admitir un trabajo monótono que le impida disfrutarlos, que no le deje enterarse de qué cosa sea eso de la vida.

Bunker despliega aquí toda su capacidad narrativa basada en un ritmo continuado debido a la multiplicidad de pequeñas historias que van enredándose con la historia principal. Cada uno de los muchos personajes de diferentes clases sociales que aparece en las memorias tendrá su parte de aventura. O han vivido una anécdota que sirve para crear el ambiente que Bunker busca o han compartido con Edward alguna trapacería que hace que la acción avance. La cantidad de información y la sinceridad de Bunker en la manera de contar son los dos grandes encantos de su obra. Tantas historias, tantos personajes, tantos ambientes y tantas ganas de conocer todo.
Los encierros periódicos sirvieron para dos cosas en el caso de Bunker: por un lado tuvo que buscar un escape intelectual a su angustia a través de la lectura; por otro fue creando un puesto de observación del mundo en libertad que le permitió convertirse en escritor.
"El encarcelamiento tiene, al menos, el aspecto beneficioso de dejar que el preso vea el mundo como el artista, con una mirada nueva" (456).
Hay que leer a Bunker, hay que dejarse arrastrar por su escritura auténtica y plena de acción, por la modernidad de esos ambientes tan alejados de las producciones políticamente correctas de su época, por la ingenuidad del criminal y por el inquebrantable deseo de gozar de la vida.

Edward Heward Bunker, Los Ángeles, 1933 - Burbank, 2005. Quién quiera conocer su biografía que lea La educación de un ladrón. Hay poco más que añadir, además de que fue uno de los diez delincuentes más buscados por el FBI y que ganó fama internacional como actor con Tarantino y su Reservoir Dogs (ese Mr. Blue con cara de duro). Su obra publicada:
No Beast So Fierce (1973). No hay bestia tan feroz. Barcelona: Sajalín, 2009.
The Animal Factory (1977). La fábrica de animales. Barcelona: Sajalín, 2011.
Little Boy Blue (1981). Little Boy Blue. Barcelona: Sajalín, 2012.
Dog Eat Dog (1995). Perro como perro. Barcelona: Sajalín, 2010.
Education of a Felon. A Memoir (2000). La educación de un ladrón. Autobiografía. Barcelona: Sajalín, 2015.
Stark (2006). Stark. Barcelona: Sajalín, 2010.
Death Row Breakout and other Stories (2010). Huida del corredor de la muerte. Barcelona, 2014.

Con la edición de esta traducción que Montserrat Gurguí y Hernán Sabaté hicieron en el 2003 para Alba editorial, Sajalín ha traducido al castellano todas las obras publicadas de Edward Bunker. Bravo por Sajalín y por su gusto ineluctable para la novela negra. Y bravo por el prólogo de Kiko Amat.



Antonio Altarriba & Keko: Yo, asesino

Antonio Altarriba & Keko: Yo, asesino. Barcelona: Norma, 2014. 134 páginas.

Enrique Rodríguez Ramírez es profesor de Historia del Arte en la Universidad del País Vasco. El profesor Rodríguez ha ganado fama internacional como conferenciante sobre arte y crueldad. El profesor Rodríguez ve como su mundo laboral se estrecha debido a las envidias. Ve como el mundo académico se enturbia debido a los manejos políticos abertzales. Ve como el mundo familiar se desvanece por la incomunicación de la falta de amor. Pero para el profesor Rodríguez todo esto son nimiedades. La misión del profesor Rodríguez es la de sublimar el asesinato como una de las bellas artes.

El artista asesino Rodríguez monta sangrientas performances en las que la muerte es el sujeto. A veces se trata de asesinatos rápidos, anónimos, intuitivos. Otras veces de montajes con días y semanas de dedicación y arduo trabajo. Rara vez hay un beneficio personal material tras las obras del artista asesino Rodríguez. Está más preocupado por la técnica y la implicación estética de sus intervenciones que por lo que lo que él pueda sacar de las muertes.
El artista asesino Rodríguez debe andarse con cuidado. Tanta actividad artística comienza a dejar huellas que apuntan al profesor Rodríguez, y el mundo académico es un mundo miserable en el que muchos estarían encantados en ver convertido al profesor Rodríguez en el enchironado artista Rodríguez.
Claro que la vocación de Rodríguez es una voz demasiada poderosa como para desoírla así como así.

Keko ha dibujado un universo de claroscuro para contar la historia de este profesor psicópata que va rompiendo las relaciones con su entorno para dedicarse a su macabra interpretación artística. Altarriba ha creado un personaje solitario, frío, con una misión en la vida, enfrentado a los ámbitos académico de la universidad y profesional de los teóricos del arte -mundos descritos sin profundizar demasiado, maniqueos, tan solo como contraste con la pureza maníaca del protagonista-. Tampoco es que las teorías estéticas y de historia de la pintura estén demasiada elaboradas, sirven más bien para plantear el enfrentamiento banal (asesinatos aparte) entre dos tendencias de moda que triunfan una sobre la otra según el viento que sople. Y hay mucho que ganar.
Keko y Altarriba quieren hablar más bien de la ambición pervertida, capaz de cualquier cosa con tal de conseguir el poder y el reconocimiento; a esa ambición que rodea en todos los campos a Enrique Rodríguez se opone su integridad destructora artística. ¿Un loco asesino? Claro, pero es el único que no busca prestigio o fama.
Keko y Altarriba han conseguido un cuento cruel en el que ni las víctimas merecen compasión. Desde la situación de crisis en la que se encuentra en estos momentos Enrique Rodríguez nos cuenta en primera persona, mediante flasbacks y rememoraciones, su iniciación en la actividad artística sanguinaria y su currículo como artista del cuchillo. Todo lo que le rodea es mezquino así que la única manera coherente que tiene de denunciarlo es dejando unos cuantos cadáveres elucubrados con mucho arte.

ficomic.com

Keko (José Antonio Godoy) ha trabajado en revistas y diarios y cuenta con una enorme producción entre la que destaca 4Botas premio a la mejor obra en el XXI salón del cómic de Barcelona. Se reconoce su estilo sobrio con un ejemplar manejo de las sombras y el claroscuro.
Antonio Altarriba es novelista, guionista de cómic y profesor de filología francesa en la Universidad del País Vasco. En 2010 ganó el premio nacional del cómic por El arte de volar

Muertes anunciadas


La infatigable gente de editorial Alrevés saca estos días algunos de sus libros en edición de bolsillo. Aquí está la primera entrega, que aparece estos días
Luis Gutiérrez Maluenda: Ruido de Cañerías, La fiesta y Un buen lugar para reposar
Jorge Volpi: La paz de los sepulcros
Susana Hernández: Contra las cuerdas
Leo Coyote: Un buen invierno para Garrapata
Todos por menos de 10 euros en el formato que pide la novela negra, el bolsillo


L


Ruido de cañerías: portada

Aquí va un puñado de novedades que aparecerán casi todas ya en el otoño septentrional, queda tiempo, pero los devoradores de género negro tenemos que prepararnos para la digestión.
Además de la muy resonante continuación de la serie de Stieg Larsson a la que ya me referí en http://paraffintest.blogspot.com.es/2015/06/muertes-anunciadas.html
hay otras novedades:



portada provisional
portada provisional
Salamadra anuncia la salida de cuatro novedades en su colección black:

En agosto, el thriller psicológico de la inglesa Renée Knight: Observada. La lectura de un libro estremece a la protagonista cuando se da cuenta de que en él se describe su secreto mejor guardado...

En septiembre una novela del francés Bernard Minier: No apagues la luz. Fragilidad mental y crímenes espeluznantes en una intriga en la que se mezclan la ópera clásica y la industria aeronáutica de Toulouse.

portada provisional
portada provisional
En octubre la segunda entrega de las investigaciones del subjefe Rocco Schiavone, policía romano trasladado por sus oscuras maniobras al valle de Aosta. Ahora investiga un homicidio cometido, en apariencia, para robar a la víctima. Antonio Manzini: La costilla de Adán.

Y en noviembre el primer libro que publicó Nic Pizzolato: La profundidad del mar Amarillo. Se trata de una colección de relatos en los que están presentes todos los temas claves del creador de True Detective: la poesía fatídica del paisaje, la soledad y el desarraigo.

El día 10 de septiembre RBA lanza a al mercado la traducción de Alberto Coscarelli de la nueva novela de Ian Rankin: El libro negro. John Rebus investiga la brutal agresión a uno de sus colegas. Terribles crímenes del pasado se entremezclarán con los misterios de la actualidad. Rebus necesitará descifrar la hermética escritura de su compañero para desvelar la verdad.
Aprovechando la aparición de la novedad, RBA, en su colección de Serie Negra-Bibliotecas de Autor reedita en nuevo formato y a 15 euros alguno de los títulos más famosos de Ian Rankin.




Siruela ha encargado a Anne-Hélène Suárez Girard la traducción de la última novela de Fred VargasTiempos de hielo. La brigada criminal de Adamsberg investigando lo que parece un asesinato camuflado de suicidio en el que están involucrados los miembros de un club de fans de Robespierre y lleno de símbolos de la mitología nórdica. Y con Islandia como telón de fondo...
En breve en Paraffin Test gracias a las galeradas que me han proporcionado los nunca suficientemente elogiados profesionales de la distribuidora Les Punxes.







En los primeros días de octubre Random House, en la colección Roja & Negra, publicará la quinta entrega de las investigaciones de Hanne Wilhelmsen, escritas por Anne Holt -aquí con la colaboración de Berit Reiss-Andersen, ya que Holt estaba ocupada como ministra de Justicia en Noruega-. En La broma, Wilhemsen se verá involucrada en una investigación relacionada con un círculo de pederastas. Traducción del noruego por Lotte Katrine Tollefsen.
Eso me recuerda que unas semanas antes tendremos en nuestras manos la tercera entrega de Los rostros de Victoria Bergman, Catársis, del tándem Erik Axl Sund.  Ya tenéis la reseña de toda la trilogía en Paraffin Test.   http://paraffintest.blogspot.com.es/2015/06/erik-axl-sund-los-rostros-de-victoria.html







En la primeras semanas de octubre también Roja & Negra revelará la novena entrega de las pesquisas del hiperactivo Harry Hole. Jo Nesbø: Fantasma. Hole vuelve de Hong Kong para aclarar la implicación de su protegido Oleg en un asesinato. Traducido del noruego por Ada Elisabeth Berntsen y Carmen Montes Cano.
Y ya que estamos en la John Dickie: Historia de la mafia: Cosa Nostra, 'Ndrangheta y Camorra, de 1860 al presente. Dickie es un escritor riguroso y muy ameno, con profundos conocimientos de la cultura popular italiana y de los movimientos mafiosos. Muy, muy recomendable. En editorial Debate.
primera semana de octubre, os recomiendo que devoréis la traducción al castellano del ensayo de Dickie hecha por Jaime Collyer






Por esos primeros días de octubre aparecerá también la segunda entrega de los entuertos del pequeño teniente Camille Verhoeven. La colección Negra de Alfaguara reedita Alex, de Pierre Lemaitre, que ya publicaran en bolsillo hace un año (cosas de editoriales), ahora con el mismo formato que la primera parte de la serie: Irene. Una serie de esas que Justo Navarro clasifica dentro de las de sierra mecánica. Un thriller contrarreloj en el que el único modo de salvar a la agonizante víctima de un secuestro será el ingenio del comandante francés. Traducido por Artur Jordà




La gente de Roca Editorial ya tiene casi en las manos (para octubre en librerías) la quinta de las aventuras del torturado David Gurney escrita por John Verdon, aunque aún no tiene título ni portada porque el lanzamiento será a escala internacional y todavía no ha aparecido en inglés.


Claire Kendal: Sé dónde estás


Claire KendalSé dónde estás.  Barcelona: Anagrama, 2015. 368 páginas. Traducción del inglés (UK) de Jaime Zulaika. Título original: The Book of You.  London: Harper Collins, 2014.

Clarissa ha tenido una de esas noches para olvidar.
¿Acaso no es lo mejor salir a relajarse cuando te acaba de abandonar tu pareja?¿No es aconsejable dejarse llevar un poco por unas copas y conseguir un ligue por una noche, sin ser demasiado puntillosa? La vida es tan mediocre cuando eres funcionaria de clase media y vives sola en un pequeño apartamento en Londres, sin demasiados amigos y avanzando en los treinta y sin quedarte embarazada aunque lo quisieras...
Una cana al aire. Pero en la noche hay muchas alimañas. Una de ellas es el profesor de la universidad en la que Clarissa trabaja. Rafe Solmes. Con Rafe Soles ha pasado la noche.
Clarisse no recuerda nada, pero las marcas en muñecas, tobillos y muslos y los desgarros vaginales y las nauseas no indican nada bueno. Y eso que lo ocurrido hasta ahora no se puede ni comparar con lo que vendrá a continuación.
El acoso de Solmes no decae aunque Clarissa le deja claro por todos los medios que nunca más quiere volver a saber de él. Clarissa recurre a los consejos policiales, pero necesita acumular pruebas. Recurre a los manuales de autoayuda. Recurre a las técnicas de alejamiento. Todo inútil ante el perturbado Solmes. 

Poliorcética, arte del asedio. Principal característica para conseguir el triunfo: perseverancia (no viene mal una nota de maldad o locura).
Clarissa ve la luz cuando es convocada para formar parte de un tribunal popular. Eso le permitirá durante unas siete semanas cambiar de hábitos y dificultar las maniobras de Rafe Solmes. 
Lástima que el caso a juzgar sea el de una yonqui prostituta a la que unos camellos han violado. Bueno, el abogado de los camellos no está de acuerdo, diga lo que diga la meretriz Carlotta Lockyer las relaciones sexuales fueron consentidas. Vaya, parece que esto recuerda la noche de marras de Clarissa y Solmes.
Más leña al fuego: Rafe, ante las dificultades de un acoso continuado ahora que Clarissa está en el juzgado, aumenta la contundencia de sus amenazas y el valor de sus regalos y la intensidad de sus requiebros.
Clarissa sólo puede apoyarse en las relaciones que está consiguiendo forjar con otros miembros del jurado.  Ante todo con el bombero Robert. No le vendría nada mal que la encarnación de la hombría le echara una mano con su asunto. Que la defienda y proteja. A lo mejor un clavo puede sacar otro clavo. O a lo mejor tanto clavo sólo sirve pare cerrar el ataúd de Clarissa. En fin, ya veremos si alguien puede poner coto al acoso desquiciado de Rafe o si el asalto final sólo deja una ciudad en ruinas.

Claire Kendal ha creado este relato de terror cotidiano haciendo algunos guiños a los cuentos tradicionales europeos, tan macabros y tan dispuestos a advertir de los males que conlleva el no seguir las normas, y otro guiño al esplendoroso mamotreto de Samuel Richardson: Clarissa.
Como en este, el personaje principal (y la víctima del juicio) es un juguete en manos del poder masculino. Como en este, es tremendamente complicado para la protagonista liberarse del acoso y del sentimiento de culpa y de vergüenza por los actos cometidos por otros contra ella. La víctima como responsable por ir provocando.
Como en los cuentos, aparecen personajes estereotipados, el héroe, el malvado, la virtuosa inocente. Aquí, claro, son más complejos, guardan unas cuantas sorpresas que pervierten esos roles. Como en los cuentos hay una moraleja moralizante, aunque en este caso es bastante antisocial.
De lo que Kendal habla es de cómo las cosas más cotidianas, pasear, comer, sacar la basura se pueden transformar por un simple equívoco en un infierno. Habla también del desamparo de la soledad. Y habla del abuso de poder machista y de la mentira. De nuestra capacidad para vivir en la mentira constante, no hace falta una mente que desvaríe, sólo es necesario que podamos obtener beneficio. Un nimio beneficio es suficiente para crear todo un entramado de mentiras que puede crear una destrucción enorme. Y de nuestra asombrosa capacidad para creernos las mentiras de los otros y las propias.

Claire Kendal utiliza una doble voz narradora. Una en tercera persona para describir la actividad de Clarissa en el juicio en la que ha sido designada jurado y en los momentos en los que el acoso de Rafe no es tan evidente y otra en primera persona, una especie de diario en el que Clarissa se refiere en segunda persona a su acechador (de ahí el título original). Así tiene la oportunidad de describir la creciente sensación de agobio que las técnicas de asedio provocan en Clarissa: al principio son pequeñas cosas, llamadas, apariciones cuando ha quedado con amigos, regalos de poca entidad..., hasta que la psicopatía de Rafe se manifiesta con toda su furia. La voz en tercera persona le sirve para ofrecer un contraste entre el sentimiento de Clarisse de estar en un tunel del que no puede salir y lo que la sociedad actual opina de los grados más leves del acoso y de la indefensión de los débiles ante el abuso de poder. De la capacidad, como en los tiempos de Richardson de convertir a la víctima en culpable, y de que la víctima así lo crea.


Claire Kendal nació en Estados Unidos pero estudió en Inglaterra, país en el que reside. Es profesora de literatura inglesa y escritura creativa. The Book  of You es su primera novela.

Terry Hayes: Soy Pilgrim


Terry Hayes: Soy Pilgrim. Barcelona: Salamandra, 2015. 860 páginas. Traducción del inglés (UK) por Cristina Martín Sanz. Título orginal: I Am Pilgrim, Londres: Transworld Publishers, 2013.
Scott Murdoch, por darle un nombre, ha acudido a contemplar la escena de un crimen en un hotelucho de Nueva York. El teniente al mando de la investigación es su buen amigo Ben Bradley. Han encontrado el cadáver de una joven a la que va ser difícil identificar: le faltan las huellas dactilares y los dientes, está siendo corroída por el ácido en la bañera y la habitación ha sido desinfectada con productos químicos que han hecho desaparecer cualquier indicio.
Lo que inquieta al exagente secreto Murdoch es que todo el procedimiento seguido por el asesino está descrito en el libro que escribió cuando se retiró del servicio activo. La persona que se ha cargado a la muchacha parece una seguidora incondicional de su obra.
Mientras reflexiona sobre el crimen, Murdoch rememora su pasado, su valentía y arrojo le han convertido en una leyenda: su reclutamiento, sus primeros casos, su ascenso en el departamento secreto que todo el mundo dice desconocer. Su retirada. Y su vuelta al servicio por ordenes que provienen de lo más alto.
Scott debe atrapar a un terrorista islámico conocido como el Sarraceno. El Sarraceno nació en Arabia Saudí y, siendo adolescente, contempló la ejecución pública de su padre por insultos a la casa Saud. Desde aquel momento juró que se vengaría de la casa real y del enemigo lejano que los apoya, los Estados Unidos. Y el Sarraceno tiene resistencia, perseverancia y voluntad para dar y tomar. Se ha convertido al islam más extremista y violento y ha luchado como heroico muyahidín en la guerra de Afganistán contra la invasión soviética. Su valentía y arrojo le han convertido en una leyenda. Por si fuera poco, ha conseguido una formación científica sobresaliente gracias a la que ha encontrado un sistema para sembrar el caos en América que hará que el 11-S parezca un juego de niños. Solo un leve descuido de el Sarraceno en las montañas del Hindu Kush ha permitido que Washington comprenda lo que se le viene encima y decida recurrir al mejor de sus agentes.
Las pistas que Pilgrim (o Scott Murdoch, o veinte nombres más) ha conseguido le llevan hasta Bodrum, una localidad de la costa turca. Como no tiene cobertura oficial sobre el terreno debe adoptar una nueva personalidad: se hará pasar por un agente del FBI que investiga la muerte de un multimillonario en una de las lujosas villas de la pequeña ciudad.
A partir de aquí la misión de Pilgrim es doble: mantener viva la investigación del crimen (que las autoridades quieren cerrar) para que no lo puedan echar de Turquía al quedarse sin excusa de permanencia, y detener la maquinaria de destrucción de el Sarraceno. Y, la verdad, le queda poquísimo tiempo.

Terry Hayes utiliza el narrador en primera persona. Scott Murdoch no solo cuenta su vida profesional y privada con prolijidad, reconstruyendo los casos más importantes que le han convertido en el personaje reverenciado que hoy es, sino que también narra la vida de su enemigo desde su niñez hasta la actualidad. Ambas biografías épicas se van entrelazando a lo largo de toda la novela. Lo mismo sucede con la trama secundaria, la investigación criminal que Murdoch debe llevar a cabo ya que es su única excusa para permanecer en Turquía, se va enlazando con la trama de espías.
Mantener todos los hilos narrativos en lo más alto sin que decaigan es la principal virtud de Hayes. Utilizando recursos del folletín como dejar en suspense los capítulos o adelantar acontecimientos futuros (con frases del tipo ...fue la peor decisión que pude haber tomado como pronto se demostraría) e intercalando historias de otro tiempo y otro lugar consigue que la tensión se mantenga a lo largo de las 860 páginas de la novela.

Es una novela trepidante que se lee de un tirón si uno está dispuesto a claudicar en ciertos aspectos:
Si usted está dispuesto a hacer ver que no le perturba que el narrador crea que los USA son el policía mundial debido a su mayor estatura moral, siempre y cuando a usted en una novela le den tramas bien construidas y llevadas con un ritmo constante, esta novela es la suya.
Si usted puede hacer como que no le importa que el personaje del presidente de los EEUU se parezca más a Morgan Freeman que a Bush, siempre que consiga una novela en la que aparezcan descritas operaciones y modos secretos de manera detallada, devorará esta novela.
Si usted tiene la capacidad de hacer como que no es para tanto que las tramas geopolíticas sean maniqueas con la condición de encontrar multitud de relatos plenos de acción que se relacionan entre ellos de forma fantástica, va a aplaudir con las orejas ante la capacidad de Terry Hayes.
Si usted no tiene problemas para simular que puede ser posible que las credenciales del FBI acojonen y permitan investigar en todos los países del mundo por el respeto que infunde el bienhacer de sus miembros, si a cambio le ofrecen una novela llena de diferentes paisajes, tiempos y países con esta novela se le va a caer la baba.
Si a usted, en fin, no le molesta el aroma de Varon Dandy de los protagonistas si con ello puede conseguir un relato de acción continua, que mezcla los géneros de la novela negra y la novela de espías con solvencia, las 800 páginas de Soy Pilgrim le van a parecer pocas.


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Terry Hayes, Inglaterra, 1951. Trabajó como periodista en Nueva York hasta que se dedicó plenamente a su carrera como guionista escribiendo los guiones de películas como Mad Max II, From Hell  o Dead Calm. Los derechos para filmar I Am Pilgrim se vendieron a la Metro-Goldwyn-Mayer en 2013





Eric Lundgren: Fachadas


Eric Lundgren: Fachadas. Barcelona: Malpaso, 2015. 215 páginas. Traducción del inglés (USA) por Esther García Llovet. Título original: The Facades. 2013.
Sven Norberg ha perdido a su mujer. Molly es la mezzo oficial de la ciudad de Trude, una villa desubicada en algún lugar del Medio Oeste norteamericano, delirio del arquitecto Klaus Bernhard, que huyó de la Alemania nazi para conseguir construir su ciudad ideal: edificios vacíos.
La vida matrimonial de Sven no era lo que había sido, pero Molly la seductora todavía es uno de los pocos alicientes de su vida, atrapada entre un desconocido adolescente que vive en su casa en el papel de hijo, un jefe abogado que lo ningunea y una madre a la que la locura senil comienza a trastornar. Encontrar a su esposa es el principal impulso vital de Sven Norberg.
La actuación de la policía no resulta de mucha ayuda. A pesar de contar en su plantilla con las inestimables predicciones, premoniciones e interpretaciones de sueños del Oráculo, lo que único que ha conseguido hasta el momento es una confusa nota atribuida a un homeless hispano pero que realmente ha sido redactada por otra u otras personas. Lo cierto es que la policía está mas interesada en acabar con la resistencia de los bibliotecarios fortificados en la única biblioteca que queda en la ciudad. Los recortes del alcalde han dictaminado que la única manera de que la policía conserve sus fondos de pensiones es destruir la insurgencia bibliotecaria y vender los fondos.
Las investigaciones de Sven le llevan a contactar con las personas más íntimas de su esposa, el crítico musical del principal diario de Trude, la anciana profesora de canto de Molly o la bibliotecaria jefa, que mantuvo años atrás una estrecha relación con su mujer. Lo único que consigue son pistas confusas y paseos por los laberintos posmodernos de la ciudad.
Sven no es capaz de encontrar a su esposa aunque nuevas pistas e indicios abstractos le llevan de un personaje a otro, de un lugar a otro. Su investigación solo produce pérdidas: perderá recuerdos, perderá certezas y perderá personas: a su hijo arrebatado por la secta cristiana local, a su madre por la desaparición progresiva de la razón. Él mismo se diluye en una ciudad en la que todo se derrumba.

Eric Lundgren manifiesta la superficialidad y deshumanización del mundo contemporáneo. Ha evocado la ciudad de Trude como paradigma de este mundo. La arquitectura exenta de urbanismo parece pensada para repeler a los ciudadanos: sus edificios son monumentos ajenos o  agresivos, su centro comercial es un laberinto en el que es imposible orientarse, su ópera es un pastiche chiflado, los lavabos públicos tienen accesos complicadísimos...
La memoria cultural de Trude está también siendo arrasada en este plan alienante. El desmantelamiento de las bibliotecas públicas hace que los famosos nombres de las letras alemanas, a los que Lundgren homenajea muchas veces, sean ya tan sólo el nombre de las diferentes habitaciones de la Traumhaus, el geriátrico: las habitaciones Doreder, Mann, Walser, Werfel...
Todo en Trude es espectáculo vacuo, fachadas sin interior. Los personajes de esta ciudad se mueven en un un mundo que deforma el nuestro, alucinados que recuerdan a los de Lethem o a los protagonistas de Kennedy Toole, o incluso a los de Jerome Charyn (aunque Charyn construye submundos que se mueven en un plano paralelo pero que coexisten con un mundo "real"). Su forma de actuar está regidas por el absurdo, la premonición y los símbolos cifrados y de dudosa interpretación.
Sven Norberg tiene problemas para relacionarse con este mundo. Ha perdido el nexo social que mantenía anclado. Es incapaz de entender su entorno y va perdiendo la facultad de comunicarse: cada vez ve peor, su madre apenas es ya capaz de entenderle, cuando va a la ópera le dan asiento en lugares con problemas de visibilidad...
La religión que ha atrapado a su hijo, el que podría haber restablecido su papel social, es una delirante secta llena de majaderías: conciertos de rock adolescente, quema de recuerdos, destrucción de los lazos familiares y de la memoria.
Así es todo en esta comedia, en este divertido y amargo relato surrealista que Lundgren describe utilizando la narración en primera persona. Para contarnos este mundo Lundgren prefiere a alguien de dentro. No un observador externo, sino alguien al que no le quede otra que bregar con este universo superficial, cultura espectral. La excusa para hacer que su personaje se mueva por este mundo es la desaparición de su esposa y los crímenes que se suceden a continuación. Puede describir perplejo su mundo porque, como buen investigador de novela policial, es un inadaptado. Un perdedor. Sven Norberg no puede vivir en calma en esta ciudad, ni puede huir y, desde luego, parece incapaz de encontrar a su esposa.
Una recomendable parábola con tintes de comedia que denuncia la superficialidad de la cultura espectáculo y la desintegración de los vínculos sociales solidarios.

therumpus.net
Eric Lundgren, nació en Cleveland y creció en Minneapolis. Se graduó en escritura creativa en la Washington University. Fachadas es su primera novela después de haber publicado relatos en varias revistas literarias norteamericanas.





Erik Axl Sund: Los rostros de Victoria Bergman



Erik Axl Sund: Los rostros de Victoria Bergman: I. Persona, II. Trauma, III. Catársis. Barcelona: Penguin Random House, 2015. 403 + 406 + 438 páginas. Traducción del francés de Joan Rimbau. Les cares de Victoria Bergman: I. Persona, II. Trauma, III Catarsi. Barcelona: Empúries, 2015. Traducció de Jordi Boixadós Bisbal. 448 + 456 + 448 pàgines. Títulos del original en sueco: I. Kråkflickan, II. Hungerelden, III. Pythians anvisningar. Salomonsson Agency, 2010, 2011, 2012.


Jeanette Kihlberg es comisaria de la policía sueca. A ella y a su grupo se les encarga investigar la aparición de varios cadáveres de adolescentes encontrados en lugares públicos de Estocolmo. Los cadáveres muestran signos de violaciones, tortura y amputaciones. Algunos han sido embalsamados.
Jeanette Kihlberg pide ayuda a la psicoterapeuta Sofia Zetterlund para dibujar el perfil psicológico del asesino. Sofia Zetterlund trabaja ocasionalmente como asesora de la justicia sueca y se ha especializado en niños que han sido maltratados y violados. Precisamente, una de sus pacientes actuales, Victoria Bergman, fue violada de forma continuada por su padre desde muy pequeña. Para defenderse del miedo, el dolor y el odio, y para poder vivir en la sociedad con un agrado de adaptación aceptable, ha ido creando varias personalidades. Algunas de ellas son extremadamente violentas y vengativas. Otras le hacen parecer una persona "normal", muy inteligente y sociable.
Jeanette va informando a Sofia sobre el descubrimiento de nuevos cadáveres. Ahora ya no se trata sólo de niños, sino que comienzan a encontrar asesinados adultos cuyo nexo de conexión es, como descubre Sofia, Victoria Bergman.
La investigación apunta a que todos los muertos estaban enredados, como verdugos o como víctimas, en una asociación de pederastia que durante años ha ido raptando niños y niñas de Europa del Este y en la que están implicadas personas con mucho poder económico y con protección legal y policial.
La relación entre Sofia y Jeanette es cada vez más estrecha y los consejos de la terapeuta contribuyen a desenmarañar la estructura de la secretísima sociedad que los pederastas han constituido. Pero, conforme avanza la investigación, aumenta el número de cadáveres relacionados con la asociación, hasta que sólo quedan tres implicados con vida: el constructor del entramado, una de las niñas -que ha desaparecido raptada- y Victoria Bergman. Hallar con vida a la muchacha podría ser la clave para desmontar definitivamente la red y aclarar cuál ha sido el papel de la inquietante Victoria Bergman en todo el proceso.

Los rostros de Victoria Bergman es un folletín en tres partes más que una trilogía en la que cada novela tenga una entidad independiente. Todas las tramas se cierran en la tercera parte y las dos primeras novelas sólo tienen sentido en el conjunto total. Es una obra ambiciosa compuesta por capítulos cortos centrados en diferentes épocas y lugares, desde la Ucrania arrasada por la hambruna durante la segunda guerra mundial hasta la Suecia contemporánea, desde la Sierra Leona en guerra civil de los años ochenta hasta los campos de concentración nazis.  El narrador va centrando su punto de perspectiva sobre una multitud de diferentes personajes que van manifestando poco a poco su carácter.

Es habitual referirse a los policiales nórdicos diciendo que son una denuncia de las deficiencias del estado del bienestar. Claro, esa es la función social de la novela negra (cuando tiene alguna), exhibir las vergüenzas de la sociedad. Y los nórdicos hablan de lo que les rodea. Aquí hay un paso más. Es Suecia, pero podría ser cualquier país del mundo en el que haya seres humanos que crean que el poder se demuestra por la capacidad de infligir dolor y de someter a los demás.
Erik Axl Sund no escatima horrores. Por Los rostros de Victoria Bergman desfila una legión de demonios: la pederastia y el maltrato familiar; la prostitución y la trata internacional de menores; la utilización espuria de la cooperación con África; las enfermedades mentales y el abuso de los medicamentos y de la manipulación psiquiátrica; los asesinos en serie impredecibles; las conspiraciones entre poderosos y cómo se asocian para protegerse. El horror en todos los ámbitos. La corrupción de todos los valores sociales y familiares. Erik Axl Sund proclama que el mal está agazapado en cada rincón de nuestra existencia. La forma de protegerse ante el terror es crear máscaras que nos alejen de él, que creen una distancia entre nuestro yo vulnerable y el ataque brutal. Victoria Bergman ha necesitado muchas máscaras para poder soportar todo el mal que ha sufrido.

Erik Axl Sund ha utilizado un método de reminiscencias clásicas para narrar la némesis de Victoria Bergman. Como los espectadores de las tragedias griegas o los oyentes de las sagas, los lectores tienen más información que los protagonistas. Los lectores saben, a través de las sesiones terapéuticas, del seguimiento de los asesinos y de los saltos narrativos hacia el pasado, lo que los investigadores van a descubrir. Las trampas que les esperan y la importancia de no pasar por alto ciertos datos que parecen irrelevantes. Pero ello no quiere decir que el lector controle los acontecimientos: la complejidad y multiplicidad de las personalidades de los protagonistas es la baza con la que los autores sorprenden continuamente, el truco en la manga para mantener el suspense y conseguir que no decaiga el interés en más de 1.200 páginas.
Un método diferente al empleado en otras series policiales nórdicas. Aquí no hay tanta descripción de las interioridades del funcionamiento del cuerpo de policía como en las de Sjöwall y Wahlöö, Mankell o Leif GW Persson. Aquí los métodos de investigación, aunque descritos con precisión, no son lo importante. Lo importante es que el lector contemple los procesos psicológicos de la perturbadas psiqués de los protagonistas. Lo importante es que tenga una perspectiva general, que sea un espectador omnisciente de la acción (o al menos que eso crea), pero que se pregunte cuál será la deriva de las mentes de los personajes. Es más bien un intento de hacer cómplices a los lectores del horror a través de la información para demostrarles como el terror es cotidiano, impredecible a pesar de todo lo que se sepa, y que está muy cerca. Una vez que el lector esté contemplando el proceso de hibris, némesis y catarsis de los torturadores de Victoria Bergman, descubrirá que todo lo que creía saber de los personajes es sólo una sombra en la caverna. Una caverna muy fría en la que el mal está justo a nuestro lado.


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Erik Axl Sund son Jerker Eriksson (1974) y Håkan Axlander Sundquist (1965). El primero es músico, artista e ingeniero de sonido, el segundo trabajaba como bibliotecario en una prisión. Tras el éxito de Los rostros de Victoria Bergman (premio especial 2012 de la academia sueca de escritores y con más tres millones de copias vendidas) preparan una nueva trilogía: Negra melancolía.