Jordi Soler: Pinches jipis

Jordi Soler: Pinches Jipis. Barcelona: Malpaso, 2016. 160 páginas.

el cómplice, Daniel Parellada Monreal @dparellada

Solo alguien con la distancia literaria de Jordi Soler podía llevar a cabo una novela negra tan disparatada, clásica y vanguardista, realista y loca al mismo tiempo. Porque Ciudad de México (para los que la conocemos solo literariamente) se nos aparece como precisamente eso: un monstruo inabarcable que devora personas, trabajos y días en los que puede pasar cualquier cosa. En Pinches jipis nuestro protagonista es el comandante Conejero, un investigador al que, años atrás, le desarticularon su unidad de casos especiales, porque sus superiores decidieron que requería de un retiro de desintoxicación severo. Aunque nunca se rehabilitó del todo, sigue liderando el cuerpo de policía del DF, porque no hay nadie que tenga su genio, su olfato, su diagnóstico, ni sus agallas. De perennes gafas de sol, gabardina y sombrero, el rudo pero sentimental Emiliano Conejero se enfrenta, hoy, a un despiadado asesino que estrangula a sus víctimas con medias de nylon azul, antes de vaciarles los ojos con una cucharita de café. Todo apunta a un locutor radiofónico de ultraderecha que está ganando popularidad a marchas forzadas gracias a que los asesinatos se producen a su alrededor, pero, por supuesto, nada es lo que parece, y el cincuentón Conejero solo podrá solucionar el caso con la encomiable ayuda de su comparsa extravagante: la novia de piernas largas, su pesado hijo gordinflón y adolescente Macabeo, sus subalternos la Vacota y el Espectro, y las siempre bienvenidas asistencias del güisqui Cutty Sark y algún gramo de cocaína. Tanto la historia como el personaje ridiculizan y celebran el género policíaco, por lo que los amantes de lo negro no os podéis perder esta novela vertiginosa, que acaba con una delirante y etílica escena final, en la que un pinche jipi resuelve la ecuación. 

Jordi Tiñena: La mort sense ningú.

Jordi Tiñena: La mort sense ningú. Barcelona: Llibres del delicte, 2016. 305 páginas.


En el bosque del Pont del Diable de Tarragona ha aparecido semioculto un cadáver vestido de ciclista. Sin bicicleta. El subinspector de los mossos d'Esquadra Vidal y su ayudante, el cabo Veciana son los responsables de identificar al muerto y desvelar las circunstancias de la muerte.
El muerto era Manuel Artal Soler, un economista dedicado a las inversiones especulativas. Vidal y Veciana van descubriendo que Artal no tenía demasiados amigos. Ninguno, de hecho. Algunas malas inversiones no lo han hecho precisamente popular en Tarragona. Y su familia de Gandesa estaba enemistada con él desde hace algún tiempo y tampoco parece muy afectada por su muerte.
Por si fuera poco, los mandos no quieren malgastar demasiado tiempo en un caso que no parece interesar a nadie.
Vidal espera poder cerrar el caso pronto para que no ponga en peligro su relación con su pareja, Roser, que comienza a cansarse de sus dudas y de que consiga tiempo a cuentagotas para estar con ella. Además necesita abrirse ante su hermano, Biel, aquejado de una enfermedad que está acabando con él. Y, por si faltaba algo, su sobrino, que está acabando la adolescencia, necesita que alguien lo controle para que no se meta en problemas.
Pero Vidal y Veciana no pueden ignorar algunos hechos del caso de Artal que no les dejan tranquilos: la casa del muerto ha sido asaltada y su coche robado. Vidal y Veciana deciden investigar a los posibles interesados en la muerte del especulador. Por un lado, un constructor millonario que se hizo rico con la burbuja inmobiliaria y al que sus negocios con la iglesia católica no les conviene publicidad negativa. Por otro, su familia, que algo turbio oculta como parecen demostrar sus formas duras y brutales.
Vidal y Veciana tienen un plazo para resolver el caso y lo deben cerrar de manera satisfactoria para todos, teniendo en cuenta que nadie parece afectado por la muerte de Artal.

Hay tres tiempos en esta novela de Jordi Tiñena, a la manera de las velocidades históricas de Fernand Braudel: un movimiento rápido, un movimiento más lento y un movimiento casi inapreciable. 
El caso policial es el que se desarrolla en un tiempo más rápido, compromete a los poderes fácticos del ahora, a constructores sin escrúpulos, a especuladores de la bolsa y de las propiedades, a mafias de ladrones. El beneficio del mercado y del robo ha de ser inmediato, no a medio plazo.
Un segundo ritmo más lento pertenece al ámbito familiar y de las relaciones grupales. Tarragona y su entorno son un escenario perfecto: todavía se recuerdan las viejas rencillas de la guerra, quién era quién durante el franquismo. Y los pueblos del entorno no olvidan las viejas rencillas familiares por herencias y viejos pleitos entre vecinos.
Tarragona es también el lugar idóneo en el que contemplar la larga duración: sus espléndidos restos romanos, medievales y barrocos, orgullo patrimonial y recurso turístico reinventan el recuerdo de otros tiempos. Las ruinas son también el contraste ante la potencia de los sectores industriales químicos y turísticos, Y las pequeñas manchas boscosas conservadas entre grandes factorías son el testigo de la desaparición del mundo rural agrícola que hace un siglo era la riqueza de la zona.
El subinspector Vidal vive agitado por estas tres velocidades, el ámbito de la investigación, el ámbito de sus problemas familiares y afectivos y el ámbito que promueven sus reflexiones filosóficas y su continuo pulular por la ciudad y la provincia. Los tres se entremezclan en todos los capítulos de su vida, es imposible mantenerlos separados.
La intriga policial y su resolución, que no son sino una parte de la novela, con el mismo peso que optras tramas, son verosímiles y sirven para presentar el mundo profesional de este policía del que Tiñena quiere mostrarnos un retrato completo, que conozcamos todas las facetas -a veces contradictorias-, de su vivir profesional, afectivo e intelectual.


diaridetarragona.com

Jordi Tiñena, Barcelona, 1955. Desde los diez años vive en Tarragona. Es catedrático de lengua catalana y literatura. Ha escrito varias adaptaciones de clásicos catalanes medievales como Tirant lo Blanc, Curial i Güelfa, El llibre de les dones y Lo Somni. Ha escrito varias novelas de diferentes géneros. La mort sense ningú es su primera novela criminal.

Más truhanes en la banda

Las últimas incorporaciones que han pedido incorporarse a la pandilla.


Muchos saltarán de contentos cuando caiga en sus manos la nueva novela épicanegra de Carlos Bassas del Rey: Mal trago. Alrevés ha editado las aventuras del inspector Heródoto Corominas, que investiga la aparición la aparición del cadáver de un infante en las derruidas paredes de una la solariega finca de una rica familia venida a menos. Seguro que no tiene desperdicio. A partir de la semana que viene.



Vamos a por la segunda del insobornable y contudente César Pérez Gélida en su segunda trilogía Refranes, canciones y rastros de sangre: Cuchillo de palo. Sigue la prospección psicológica del atormentado Sancho luchando contra enemigos terribles que pondrán de nuevo su integridad mental en cuestión. Editado por Suma, lleva muy pocos días rondando.




Y el mes que viene tendremos entre las manos una colección de cuentos imprescindibles de los que provocan que se haga la boca agua. Lorenzo Silva: Todo por amor y otros relatos policiales. Editorial Destino propone una centena de relatos del daimon de Bevilacqua y Chamorro sobre el funcionamiento del sistema judicial español y la cochambre del aparato político. 






La gente de Reino de Cordelia entrega esta semana la reedición en traducción de María Robledano del primer caso de Philo Vance, S. S. Van Dine: El caso del asesinato de Beson. Se trata de las indagaciones del dandy neoyorquino de principios de siglo XX que causó furor en la radio y en los diarios de aquella época. Maravillosa recuperación.






Y, como suele pasar por las casualidades editoriales, esta semana tendremos otro interesante redescubrimiento de un personaje aristocrático investigador, Margery Allingham creó a su detective Albert Campion en 1929. En El signo del miedo lo lleva a investigar una herencia en un pequeño reino del adriático. Suspense, misterio y geopolítica en una novela que promete. En breve en Paraffin Test. La traducción de la mano de Guillermo López Gallego.


A finales de mes contaremos con una nueva pesquisa del perplejo Maigret. Acantilado sigue con la obra de Georges Simenon: El muerto de Maigret, en traducción de Núria Petit Fontserè. Atención  aesta novela, porque es una de las mejores del inspector (y es mucho decir): Maigret recibe insistentes llamadas de un personaje que ve su vida en peligro. Cuando aparece un joven muerto en mitad de París, el policía se toma el caso como algo muy personal. Enorme Simenon para final de mes.


Prohibido perderse para quien quiera disfrutar de un buen cómic la recuperación del tebeo de Neil Gaiman y Dave McKean: Casos violentos, que publica ECC Cómics en traducción de Fabián Ricardo Rodríguez Piastri. Aquí siguen los casos macabros de Sandman, escritos en 1987.






Recién aparecido el nuevo libro de John Connelly: Del otro lado. Los autores van cumpliendo años y los personajes también. El Harry Bosch del autor de Filadelfia ya se ha retirado, pero el abogado Mickey Haller requiere sus servicios para sacar adelante la defensa de un antiguo pandillero acusado de asesinato. Tempus fugit. Editorial Alianza ha encargado la traducción a Javier Guerrero Gimeno.



Los de Penguin Random House en su colección Roja & Negra publican un thriller del creador de la serie Fargo, Noah Hawley: Antes de la caída. Esta traducción de Mauricio Bach es una novela sobre el accidente de un avión que transporta a dos familias de clase alta estadounidense. Una historia de la investigación de las causas y de la lucha de los supervivientes.

Mari Jungsdet: La cuarta víctima, continua con la denuncia de la sociedad del bienestar sueca (sin revoluciones) a través de las pesquisas del comisario Knutas. Aquí hay una niña atropellada por unos atracadores como detonante de la acción que le llevará a investigar a las bandas moteras nórdicas. Lo edita Maeva y lo traduce Carlos del Valle.




Y otro thriller, para principios de noviembre RBA sacará Lee Child: Nunca vuelvas atrás. El multivendido autor vuelve a las peripecias sin descanso del acrobático Jack Reacher. Diálogos ingeniosos, acción hasta dejarnos sin aliento y testosterona a raudales para celebrar el estreno fílmico de esta nueva parte de la saga.





Y a mitad de mes podremos devorar las reflexiones del adalid de la novela negra en Barcelona. Una biblioteca en orden alfabético de novela criminal. Paco Camarasa: Sangre en los estantes, también en Destino. El gran gurú de la difusión de la novela criminal compartirá sus experiencias después de tantos años de intentar sacar una librería especializada adelante ¿Sabremos los motivos por los que tuvo que dejar su negocio para concentrarse en administrar justicia en jurados y certámenes? Todo se andará. Nos os lo perdáis a mediados de noviembre, si tira de la manta no habrá quien pueda ocultar sus crímenes.

Joyce Carol Oates: Rey de Picas. Una novela de suspense.

Joyce Carol Oates: Rey de Picas. Una novela de suspense. Barcelona: Alfaguara, 2016. 229 páginas. Traducción del inglés (USA) de José Luis López Muñoz. Título original: Jack of Spades. A Tale of Suspense. New York: Misterious Press, 2015.


Andrew J. Rush ha triunfado como escritor de novelas de misterio. Ha conseguido pasta y algunas buenas críticas con sus obras. No ha logrado llegar a lo más alto -que él supone que debe estar por donde camine Stephen King-, pero se ha comprado y rehabilitado una enorme mansión antigua en un entorno rural de los Estados Unidos. Ha criado y educado a sus hijos hasta que se independizaron -bueno, aún vienen a buscar consejo pecuniario de tanto en tanto- y su mujer, Irina, ha vuelto a su afición de ser profesora en un instituto de cierto nivel del pueblo. Es un fuerza viva de su comunidad y su opinión tiene un peso.

Pero Andrew J. Rush quiere soltarse el pelo. Le cansa escribir siempre encorsetado por el género y por el estilo autoimpuesto de ser un "Stephen King para caballeros". Andrew quiere ser más gore, violento, sexista, morboso y andarse con menos sutilezas. Así que por las noches se encierra (no quiere que nadie se entere, hay una imagen que mantener) con una buena botella y deja que la escritura fluya. Deja que Rey de Picas sea el autor de una colección de noveluchas pulp que están adquiriendo cierta popularidad aunque nadie sepa nada de la vida del escritor.

Y todo parece rodar hasta que un día Andrew recibe pasmado la noticia de una vecina del pueblo le ha demandado por plagio. A él, un señor de la cabeza a los pies. Por suerte, se descubre que la demandante es una perturbada que ha hecho de este tipo de demandas su razón de vida. La última descendiente de una de las familias más ricas del condado ha presentado querella en los últimos años contra John Updike, John Grisham, Norman Mailer, Dean Koontz, Peter Straub, James Patterson, Dan Brown ...y Stephen King.

Caso sobreseído ¿pero cerrado para nuestro héroe? Andrew J. Rush no quiere que su abogado atosigue a la señora C. W. Haider, digna de lástima, pero, por otro lado, el animoso Rey de Picas que lleva dentro se siente atraído por todo lo que sea anormal y rompa con la mojigata sociedad en la que vive. Hay que optar por la donosura perversa de rey de Picas o por la cordura, pelín apolillada, del gentilhombre Andrew J. Rush.


En esta novela corta Oates vuelve a construir una narración con raíces góticas -si entendemos que el gusto por indagar en las zonas más crueles y desconocidas del ser humano es característico de este género-. Oates presenta aquí a un burgués triunfador que habla en primera persona y tiene un muy elevado concepto de sí mismo. Es un escritor de novelas de suspense obsesionado por emular a Stephen King (este largo cuento es un homenaje al estilo del autor de Misery, y su presencia es constante en los capítulos). 

El narrador va desgranando todos sus méritos como artista reputado, como miembro de la comunidad respetado y como páter familias querido, pero conforme avance en sus descripciones, sus propias manifestaciones sobre sus actos y sus reflexiones van creando otro personaje. Un personaje mezquino, egoísta e incapaz de comprender a los demás. Incapaz siquiera de interpretar su entorno cotidiano.

Hay mucha habilidad en la sutileza como Oates hace que su protagonista narrador vaya cambiando ante nuestros ojos descubriendo la parte negativa de sus valores. El narrador, Andrew J. Rush, parece aquejado de un trastorno bipolar que le hace oír voces, que le hace deformar la realidad y perder la memoria, pero ello no es óbice para que sea menos responsable de su engreimiento y su crueldad. De hecho el que tenga que mantener una imagen social, profesional y familiar tan rígida parece la causa de que su siniestra parte interior cada vez cree más presión.

Poco a poco aparece la complejidad del personaje y la realidad de su vida, llena de turbios misterios. Pasamos de un burgués acomodado a un torturado hombre que no puede evitar buscar su propia destrucción.  

Como siempre en las obras de Joyce Carol Oates, hay también una necesidad por ofrecer un retrato social punzante, describiendo una clase medioalta hipócrita y machista, unida por sus intereses, capaz de cerrar filas para que nadie ataque sus privilegios y una serie de víctimas: mujeres ancianas, negros, enfermos mentales... todos ellos despreciados y carne de cañón.

Joyce Carol Oates consigue otra vez ese ambiente desasosegante que tanto perturba a sus lectores. Parece que cada objeto, cada acción, cada paisaje pudieran ser un símbolo del crimen o de la maldad. No es esta una de las obras mayores de Oates, pero es un placer comprobar su capacidad para embutirse en los personajes y obligarles a sacar el monstruo interior desconocido. Y todo desde la cabeza del propio personaje, que no es capaz de darse cuenta de cómo hemos cambiado nuestra visión sobre él. Habilidad para conseguir, como en este caso, que por la boca muera el pez.



Joyce Carol Oates, Lockport, Nueva York, 1938. Se crió en una granja en el campo y se licenció en la universidad de Syracuse y graduó en la de Wisconsin-Madison. Ha sido profesora universitaria en varias instituciones de los USA y Canadá y es autora de novelas, relatos cortos, teatro, poesía y ensayo. Ha recibido los premios literarios anglosajones más prestigiosos.

Entre su numerosa producción destaco un puñado de libros muy recomendables de varios géneros:
The Gravedigger's Daughter, 2007, La hija del sepulturero. Barcelona: Alfaguara, 2008.
Little Bird of Heaven, 2009, Ave del Paraíso, Barcelona: Alfaguara, 2010.
Carthage, 2014, Carthage, Barcelona: Alfaguara, 2014.
Rape: a Love Story, 2003, Violación: una historia de amor. Barcelona: Papel de Liar, 2011.
On Boxing, 1987, Del boxeo, Barcelona: Tusquets, 1990.
A Widow's Story: A Memory, 2011, Memorias de una viuda, Barcelona: Alfaguara, 2011.


Ian Rankin: Perros salvajes.

Ian Rankin: Perros salvajes. Barcelona: RBA, 2016. 438 páginas. Traducción del inglés (Escocia) por Efrén del Valle Peñamil. Título orginal: Even Dogs in the Wild. London: Orion, 2015.


Lord Minton era un pez gordo de la justicia escocesa. Alguien ha decidio que 78 años son suficientes y se ha cargado a Lord Minton en su casa de Edimburgo. Golpeado y estrangulado, dinero y valores continuaban donde estaban, no los han tocado. Tampoco han tocado una nota que guardaba en su cartera: "Te mataré por lo que hiciste".

La inspectora Shiobban Clark de la policía de Edimburgo rara vez lleva un solo caso. Así que acude cuando la llaman desde otro rincón de la ciudad para decirle que ha habido disparos contra una casa unifamiliar. El agredido niega la agresión, de hecho, se niega a hablar con la policía. Se trata del retirado jefe hampón Big Ger Cafferty. Y es preciso hacerlo hablar. La policía sabe que un grupo delincuente importante capitaneado por Joe Stark y su violento hijo Dennis se ha desplazado desde Glasgow hasta Edimburgo. Y no son los únicos que han venido de viaje a la capital, han arrastrado al operativo policial que los sigue desde hace años a la espera de un error que les permita encerrarlos.

La policía necesita saber si los Stark han decidido comenzar una guerra de expansión y el atentado contra Cafferty es la ruptura de hostilidades. La única manera de sacar alguna información de Cafferty es recurrir al inspector retirado John Rebus, que por allá va aburriéndose entre sus pitillos y sus tragos.

Cafferty está desconcertado, ha recibido él también la nota "Te mataré por lo que hiciste". Y en el caso de Cafferty es difícil apuntar a un sólo sospechoso, seguro que hay una legión de agraviados que serían felices descerrajándole una pistola. Pero Cafferty le confiesa a Rebus que está convencido de que es un intento de quitárselo de en medio de los Stark o de su otro rival en Edimburgo, el astuto Darryl Christie, al que interesa confundir al máximo la situación.

El inspector Malcolm Fox es destinado como enlace en el grupo que está siguiendo a los Stark, gracias a ello descubre que los Stark están buscando a uno de sus transportistas, que desapareció con parte de un alijo de drogas y unos cuantos cientos de miles de libras. Mientras Fox y el grupo de policías de Glasgow intentan adelantarse a los movimientos de los Stark, de Darryl Christie y de Cafferty, John Rebus recurre a su métodos tradicionales para desembrollar el caso de las notas anónimas y descubrir qué relación puede tener con el crimen organizado. 


Uno se puede imaginar a Ian Rankin trabajando con el enorme archivo que debe manejar para controlar la multitud de personajes y tramas de sus novelas. Que todos los argumentos cuadren, que todos los personajes vayan creciendo a lo largo de la novela de manera coherente. Que el relato no sea un fárrago que desoriente al lector, que se mantenga el interés y se llegue al desenlace con un clímax sorprendente.

Todo esto lo consigue Ian Rankin gracias a lo metódico de su trabajo: argumentos controlados y personajes creíbles, construidos con diálogo, acción y una mínima descripción interior del narrador. En Perros salvajes, además, levanta la novela en torno a dos historias principales con una posible aunque remota conexión. Como en la vida real, los hechos tienen más de una interpretación y la maestría de Rankin se basa en que nos convenza de que son sus personajes los que van cambiando las consecuencias con sus acciones. El autor parece dejarlos descontrolados, sin que sirvan a una acción predeterminada. Es decir, es una novela viva en cuanto que los errores de interpretación de los protagonistas van haciendo que la resolución gire y cambie. Los malentendidos y la falta de comunicación son los causantes de muchas de las cosas que suceden en la novela. Rankin hace que sus personajes incidan en el curso de la acción hasta el punto de que puedan transformar el significado del caso: un homicidio de hace treinta años puede ser el detonante de una guerra de bandas entre hampones de Glasgow y Edimburgo porque los afectados creen que alguien les amenaza para quitarles su territorio.

Perros salvajes es una novela con gran cantidad de historias y con personajes principales y secundarios complejos que podrían multiplicar hasta el infinito las narraciones, cada uno tiene una historia interesante que contar. La trama no es totalmente lineal sino que hay diferentes frentes abiertos y diferentes finales, algunos sugeridos, otros por llegar.

Entre otras cosas, en Perros salvajes hay dos hombres viejos al final de sus carreras. Dos enemigos de toda la vida que se han ido construyendo el uno contra el otro y que se conocen tan bien que no podrían soportar que una persona ajena acabara con su rival. John Rebus y Big Ger Cafferty son dos ancianos retirados peculiares: ninguno ha tenido tiempo de crearse aficiones que no fueran sus respectivos trabajos: la investigación policial y el crimen organizado. Ninguno de ellos ha conseguido mantener una pareja estable o han tenido un descendiente con el que sostener una relación cercana (aunque Rebus visite esporádicamente a su hija y nieta).

Precisamente, las relaciones paterno filiales son un tema recurrente en la novela. Desde la visión de los jóvenes huérfanos como objeto sexual por parte de las clases altas, hasta el vacío interior que encuentra Malcolm Fox cuando intenta indagar en sus sentimientos hacia su padre agonizante. O hasta la lucha por el poder entre el jefe mafioso Stark y su hijo. Al final lo que hay en estas historias familiares es la angustia por la brevedad de la vida y por nuestra incapacidad para obtener el tiempo para hacer lo adecuado.

Una de las principales virtudes del trabajo de Rankin es la capacidad de hacer que la narración fluya con multitud de tramas y personajes con diferentes necesidades y prioridades, no quiere una acción lineal, sino varias que desborden la capacidad de la novela, que dejen al lector imaginar cómo continuarán esas vidas fuera de las páginas. Hacer que toda esta complejidad esté controlada sin que se note la escritura de un déspota y que el suspense crezca es tarea ardua. Que la vida, con todos sus momentos, se refleje en la novela.

Y la segunda gran virtud es la de la magnífica construcción de personajes. Claro que hace ya veinte novelas que creó a Rebus y también muchas a su némesis, Cafferty, y a Shiobban Clarke y al voluntarioso Malcolm Fox, y eso hace que los conozca a fondo. Pero los secundarios son no sólo sólidos, sino que aportan su personalidad a la novela y crean la acción con sus insensateces, sus aciertos y sus cansancios.

Acabo con un fragmento de la conversación entre el jefe de vigilancia de los Stark y una de sus subalternas, a la que acaba de relevar de la misión por negligencia: 

"-No solo acaba de cruzar la linea; se ha cagado encima de ella. Por lo que a mi respecta, eso es todo. Volverá a sus antiguas tareas.

-Para que conste en acta, señor: ¿puedo decir algo?

-Si no queda más remedio.

-Es usted el jefe más inútil e ignorante que he tenido en toda mi vida. Y, créame, eso lo sitúa en lo alto de una lista muy larga." 

Fin del capítulo.


www.bbc.co.uk

Ian Rankin, Cardenden, Fife, Escocia, 1960.

Tuvo varios trabajos hasta licenciarse en la universidad de Edimburgo. Vivió en Londres y Francia hasta instalarse en Edimburgo.

Ha participado en varios documentales, tanto sobre su obra como otros relacionados con el mundo del mal y el crimen.
Su serie más conocida es la que tiene por protagonista al inspector John Rebus:

Nudos y cruces (Knots and Crosses, 1987), Barcelona: RBA.
El escondite (Hide and Seek, 1991), Barcelona: RBA.
Uñas y dientes (Tooth and Nail, 1992), Barcelona: RBA.
Jack al desnudo (Strip Jack, 1992), Barcelona: RBA.
El libro negro (The Black Book, 1993), Barcelona: RBA.
Causas Mortales (Mortals Causes, 1994), Barcelona: RBA, 2015.
Let it Bleed (1996), no publicada en español
Black and Blue (Black and Blue, 1997), Barcelona: RBA. En català: Black & Blue, Barcelona: labutxaca.
El jardín de las sombras (The Hanging Garden, 1998), Barcelona: RBA.
Dead Souls (1999), no publicada en español
En la oscuridad (Set in Darkness, 2000), Barcelona: RBA.
Aguas turbulentas (The Falls, 2001),  Barcelona: RBA.
Resurrección (Resurrection Men, 2002), Barcelona: RBA.
Una cuestión de sangre (A Question of Blood, 2003), Barcelona: RBA.
Callejón Fleshmarket (Fleshmarket Close, 2004), Barcelona: RBA.
Nombrar a los muertos (The Naming of the Dead, 2006), Barcelona: RBA.
La música del adiós (Exit Music, 2007), Barcelona: RBA.
Sobre su tumba (Standing in Another Man's Grave, 2012), Barcelona: RBA.
La Biblia de las Tinieblas (Saints of the Shadow Bible 2013), Barcelona, RBA.
Perros Salvajes (Even Dogs in the Wild, 2015), Barcelona: RBA.
 

Rosa Ribas y Sabine Hofmann: Azul marino.

Rosa Ribas y Sabine Hofmann: Azul marino. Madrid: Siruela, 2016. 316 páginas.


Ana Martí recibe el encargo por parte de una de las revistas para las que trabaja Mujer Actual que haga un reportaje de la Congregación de las Adoratrices de María Magdalena. Se trata de una asociación patrocinada por las esposas de los burgueses acomodados de Barcelona que recoge a las madres solteras, interna a sus hijos en un colegio religioso y a ellas las redime por el trabajo de la costura. Una de ellas se ha suicidado en la habitación sobre el taller que ocupaba y la Congregación quiere limpiar su imagen y demostrar su caridad.El inspector Isidro Castro es asignado a la investigación del asesinato del marinero norteamericano Anthony Vázquez. Es parte de la tripulación de uno de los barcos de la VI flota americana que fondea en aguas barcelonesas. Anthony Vázquez ha aparecido degollado en uno de los tugurios que frecuentan los marineros en el Barrio Chino en busca de garrafón y prostitutas.El inspector Castro es requerido a colaborar con los indagadores yanquis pero prefiere aportar su propia intérprete porque desconfía de sus colegas de la VI flota ¿Quién mejor que la discreta y arrojada periodista Ana Martí, a la que ya ha manejado en otros casos?Los dos asuntos, el del suicidio de la costurera y el del asesinato van a resultar más complicados de lo que en principio parecía y ambos comparten una característica, los poderes fácticos implicados quieren una resolución rápida y (sobre todo) satisfactoria. Conforme Ana intenta desembrollar ambos casos el peligro crece hasta el punto de que su vida está en juego. Es necesario saber qué es lo que hay detrás de cada uno de ellos.

Ribas y Hofmann hacen avanzar la narración en torno a dos líneas argumentales que al final van a coincidir, la investigación del asesinato de un marinero de la VI flota y el reportaje sobre la Congregación de Adoratrices de María Magdalena que prepara Ana Martí. 

La periodista es el nexo de unión de ambas acciones que van desplegándose creciendo en suspense a un ritmo constante.

Los dos grandes aciertos en la novela de Ribas y Hofmann son la descripción llena de matices de la sociedad del régimen franquista cuando está empezando a ser respaldado internacionalmente y la complejidad de la mayor parte de los personajes.
Por empezar por el último punto, los malos son de la peor ralea, es cierto, sanguinarios explotadores, y las damas de la alta sociedad y las monjas, unas arpías que hielan la sangre cuando demuestran quién manda allí. Pero los personajes de la terrible policía franquista están retratados con verosimilitud: machistas y maltratadores, cainitas si se requiere, sin plantearse problemas morales por su papel de apoyo al status quo. Sin embargo, Isidro Castro demuestra su complejidad al aparecer en muchos casos desorientado y confundido.
Por lo que se refiere a la descripción de la Barcelona de 1959, 
Ribas y Hofmann dibujan la reserva espiritual de occidente como un coto regido por una red de feroces caciques y sus clientes. Estar con ellos ya no sólo es cuestión de conseguir prebendas, es cuestión de vida o muerte.
Para crear un escenario en el que justificar su despotismo los vencedores de la guerra recurren al catolicismo más rancio, a una moral sexual represora e hipócrita y a un machismo brutal creado por Dios. En esta sociedad todo se basa en las relaciones y en los favores. Los vencedores están unidos por el pacto de sangre que supuso la cruzada nacional, ellos se han repartido el botín y han depurado a los vencidos supervivientes que no han escapado.
El momento más significativo de la vida de Ana Martí es cuando se entrevista con su jefe en Mujer Actual, un homosexual al que le están haciendo pagar su abominable forma de vida. Ana Martí se da cuenta de que no está trabajando por sus capacidades sino por caridad, toleran que trabaje por pena. Es decir, la apreciación afectiva de los otros es la que te permite acceder al mercado laboral, a la vida social, y no la valía profesional que puedas demostrar. La compasión paternalista es lo mejor a lo que se puede aspirar en esta mísera sociedad (eso sí, los que compadecen se aprovecharán sin pudor de su trabajo y del de todos los oprimidos).
Buenos y duros retratos de sus personajes, ambientación ajustada de la miseria franquista, ritmo de la narración en su punto y dos intrigas que crecen en interés y se resuelven con agilidad y verosimilitud. Muy buena tercera entrega de las aventuras de Ana Martí.


cultura.elpais.com

Rosa Ribas, Prat del Llobregat, 1963. Estudió filología hispánica en la Universidad de Barcelona y reside en Alemania, donde ha trabajado en varias universidades.Ha escrito las novelas protagonizadas por la comisaria de Frankfurt Cornelia Weber-Tejedor:

Entre dos aguas. Barcelona: Umbriel, 2007.

Con anuncio. Barcelona: Viceversa, 2009.

En caída libre. Barcelona: Viceversa, 2011.

Si no, lo matamos. Barcelona: Grijalbo, 2016.

Además la novela La detective miope. Barcelona: Viceversa, 2010.

Sabine Hofmann, Bochum, 1964. Estudió filología románica y germánica y fue docente en la Universidad de Frankfurt. Junto a Rosa Ribas ha escrito la trilogía protagonizada por la periodista Ana Martí:
Don de lenguas. Madrid: Siruela, 2013.

El gran frío. Madrid: Siruela, 2014.

Azul marino. Madrid: Siruela, 2016.