Ian Rankin: Perros salvajes. Barcelona: RBA, 2016. 438 páginas. Traducción del inglés (Escocia) por Efrén del Valle Peñamil. Título orginal: Even Dogs in the Wild. London: Orion, 2015.
Lord Minton era un pez gordo de la justicia escocesa. Alguien ha decidio que 78 años son suficientes y se ha cargado a Lord Minton en su casa de Edimburgo. Golpeado y estrangulado, dinero y valores continuaban donde estaban, no los han tocado. Tampoco han tocado una nota que guardaba en su cartera: "Te mataré por lo que hiciste".
La inspectora Shiobban Clark de la policía de Edimburgo rara vez lleva un solo caso. Así que acude cuando la llaman desde otro rincón de la ciudad para decirle que ha habido disparos contra una casa unifamiliar. El agredido niega la agresión, de hecho, se niega a hablar con la policía. Se trata del retirado jefe hampón Big Ger Cafferty. Y es preciso hacerlo hablar. La policía sabe que un grupo delincuente importante capitaneado por Joe Stark y su violento hijo Dennis se ha desplazado desde Glasgow hasta Edimburgo. Y no son los únicos que han venido de viaje a la capital, han arrastrado al operativo policial que los sigue desde hace años a la espera de un error que les permita encerrarlos.
La policía necesita saber si los Stark han decidido comenzar una guerra de expansión y el atentado contra Cafferty es la ruptura de hostilidades. La única manera de sacar alguna información de Cafferty es recurrir al inspector retirado John Rebus, que por allá va aburriéndose entre sus pitillos y sus tragos.
Cafferty está desconcertado, ha recibido él también la nota "Te mataré por lo que hiciste". Y en el caso de Cafferty es difícil apuntar a un sólo sospechoso, seguro que hay una legión de agraviados que serían felices descerrajándole una pistola. Pero Cafferty le confiesa a Rebus que está convencido de que es un intento de quitárselo de en medio de los Stark o de su otro rival en Edimburgo, el astuto Darryl Christie, al que interesa confundir al máximo la situación.
El inspector Malcolm Fox es destinado como enlace en el grupo que está siguiendo a los Stark, gracias a ello descubre que los Stark están buscando a uno de sus transportistas, que desapareció con parte de un alijo de drogas y unos cuantos cientos de miles de libras. Mientras Fox y el grupo de policías de Glasgow intentan adelantarse a los movimientos de los Stark, de Darryl Christie y de Cafferty, John Rebus recurre a su métodos tradicionales para desembrollar el caso de las notas anónimas y descubrir qué relación puede tener con el crimen organizado.
Uno se puede imaginar a Ian Rankin trabajando con el enorme archivo que debe manejar para controlar la multitud de personajes y tramas de sus novelas. Que todos los argumentos cuadren, que todos los personajes vayan creciendo a lo largo de la novela de manera coherente. Que el relato no sea un fárrago que desoriente al lector, que se mantenga el interés y se llegue al desenlace con un clímax sorprendente.
Todo esto lo consigue Ian Rankin gracias a lo metódico de su trabajo: argumentos controlados y personajes creíbles, construidos con diálogo, acción y una mínima descripción interior del narrador. En Perros salvajes, además, levanta la novela en torno a dos historias principales con una posible aunque remota conexión. Como en la vida real, los hechos tienen más de una interpretación y la maestría de Rankin se basa en que nos convenza de que son sus personajes los que van cambiando las consecuencias con sus acciones. El autor parece dejarlos descontrolados, sin que sirvan a una acción predeterminada. Es decir, es una novela viva en cuanto que los errores de interpretación de los protagonistas van haciendo que la resolución gire y cambie. Los malentendidos y la falta de comunicación son los causantes de muchas de las cosas que suceden en la novela. Rankin hace que sus personajes incidan en el curso de la acción hasta el punto de que puedan transformar el significado del caso: un homicidio de hace treinta años puede ser el detonante de una guerra de bandas entre hampones de Glasgow y Edimburgo porque los afectados creen que alguien les amenaza para quitarles su territorio.
Perros salvajes es una novela con gran cantidad de historias y con personajes principales y secundarios complejos que podrían multiplicar hasta el infinito las narraciones, cada uno tiene una historia interesante que contar. La trama no es totalmente lineal sino que hay diferentes frentes abiertos y diferentes finales, algunos sugeridos, otros por llegar.
Entre otras cosas, en Perros salvajes hay dos hombres viejos al final de sus carreras. Dos enemigos de toda la vida que se han ido construyendo el uno contra el otro y que se conocen tan bien que no podrían soportar que una persona ajena acabara con su rival. John Rebus y Big Ger Cafferty son dos ancianos retirados peculiares: ninguno ha tenido tiempo de crearse aficiones que no fueran sus respectivos trabajos: la investigación policial y el crimen organizado. Ninguno de ellos ha conseguido mantener una pareja estable o han tenido un descendiente con el que sostener una relación cercana (aunque Rebus visite esporádicamente a su hija y nieta).
Precisamente, las relaciones paterno filiales son un tema recurrente en la novela. Desde la visión de los jóvenes huérfanos como objeto sexual por parte de las clases altas, hasta el vacío interior que encuentra Malcolm Fox cuando intenta indagar en sus sentimientos hacia su padre agonizante. O hasta la lucha por el poder entre el jefe mafioso Stark y su hijo. Al final lo que hay en estas historias familiares es la angustia por la brevedad de la vida y por nuestra incapacidad para obtener el tiempo para hacer lo adecuado.
Una de las principales virtudes del trabajo de Rankin es la capacidad de hacer que la narración fluya con multitud de tramas y personajes con diferentes necesidades y prioridades, no quiere una acción lineal, sino varias que desborden la capacidad de la novela, que dejen al lector imaginar cómo continuarán esas vidas fuera de las páginas. Hacer que toda esta complejidad esté controlada sin que se note la escritura de un déspota y que el suspense crezca es tarea ardua. Que la vida, con todos sus momentos, se refleje en la novela.
Y la segunda gran virtud es la de la magnífica construcción de personajes. Claro que hace ya veinte novelas que creó a Rebus y también muchas a su némesis, Cafferty, y a Shiobban Clarke y al voluntarioso Malcolm Fox, y eso hace que los conozca a fondo. Pero los secundarios son no sólo sólidos, sino que aportan su personalidad a la novela y crean la acción con sus insensateces, sus aciertos y sus cansancios.
Acabo con un fragmento de la conversación entre el jefe de vigilancia de los Stark y una de sus subalternas, a la que acaba de relevar de la misión por negligencia:
"-No solo acaba de cruzar la linea; se ha cagado encima de ella. Por lo que a mi respecta, eso es todo. Volverá a sus antiguas tareas.
-Para que conste en acta, señor: ¿puedo decir algo?
-Si no queda más remedio.
-Es usted el jefe más inútil e ignorante que he tenido en toda mi vida. Y, créame, eso lo sitúa en lo alto de una lista muy larga."
Fin del capítulo.
Ian Rankin, Cardenden, Fife, Escocia, 1960.
Tuvo varios trabajos hasta licenciarse en la universidad de Edimburgo. Vivió en Londres y Francia hasta instalarse en Edimburgo.
Ha participado en varios documentales, tanto sobre su obra como otros relacionados con el mundo del mal y el crimen.
Su serie más conocida es la que tiene por protagonista al inspector John Rebus:
El escondite (Hide and Seek, 1991), Barcelona: RBA.
Uñas y dientes (Tooth and Nail, 1992), Barcelona: RBA.
Jack al desnudo (Strip Jack, 1992), Barcelona: RBA.
El libro negro (The Black Book, 1993), Barcelona: RBA.
Causas Mortales (Mortals Causes, 1994), Barcelona: RBA, 2015.
Let it Bleed (1996), no publicada en español
Black and Blue (Black and Blue, 1997), Barcelona: RBA. En català: Black & Blue, Barcelona: labutxaca.
El jardín de las sombras (The Hanging Garden, 1998), Barcelona: RBA.
Dead Souls (1999), no publicada en español
En la oscuridad (Set in Darkness, 2000), Barcelona: RBA.
Aguas turbulentas (The Falls, 2001), Barcelona: RBA.
Resurrección (Resurrection Men, 2002), Barcelona: RBA.
Una cuestión de sangre (A Question of Blood, 2003), Barcelona: RBA.
Callejón Fleshmarket (Fleshmarket Close, 2004), Barcelona: RBA.
Nombrar a los muertos (The Naming of the Dead, 2006), Barcelona: RBA.
La música del adiós (Exit Music, 2007), Barcelona: RBA.
Sobre su tumba (Standing in Another Man's Grave, 2012), Barcelona: RBA.
La Biblia de las Tinieblas (Saints of the Shadow Bible 2013), Barcelona, RBA.
Perros Salvajes (Even Dogs in the Wild, 2015), Barcelona: RBA.
Aun no he leído nada del autor y estoy viendo muy buenas reseñas de esta novela. Lo que pasa es que como soy muy maniática, quiero leer en orden la serie de Malcolm Fox y prefiero comenzar por "Asuntos internos".
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, a mi me pasa lo mismo. Malcolm Fox es un personaje peculiar, odiado por sus compañeros pero muy testarudo.
ResponderEliminarUn abrazo,