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Carlos Zanón: Carvalho: problemas de identidad

Carlos Zanón: Carvalho. Problemas de identidad. Barcelona: Planeta, 2019. 347 páginas.

Pepe Carvalho anda sufriendo de amores en Madrid. Se ha enamorado de Novia Zombie, la esposa de un importante político ministrable. Además de injurias psíquicas debidas al carácter inestable de la susodicha, la relación le está provocando un buen montón de lesiones corporales y dudas en la autoestima debidas a los encontronazos con los guardaespaldas del gerifalte celoso.
El trabajo que espera a Carvalho en Barcelona no será un bálsamo para su mal de amores. Por un lado, una vieja conocida le pide que investigue la muerte de la hermana y abuela de una amiga a la que ha acogido en su casa. Han sido asesinadas a golpes en su hogar y atracadas. La mujer, Amèlia, mantiene una doble relación con un mosso implicado en un grave caso de corrupción y abuso de poder y con un petimetre controlador bastante inquietante.
Por otro lado, la madre de una muchacha con carencias intelectuales que se dedicaba a la prostitución encarga a Pepe Carvalho que encuentre a su hija; cree que sigue viva aunque todos los indicios apuntan a que ha sido asesinada por el turbulento Gueño, un personaje del lumpen barcelonés que ya ha acabado con varias meretrices. Después las entierra en las faldas de Montjuïc,
Carvalho está más interesado en desvelar la verdad del primer caso y en consolar a la madre del segundo que en portar ante los tribunales a los responsables, pero eso no le salvará de poner en peligro su pellejo. Además, y a pesar de que todo le aconseja lo contrario, no puede dejar de regresar a la tóxica relación con Novia Zombie.

Carlos Zanón se ha servido del popular personaje creado por Manuel Vázquez Montalbán para volver a investigar sobre alguno de sus temas favoritos, a saber,  la fragilidad de las relaciones personales y la insatisfacción amorosa en estos tiempos líquidos. Ni Carvalho, ni Amèlis, la joven cuya familia ha sido masacrada, ni los novios de esta, ni Novia Zombie, ni las prostitutas... nadie, en definitiva, es capaz de hallar la serenidad sentimental, de quitarse de encima a sus parejas tóxicas e inapropiadas.
Para trabajar un personaje tan conocido Zanón ha optado por una estratagema metaliteraria, Carvalho habla en primera persona y sabe, como el resto de sus allegados, que Vázquez Montalbán escribió novelas inspiradas en sus casos (eso sí convirténdolo en un personaje más épico de lo que él se considera).
A partir de aquí, este Carvalho tiene vida propia, sigue siendo un azote de las hipocresías políticas y denuncia la falta de justicia y solidaridad de la sociedad contemporánea. Mantiene profundas dudas sobre la situación política contemporánea (la acción se sitúa en el verano de 2017, acabando justamente en la madrugada del 17 de agosto, el día de los atentados en las Ramblas de Barcelona) y continúa amparándose en el hedonismo para soportar la mediocridad -aunque tiene serias dificultades para la ingesta de alimentos sólidos, que no líquidos-.
Un Carvalho potente pero torturado, con profundas contradicciones e incapaz de expresar son solvencia sus sentimientos. Zanón prefiere dejar los finales de las pesquisas abiertos, la importancia no está tanto en empaquetar los misterios para ponerlos a disposición de la justicia, sino en mostrar a estos personajes deambulando en difíciles situaciones personales y sociales. Frágiles seres humanos capaces de las fechorías más insospechadas.



paraffintest.blog
Carlos Zanón, Barcelona, 1966. Se licenció en derecho y ha publicado varios libros de poemas, así como guiones y artículos de crítica literaria en diarios como El País. En la actualidad es el director del festival de literatura policíaca BCNegra.


Su producción de novelas:
Nadie ama a un hombre bueno. Girona: Quadrivium, 2008.
Tarde, mal y nunca. Barcelona: RBA, 2009.
No llames a casa. Barcelona: RBA, 2012.
Yo fuí Johnny Thunders. Barcelona: RBA, 2014.
Marley estaba muerto. Barcelona: RBA, 2015.
Taxi. Barcelona: Salamandra, 2017.
Ha ganado los premios Brigada 21, Valencia Negra, Salamanca Negra 2014, Novelpol 2015 y Dashiell Hammett 2015.

Nuevas incorporaciones a la banda. Las novedades de la BCNegra y otros rincones



BCNegra se ha convertido en un núcleo de gravitación de la edición de novela negra. Desde hace poco tiempo también es el impulso para la celebración de otros festivales de literatura policial. Que en un plazo corto de tiempo concurran diferentes eventos de literatura noir hace que resulte rentable a las editoriales traer a sus autores estrellas y que compartan su buen hacer con los lectores, los críticos y los libreros.
Es por ello que cada vez coinciden más novedades estos días. Aquí van unas cuantas.


 Empecemos por la ganadora del Premio Pepe Carvalho, la interesante chilena Claudia Piñeiro, que visita Barcelona con dos novedades entregadas por Alfaguara. Un libro de relatos: Quién no, escenas cotidianas totalmente verosímiles en las que el toque criminal es tan sutil como en todas las narraciones de la autora, y Elena sabe, un relato de denuncia del autoritarismo y un análisis de la utilización del cuerpo femenino en las estructuras sociales y políticas. Un autora poco convencional que utiliza la excusa de las pesquisas para alertar sobre la acomodación del ser humano a las formas explotadoras del poder.










Segundo capítulo para el director de la BCNegra, Carlos Zanón. Ha recuperado la gigantesca figura del Pepe Carvalho en Problemas de identidad. Una muy recomendable novela en la que Zanón ha utilizado su propio estilo para que el detective gallego-barcelonés siga destilando sus opiniones sobre la política y la sociedad contemporánea. En breve en Paraffin Test. Lo ha editado Planeta.





Una maldita historiaSalamandra black no falla a su cita y llega con dos apuestas fuertes. Bernard MinierUna maldita apuesta. El autor francés demuestra su enorme capacidad para crear thrillers densos y absorbentes. Se aleja ahora de sus duelos Servaz-Hirtmann y traslada la acción a una isla del noroeste de los USA con un adolescente ultraprotegido como espoleta de un tremendo relato. Traducido por Dolors Gallart.


Y una de espías. Vuelve el escocés Charles Cumming con sus personajes habituales, el agente Thomas Kell y la jefaza de los servicios secretos Amelia Leven. En Complot en Estambul investigan al muerte de un alto mando asesinado en Turquía. Hay que encontrar al topo dentro de la organización... Traducido por Javier Guerrero

Un autor que frecuenta de tanto en tanto, y con gran fortuna, la novela negra es Justo Navarro. En Petit París vuelve a servirse de los personajes de la excelente Gran Granada, el comisario Polo que nadaba en aquella ocasión en las turbulentas aguas del franquismo de los primeros sesenta investiga ahora, veinte años antes, en el Paris ocupado por los nazis, investigando las muertes del personal del consulado español, colaboradores de la Gestapo nazi. Editado por Anagrama.

Otro importante autor español es Eugenio Fuentes. También recupera a su detective Ricardo Cupido de Mistralia. En Piedras negras, editado por Tusquets, hace que investigue un caso de un niño robado por los secuaces del franquismo en la iglesia y en los hospitales para ser entregado a otra familia. Un análisis de los tremendos problemas de identidad que salen a la superficie cuando se desvelan estos secreto. Y más si se complican con góticos asesinatos motivados por la codicia.


El combativo Marc Moreno ha decidido ampliar su oferta de novela negra a la lengua castellana, a partir de ahora podremos contar con todo su saber editorial con su nuevo sello Libros del Delito. La primera entrega, un atraco a cuatro cerebros: Marc Moreno, Sebastià Bennasar, Salvador Macip y Lluís Llort. Cada uno de ellos conserva su estilo dando vida a cuatro protagonistas de una historia de empresarios corruptos y bandas del este en la costa mediterránea: La Reina de diamantes.


La gente de alrevès ha preparado una propuesta contundente que comienza con una apuesta por una novela portuaria coincidiendo con el leifmotiv de BCNegra. Jordi de Manuel: La barrera, que cuenta la historia de un trabajador del puerto del Fórum de Barcelona al que le extrañan los movimientos nocturnos en el muelle. Una trama original contada con agilidad.
Además presentan la nueva novela de Graziella Moreno: Invisibles. Basada en una historia real sobre personas desaparecidas. Una narración que demuestra como el pasado siempre está presente.
Una más de alrevès: Sandrine Colette: El soterrani. Aquí un delincuente recién salido de la cárcel es atrapado en su huida, aprisionado en un subterráneo y obligado a vivir como un esclavo. A ver cómo sale del agujero.

Y todavía otra propuesta, la última de Alexis Ravelo: Solo los muertos. El exmarinero Héctor Fuentes investiga un caso que le viene grande: la desaparición de una persona en Las Palmas de Gran Canaria.


También en Gran Canaria está ambientada la décima comparecencia de las aventuras del detective Ricardo Blanco. José Luis Correa: La noche en que se odiaron los colores. Una intriga que implica a mafias libias y colombianas en la isla atlántica, editada por Alba.


Todo un peso pesado con nueva novela es Benjamin Black-John Banville con Los lobos de Praga, Els llops de Praga. Deja a Quirke, su patólogo alucinado y perplejo, y se sumerge en una novela histórica detectivesca ambientada en la Praga de finales del siglo XVI, un joven alquimista extranjero que entra al servicio del emperador Rodolfo II e investiga el asesinato de una joven hallada degollada en las calles de la capital imperial. Para Alfaguara lo ha traducido al castellano Miguel Temprano García y al catalán para Bromera, Eduard Castellano Montserrat.



Dentro de la nueva corriente del True Crime, dos autores con propuesta. Por un lado, las confesiones de un sicario brasileño. Klester Cavalcanti: 492 muertos. La inefable Rosa Martínez Alfaro ha traducido para Península estas memorias de Júlio Santana un niño de las favelas que se convirtió en uno de los más sanguinarios asesinos a sueldo de su país.
El otro autor es un nombre consagrado, un referente de la literatura periodística estadounidense que se recupera ahora en España por obra de Random House Literatura y con ocasión del estreno de la última películade Robert Redford. David Grann con dos títulos: El viejo y la pistola (tres relatos reales en los que destaca el del viejo atracador de bancos que se niega a abandonar su oficio) y Los asesinos de la luna (una extraordinaria historia sobre la comunidad indígena norteamericana de los Osage. Tenían la renta per cápita más alta de los USA gracias a sus tierras sobre un subsuelo repleto de petróleo. Cuando las muertes comenzaron a diezmar la población intervino la recién creada policía federal, el FBI). Uno de los mejores libros de narración periodística de todos los tiempos. Ambos traducidos por Luis Murillo Fort



RBA aporta dos thrillers contundentes. Lee Child: Zona peligrosa, con su metahormonado Jack Reacher intentando salir indemne de una acusación de asesinato (en traducción de Antonio Padilla) y Michel Kortya: La verdad más profunda, una aterrador thriller psicológico (vertido al castellano por Montserrat Triviño González). 

Otro thriller, y también con desaparecidos -que son tendencia estos meses en la novela negra-, es la crónica de una madre y sus hijos que se desvanecen en las aguas de un lago de la pequeña isla en la que viven. Caroline Eriksson: Sin rastro. Traducción para Reservoir Books para Pontus Sánchez Giménez.

También hay que tener en cuenta una novela que plantea dilemas éticos importantes e intenta incomodar a las mentes perezosas. El holandés Dirk Kurbjuweit: L'ombra del dubte, explica la historia de un septuagenario que cumple condena por asesinar al hijo de un vecino para proteger del acoso por acusaciones de pederastia a su propio hijo. Atención a esta novela editada por Àmsterdam y traducida al catalán por Ramon Monton.

Y acabo con una novela que se apunta a la moda del terror geográfico, lugares misteriosos que atraen el mal y la muerte. En Italia ya hemos visto algunos ejemplos poderosos. De aquel país procede Ilaria Tuti: Flores sobre el infierno, Flors sobre l'infern. Pues eso, una investigadora que confía sobre todo en sus capacidades mentales empieza a dudar de su cordura enfrentada a los vahos maléficos exhalados por las piedras de un rincón milenario del norte de Italia. Traducido para Alfaguara al castellano por Francisco Javier González Rovira y al catalán para Rosa dels Vents por Helena Aguilà Ruzola.

Carmen Mola: La novia gitana

Carmen Mola: La Novia gitana. Barcelona: Alfaguara, 2018. 403 páginas.


Hay un grupo de policías en Madrid llamado la Brigada de Análisis de Casos, la BAC. Esta buena gente se dedica a investigar casos complicados que los policías normales no son capaces de desentrañar. No tiene comisaría  ni edificio oficial, es una pandilla medio secreta y algo chulesca. La jefa es la inspectora Elena Blanco, una adicta a la grappa y al karaoke de canciones italianas que vive destrozada por la obsesión de recuperar su hijo, secuestrado hace unos cuantos años en la plaza Mayor madrileña.
El resto del equipo está formado por un fornido policía serio y efectivo, una cachas muy mandona, una señora a punto de jubilarse que es un genio mundial de la informática y alguno más de relleno.
A la BAC le asignan la investigación del asesinato de una muchacha medio gitana que estaba a punto de casarse. El asesino se la ha cargado por el alambicado sistema de hacerle una trepanación en el el cráneo, introducirle unas larvas de moscas y esperar a que los gusanos se hartaran con su masa encefálica. ¿Un caso único de paciencia y sadismo? En absoluto, a la hermana de la víctima la mataron con idéntico sistema hace unos años, justo el día antes de casarse. Toma ya.
La cuestión es que el asesino de la primera víctima está en la cárcel condenado por unas cuantas décadas, así que, o tiene un imitador-acólito-admirador o la policía se columpió en la primera investigación.
Para añadirle un poco más de circunstancias extenuantes al caso, resulta que uno de los policías (no perteneciente a la BAC) que ha acudido primero al hallazgo del cadáver es un novato, subinspector Ángel Zárate para los amigos, cuyo mentor en el cuerpo no fue otro que el inspector Salvador Santos, el mismo que presentó las pruebas que acabaron metiendo en la trena al primer asesino. La jefa de la BAC dedice fichar para la brigada al inspector Salvador Santos para aprovechar 
1 su conocimiento del caso,
2 sus pocos escrúpulos a la hora de saltarse el reglamento y/o las leyes, 
3 sus ganas de mantener limpio el nombre de su protector (que anda un poco flojo de memoria debido a los achaques de la demencia senil) y 
3 sus capacidades sexuales, no extraordinarias, pero que suficientes para un rato de relax de tanto en tanto
En definitiva, que todos juntos, con las singulares habilidades (o incompetencias) del grupo, deben aclarar si hay uno o dos asesinos, desvelar los errores de la antigua investigación, desentrañar las razones del macabro procedimiento y de la obsesión por cargarse a las hijas casaderas de la misma familia. Se enfrentarán a  varios problemas, entre ellos que los testigos y sospechosos van cayendo como moscas (perdón por el mal gusto de la expresión) y así no hay quién tome declaración, y que cuanto pasó en el primer asesinato y en la pesquisa posterior está tan oscuro y complicado que es imposible utilizarlo para aclarar el presente.

Carmen Mola presenta una novela ideal para los que aprecien malos sádicos deformados por una infancia terrible pero capaces de engañar al personal en la vida cotidiana. Ideal también para quién no tenga ganas de romperse la cabeza construyendo la personalidad de los personajes, aquí el narrador indica lo que piensa cada personaje en cada momento y porqué piensa y actúa así. No hay lugar para interpretaciones. Un cuento con momentos gores perfecto para los que disfruten con giros de la trama no demasiado arriesgados pero que tampoco necesiten una base argumental  sólida. Una novela, en suma, para los que no hagan aspavientos ante la presencia permanente del narrador constructor y no les importe que haya contradicciones y simpleza en los personajes, para los que gocen con oscuras asociaciones macabras y anhelen los ritmos in crescendo sin demasiada velocidad y estén dispuestos a dejarse convencer por un final a tiros que tampoco es que vaya a causar un repunte de infartos de miocardio.

Carmen Mola es el seudónimo de una desconocida persona que ha conseguido que esta novela, su primera novela, sea vendida en varios países europeos con altos índices de lectura.

Víctor del Árbol: Por encima de la lluvia

Víctor del Árbol: Por encima de la lluvia. Barcelona: Destino, 2017. 509 páginas.


Esta es la historia de Helena, hija de Thelma y Enrique. Su madre desvarió por amor a su marido y acabó suicidándose en el Mediterráneo tangerino. Enrique Pizarro, oficial de las tropas españolas en el Marruecos ocupado, huyó con su ordenanza, el bello Abdul, hijo de Rachid el español, compañero de armas y sangre de Enrique. Recorrió medio mundo emparejado con el bello Abdul hasta que este lo entregó a las autoridades franquistas para que lo juzgaran por desertor y por maricón.
Helena se crió con sus abuelos en Inglaterra y se casó con un Walter inglés y engendró un hijo, David. Tuvo una amante periódica, Louise, con la que no llegó a vivir. 
Helena ya ha cumplido los setenta y pasa sus días en una residencia de Tarifa, arruinada pero vital, intentado no darle demasiadas vueltas a una vida llena de ausencias y enigmas.

Esta es también la historia de Miguel, hijo de Rosa y de Amador. Su madre acabó ingresada en una institución mental arrasada por una vida de prostitución y miseria. Amador, esclavo del franquismo en el Valle de los Caídos, terminó asesinado por sus guardianes por indomable. Su espectro se aparece ahora a su hijo Miguel, enfermo de alzheimer en fase inicial. Miguel hace poco que ha perdido a su esposa Águeda, con la que no ha sido feliz en su insípida vida, de hecho, el único recuerdo amoroso que aún le hace estremecerse es el de la breve relación que tuvo en un congreso profesional con una Carmen hace muchos años: todavía conserva las cartas que ella le fue escribiendo. Nunca le contestó.
Miguel tiene una hija, Natalia, correctora editorial que ha caído en las garras de Gustavo un rockero de medio pelo, maltratador.
Miguel ya ha cumplido los setenta y pasa sus días en una residencia de Tarifa intentando encontrar el sentido de su vida antes de perder su memoria.

Miguel y Helena se conocen en la residencia. Se caen bien por las diferencias de su carácter y emprenden un periplo con varios objetivos: rescatar a Natalia del cabrón de su marido, comprobar hasta que punto los sentimientos de Miguel continúan vivos y viajar hasta Malmö para que Helena pueda reconstruir su relación con su hijo David.

Esta es, finalmente, la historia de Yasmina, hija de Fátima -que, junto a su familia, viajó de Marruecos a Suecia buscando un lugar en el que poder comer-. Fátima es hija de Abdul, el gallardo traidor que vendió a Enrique Trujillo a los verdugos de Franco. En Suecia, Fátima se hizo amante del mafioso turco Sture que ahora utiliza la belleza de Yasmina para chantajear al subcomisario Göran, un ambicioso y poco escrupuloso policía que sigue los pasos de Sture.

Tres historias relacionadas por el pasado, por los crímenes del pasado. Como tantas veces, la violencia y el crimen generan más violencia. Las vidas de los tres protagonistas están constantemente amenazadas por los pecados, debilidades y deudas de sus padres.

Víctor del Árbol emplea las herramientas del melodrama para construir esta novela con doble trama en dos localizaciones espaciales, España y Suecia. Para apelar a los sentimientos, como demanda el melodrama, utiliza personajes secundarios clichés, que no necesita desarrollar demasiado para que el lector componga su personalidad a partir de sus propias experiencias: el maltratador machista, el militar franquista sádico, el mafioso cruel, la bella emigrante explotada, el enfermo de alzheimer que acaba de ser diagnosticado... Todos ellos, y algunos más, son construcciones recurrentes en nuestros días. Del Árbol utiliza a estos secundarios para crear el marco en el que se moverán los personajes principales, los tres condicionados por las decisiones que ellos -u otros por ellos- tomaron en su pasado.
Los tres protagonistas angustiados por una vida que no los satisface y en la que han dejado demasiados asuntos por cerrar; recurren a crear una realidad paralela que satisfaga sus anhelos o al menos que ayude a montar una ilusión de normalidad.
Una novela con dos acciones relacionadas someramente en la que el autor desnuda los sentimientos de sus protagonistas, les obliga a ser sinceros consigo mismos por primera vez para que muestren cómo son realmente sus personalidades.


www.eldiario.es
Víctor del Árbol, Barcelona, 1968. Estudió historia en la universidad de Barcelona y fue mosso d'esquadra entre 1992 y 2012. Ha trabajado en medios de comunicación y ha recibido numerosos galardones literarios en España y Francia: Nadal, Polar Europeén, Quercy Noir, Littérature policier etrangère, Tormo negro, Tiflos...
El peso de los muertos. Madrid: Castalia, 2006. Barcelona: Alrevés, 2016.
La tristeza del samurái. Barcelona: Alrevés, 2011.
Respirar por la herida. Barcelona: Alrevés, 2013.
Un millón de gotas. Barcelona: Destino, 2014.
La víspera de casi todo. Barcelona: Destino, 2016. Abans de gairebé tot. Barcelona: Columna, 2016.

Carlos Zanón: Taxi

Carlos Zanón: Taxi. Barcelona: Salamandra, 2017. 364 págs.

Sandino llaman a Jose, taxista de Barcelona. Sandino ha encontrado en el taxi la manera de estar siempre en marcha. De no estar anclado, aunque recorra siempre las mismas calles. A Sandino le gusta que le cuenten historias sean los clientes, o los libros, o la música.
Sandino tiene una pareja estable en forma de mujer a la que no hace ni caso. Sabe que tiene una conversación de ruptura pendiente con Lola. Pero a Sandino le horroriza el compromiso y la ruptura, huye sin rumbo en su taxi. Sin rumbo, pero de amante en amante. Ya les digo que a Sandino no le gusta anclarse.
De vez en cuando sube al Olimpo a por un café o una copa. Héctor es el amo del Olimpo, un exmosso al que es mejor tener como amigo, y que ahora subsiste con el bar y con el menudeo de droga. Sandino se siente atraído al bar por el recuerdo de Verónica, uno de los (muchos) grandes amores de su vida. Verónica abandonó a Sandino y a su marido cuando no pudo aguantar más la tensión de la doble relación. Su marido era Héctor, el exmosso peligroso.

Sandino tiene un transporte fijo, cada día lleva a las dos niñas, Valeria y Regina,  de una familia pija del opulento barrio de Viladrau al colegio. Sandino, cómo no, se ha enamorado -o algo así- de la madre, Nat. Necesita enrollarse para apaciguar la comezón insoportable.

Sandino no tiene muchos amigos entre los taxistas. Sería más correcto que sólo tiene una, Sofía, cuya sabiduría proviene de su asexualidad declarada. Desde luego no demuestra mucha inteligencia cuando se queda con el alijo de pastis y pasta que unos tipos que han pasado a mejor vida se dejaron en su taxi. A los dueños del cargamento no les cuadra eso de que ha llevado a los mossos el hallazgo. Quieren que se les devuelva hasta el último euro y hasta la última pastilla.
A Sandino no le queda más remedio que echarle una mano en la arriesgada misión de convencer a los traficantes. Cuenta para ello con la alucinada presencia de Jesús, un extraño sujeto fuera de la realidad al que ha conocido intentando resucitar al hijo muerto de una anciana. Con eso, con su conocimiento de las calles y con su arrojo -que crece en contacto con unas cuantas sustancias químicas que Sandino conoce bien-.
Sandino cree que lo mejor es que Sofía desaparezca de Barcelona haciendo de choferesa del hermano pequeño de su amigo Ahmed. Tiene que pasar discretamente la frontera hacia Francia. Él se quedará en la ciudad resolvéndolo todo.

No va a ser fácil moverse con agilidad por el mundo nocturno de la droga barcelonés. Pero Sandino tiene un plan: liarlo todo para que del caos se reestablezca el orden. Pero ya se sabe que las catástrofes pueden arrastrar a involuntarias víctimas. Va a tener que que sobrevivir a una tremenda tempestad antes de arribar a salvo.



Le interesa a Carlos Zanón descubrir cómo sus personajes interpretan la realidad que les rodea a partir de sus referencias culturales. Construye en cada novela, en cada cuento, una mitología a partir de música rock, de literatura, de películas clásicas de Hollywood, de bares nocturnos y otros antros, de estupefacientes y alcohol. Estas son las herramientas con las que los protagonistas se explican la vida. En Taxi, además, Zanón hace un guiño a la mitología grecorromana y bautiza personajes y lugares con nombres como Olimpo, Héctor, Sofía... Junto a ellos múltiples referencias musicales, destacando, claro, el tributo a Sandinista! de The Clash: los siete días que estructuran la novela vienen divididos en capítulos nombrados con los títulos de las canciones de aquel disco. Y también referencias a tebeos y a multitud de genios de la literatura: Cheever, Manchette, Delillo...

Una semana necesita Zanón para referir el periplo del taxista Sandino, un navegante sin puerto aquejado de insatisfacción. No consigue calmar su ansiedad afectiva ni vital. Tampoco es capaz de expresar sus sentimientos ni sus necesidades. Parece aquejado de donjuanismo y es un adolescente entrado en años que cree que el próximo amor será el gran amor que acabe con su zozobra. Vaga por la Barcelona contemporánea, anterior a los atentados y anterior a los guarrazos propiciados por las fuerzas del orden buscando amores y aventuras inciertas para intentar sosegar su congoja, es por eso por lo que siempre acaba en las situaciones más complicadas.

Pero la historia del protagonista no es la única de esta novela. Hay unas cuantas aventuras interpretadas por un puñado de personajes excelentes. Entre ellas está la de Jesús, el taumaturgo dependiente de la medicación química y la de Lucía, la abuela de Sandino: un cuento hermoso e inquietante dentro de la narración. El cuento de la hipocresía y la mojigatería opresora.
Hay más en esta novela: una trama sacada adelante con pericia y buenos personajes secundarios con vidas propias; estupendas escenas -como la de la discusión de Sandino y su colega Sofía- y ganas de hablar de muchas cosas, aunque consiguiendo un cuento coherente, un muy buen cuento de Carlos Zanón.





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Carlos Zanón, Barcelona, 1966. Se licenció en derecho y ha publicado varios libros de poemas, así como guiones y artículos de crítica literaria en diarios como El País. En la actualidad es el director del festival de literatura policíaca BCNegra y prepara el regreso del detective Pepe Carvalho.


Su producción de novelas:
Nadie ama a un hombre bueno. Girona: Quadrivium, 2008.
Tarde, mal y nunca. Barcelona: RBA, 2009.
No llames a casa. Barcelona: RBA, 2012.
Yo fuí Johnny Thunders. Barcelona: RBA, 2014.
Marley estaba muerto. Barcelona: RBA, 2015.
Ha ganado los premios Brigada 21, Valencia Negra, Salamanca Negra 2014, Novelpol 2015 y Dashiell Hammett 2015.

Nuevas incorporaciones a la nómina de maleantes

Desde recuperaciones de clásicos entrando en terreno negro a nuevas aventuras de nuevos escritores de una originalidad pasmosa. Aquí están las novedades que esta semana podéis encontrar en las librerías.


Dominick Dunne: Una temporada en el purgatorio. Eva Millet ha traducido para Libros del Asteroide la historia de la familia Bradley, un poderoso clan de origen irlandés que pretende que el heredero llegue a presidente de los USA. El presidenciable Constant se ve envuelto en un asesinato y (aunque a nosotros, visto lo visto no nos parezca una traba insuperable para convertirse en jefazo de los norteamericanos) su padre Gerald Bradley está dispuesto a llegar muy lejos para que no salga a la luz. Veinte años después un antiguo amigo de la familia parece dispuesto a soltarlo todo. En breve en Paraffin Test.


Y los muy aguerridos de Dirty Works han traducido -Javier Lucini lo hizo- a Larry Brown: Padre e hijo. Según las propias palabras de los editores "Si William Faulkner y Carson McCullers hubiesen escrito una novela negra, Padre e hijo sería el resultado". Pues nada, nada habrá que lanzarse de cabeza a esta historia de América profunda sobre un pueblo de Mississippi en 1968, con chatarra, abandono, pistolas y carreteras secundarias. 




Los muchachos de editorial Dos Bigotes han publicado el libro de Carlos Ortega Vilas: El santo al cielo. Se trata de la pesquisa del inspector Aldo Monteiro y el teniente Julio Mataró sobre el cadáver del que fuera Orion Dauber. Una novela original y más allá de las convenciones del género. Habrá que echarle un vistazo intenso.






Ignasi Oliveres entrega la novela ganadora del II Premi autor revelació de l'Escola d'Escriptura de l'Ateneu Barcelonès y Rosa del Vents: Alguna cosa no del tot neta, però no gaire peligrosa. Cuatro personajes en la Barcelona actual cuyas vidas se van entrelazando.






Llibres del Delicte
 ha encargado a Ramona Solé que reclute a unos cuantos escritores de las comarcas catalanas de Terres del Ponent: Assassins de Ponent. Doce cuentos de doce escritores con una sola causa: demostrar que en el occidente catalán también hay mucha mala baba: Llorenç Capdevila, Alexandra Cuadrat, Marta Esparza, Miquel Àngel Estradé, David Marin, Rafa Melero, Carles Mentuy, Francesc Pané, Anna Saez, Montse Sanjuan, Ramona Solé y Ramon Usall




Y de postre un libro de fotos. Cristina de Middel: Cucurrucucu. En 2014 Cristina de Middel se involucró con el archivo fotográfico del periódico sensacionalista Alerta y empezó a trabajar con la idea de explorar los diferentes lenguajes de la violencia y qué papel desempeñaba la fotografía en todo ese ámbito. La combinación de estos tres elementos resultó en una serie a la que se dio forma de libro. RM Verlag lo ha editado