Don Winslow: Corrupción policial

Don Winslow: Corrupción policial. Barcelona: RBA, 2017. 574 páginas. Traducción del inglés (USA) de Efrén del Valle. Título original: The Force. Samburu Inc., 2017.


Hay pocos policías que conozcan Manhattan Norte como el sargento Dennys Malone. Es el rey del barrio y nadie se mueve sin su permiso. Malone y su gente de confianza, el gigante Big Monty, el italiano pelirrojo Phil Russo y el joven Billy O'Neill son una familia. Han decidido que para hacer justicia no hay que ser demasiado rígido en el cumplimiento de la ley. Si de paso se consigue un beneficio para los miembros del grupo de la Unidad Especial, la armonía está garantizada.
Pero la ambición es enemiga de la prudencia. Malone decide dar un golpe a la coca del dominicano Diego Pena. Quiere acabar con el imperio del traficante y quedarse con los 100 kilos que Pena guarda en su almacén.
Pena acaba con dos tiros en el corazón y un montón de droga cambia de dueños. Revisión de daños: el joven O'Neill ha caído en la refriega.

Malone está acostumbrado a sortear a su jefe, sea quien sea, en este momento el capitán Sykes. Acostumbrado a engatusar a los de asuntos internos. Acostumbrado a compartir parte de los beneficios con los gerifaltes más antiguos de la policía de Nueva York. Acostumbrado a amañar testimonios con el plácet tácito de los fiscales para conseguir condenas.
Pero Malone no sabe cómo emplearse cuando los federales comienzan a apretarle las tuercas: la fiscal federal del Distrito Sur de Nueva York, Isobel Paz, ha decidido movilizar todos sus medios humanos para acabar con la corrupción. Tiene testimonios de algunos manejos turbios en los juzgados de Malone y quiere que el sargento se convierta en lo que más desprecia, en un chivato.

Malone sabe que sólo le queda la huida hacia delante. Conforme la situación se complica y la paranoia crece, la única salida es crear una situación tan complicada y peligrosa que cuando explote se lleve a todos por delante: a la fiscal y su insaciable ansia de ascenso, a los federales y su rígido modo de pensar, a las bandas rivales de traficantes, italianos y latinos, a la corrupta cúpula policial, incluso a sus compañeros y a su amado grupo. Veremos si Malone es capaz de enfrentarse el solo a todas las fuerzas oscuras de Nueva York.

Don Wislow vuelve a crear una historia compleja, con todo un ejército de personajes, para explicar los grandes males de la sociedad contemporánea: la crueldad del poder y la violencia que produce la ambición sin control. Si en El poder del perro y en El cártel (secundariamente), Winslow recreó la historia del narcotráfico contemporáneo, aquí, en esta novela arremete contra la incapacidad para aplicar la ley de las fuerzas responsables de hacerlo. Una incapacidad que desemboca en injusticia, corrupción y arbitrariedad.
Una vez más Winslow aborda un tema complicado con varias tramas enlazadas y una plétora de personajes bien dibujados, con personalidad propia. Y, una vez más, crea un héroe que se enfrenta en solitario a fuerzas muy superiores a él. Un héroe desmesurado, dominado por la hibris transgresora de los clásicos. Un machote furioso que aplica sus propias formas y principios para defender su terreno, su familia y sus intereses morales y materiales.
Un ritmo sin descanso con una acción construida en torno a un flashback que se cierra explicando las causas del comportamiento de Malone y de su equipo. Y una atmósfera tensa que se va volviendo espesa conforme la salida se vuelve más complicada.
Al final, en el clímax de la novela, el narrador parece sufrir síndrome de Estocolmo con el protagonista y su testosterona. La corrupción de Malone es presentada como más respetable que la de los políticos y los tribunales. Seguramente el sargento ha llegado demasiado lejos y hay que darle algo de vidilla.


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Don Winslow, New York, 1953. Estudió historia de África y periodismo en la Universidad de Nebraska. Vivió durante mucho tiempo en Sudáfrica antes de instalarse en Nueva York, donde trabajó como regente de salas de proyección de cine y como detective privado para acabar dedicándose en exclusiva a la escritura de novelas policíacas.

De sus dieciocho novelas se han traducido las siguientes:
El poder del perroBarcelona, Random House, 2008.
El invierno de Frankie MachineBarcelona, Roca editores, 2010.
L'hivern de Frankie Machine. Barcelona, Columna, 2010
SalvajesBarcelona, Roca editores, 2011.
Muerte y vida de Frankie MachineBarcelona: Reservoir Books, 2011.
SatoriBarcelona, Roca editores, 2011.
El club del amanecerBarcelona: Ediciones Martínez Roca, 2012.
Los reyes de lo coolBarcelona: Reservoir Books, 2012.
Un soplo de aire frescoBarcelona: Ediciones Martínez Roca, 2012.
La hora de los caballerosBarcelona: Roca ediciones de libros, 2013.
Tras la pista del espejo de Buda. Barcelona: Reservoir Books, 2014.
En lo más profundo de la meseta solitaria. Barcelona: Reservoir Books, 2015.
El Cártel. Barcelona: RBA, 2016.
Corrupción policial. Barcelona: RBA, 2017.

Ivy Pochoda: Visitation Street

Ivy Pochoda: Visitation Street. Barcelona: Malpaso, 2017. 316 páginas. Traducción del inglés (USA) de Ramón de España. Título original: Visitation Street. New York: Ecco Press, 2014.


Navegar un rato por las aguas de la bahía del East River de Brooklyn, aunque sea en un frágil bote hinchable, parece una buena idea en una calurosa noche de agosto. June y Val, dos adolescentes del barrio de Red Hook, un rincón de Brooklyn, emprenden una singladura que acabará fatal. June desaparece en las aguas negras de la bahía y Val acaba medio muerta, arrojada a la orilla, inconsciente entre la basura, encontrada y rescatada por el profesor de música de su colegio.
Jonathan Spence es un compositor venido a menos que sobrevive en Red Hook dando clase a niñas sin interés por la música y que pasa sus noches sonámbulas entre el alcohol y los paseos sin rumbo por el barrio. Él salva a la joven Val.

Aquella noche había otro personaje en la orilla del río, Cree James, un joven negro que vaga recordando a su padre, asesinado recientemente. Cree es el principal sospechoso para la policía, pero el joven tiene un valedor, Ren, Renton Davis, un muchacho no mucho mayor que Cree. Acaba de salir de la cárcel y dedica el tiempo a pintar alucinantes grafitis que llenan de vida los muros de las antiguas fábricas y almacenes del barrio.

La desaparición de June y la amnesia de Val sacuden la vida del barrio. El ultramarinos de Fadi se convierte en el centro informativo de Red Hook, allí recalan los protagonistas mientras los ánimos se van calentando por el caso de las muchachas y por la inminente llegada a los muelles del barrio de cruceros llenos de turistas.

Los tres jóvenes, Val, Cree y Ren intentan sobrevivir en un barrio hostil, soportando las sospechas y a la vez interpretando el extraño mundo de unos adultos inadaptados, llenos de obsesiones, incapaces de comprender las necesidades de los adolescentes y las suyas propias. Sólo desvelar el misterio de aquella noche de la singladura de Val y June en la que todos están implicados puede traer un poco de sosiego a la ansiosa sociedad de Red Hook.

La intención de Ivy Pochoda es describir cómo se desvanecen las redes sociales en un barrio en descomposición. Red Hook es una parte de Brooklyn, una barriada que fue industrial y portuaria, pero que ahora es una parte de la ciudad sin lazos sólidos entre los vecinos al haber desaparecido el trabajo y los intereses comunes. En Red Hook coexiste el lumpen sintecho y yonquis con una clase mediabaja obrera blanca y un grupo de trabajadores pobres negros. Viven cerca, pero sin mezclar. El racismo y el clasismo también está presente en esta barriada.

Pochoda hace que su narrador siga a seis personajes principales: el compositor alcoholizado Jonathan Sprouse, el mercader libanés Fadi -que recoge en sus hojas periódicas todas las noticias que genera el barrio- y los cuatro jóvenes que se agostan en el barrio: el sospechoso Cree James, que vaga por Red Hook intentando superar el asesinato de su padre, Valerie Marino, la niña rescatada de las aguas que no puede o no quiere recordar, Ren "Hecho Polvo" Davis, un criminal a su pesar que ha venido a redimir a Cree y al barrio y Monique, la prima de Cree, que hereda los poderes videntes de la familia mientras se desborda en el mundo de las drogas y las pandillas.

Hay un buen montón de personajes secundarios también: la familia de Cree, que convive con la magia y con los espíritus; la fauna de perdedores del Run Down, el bar en que se emborrachan los protagonistas; o las bandas de jóvenes sin esperanza, pequeños camellos. El narrador incluso se mete en la piel de los muertos y describe sus sentimientos mientras despegan del mundo de los vivos.
Tanto los vivos como los muertos parecen incapaces de dejar atrás el barrio. Todos esperan que algo cambie, que el cambio venga de fuera, aunque sea en forma de cruceros de turistas que hagan remontar al economía local. Al final la solución estará en enrolarse en una aventura a lo Huckleberry Finn, en una balsa neumática, en una barcaza hecha de despieces o en un automóvil descacharrado.

Pochoda construye Visitation Street sin ansiedad por la resolución de los misterios, con un ritmo pausado, dejando todo el protagonismo a sus actores para que describan cómo el drama va cambiando sus vidas hasta obligarles a enfrentarse a si mismos y a tomar decisiones que les desahoguen.


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Ivy Pochoda, Nueva York, 1977. Se licenció en Letras Clásicas en la universidad de Harvard. Fue jugadora profesional de squash y ahora es colaboradora de varios medios escritos de comunicación.
Visitation Street es su segunda novela.