Solé Serrat: Canya o mitjana. Barcelona: La Magrana, 2016. 190 páginas. Primera edición publicada en la misma editorial en 1989.
A finales de los años ochenta Ricard recibe un mensaje de su amigo Ambdós para que deje Tortosa y vaya a Barcelona a echarle una mano con el bar que ha comprado en el Raval. Ricard no tiene mucho que hacer en Tortosa, acaba de licenciarse del servicio militar y no tiene nada al vista, así que, sin excesivo entusiasmo, hace el equipaje y se larga a Barcelona.
Ricard no se fía de Ambdós, hace años que se conocen y sabe que quiere aprovecharse de él, así que la oferta de ser encargado del tugurio se la toma como un método para conocer la vida nocturna y el vicio de la ciudad. Y, desde luego, este objetivo quedará cumplido con creces. Con la compañía del experimentado camarero del bar, el Cholo, Ricard comenzará a cogerle el gusto al ron y a la coca, a liarse con mujeres de carácter y a frecuentar los bajos fondos y a los personajes patibularios que los habitan.
Cuando el Cholo y Ricard (con la ayuda del poeta novel el Vàter) descubren que Ambdós está metido en algún chanchullo de los gordos la diversión de los ambientes canallas se transforma en peligro. Los asesinatos se convierten en algo cotidiano y tanto las diferentes bandas rivales como la policía les exigen que den con el paradero del escurridizo jefe del bar si no quieren acabar recibiendo ellos.
El trío tendrá que utilizar todas sus heterodoxas armas para conseguir que todos los enemigos se enfrenten entre si y salir ellos bien librados.
Ramón Solé y Carles Serrat escribieron esta novela a finales de los años ochenta, cuando Barcelona comenzaba la enorme mutación social que supuso el proyecto olímpico y la construcción de la ilusión turística. Es un documento de cómo era el barrio chino justo antes de que la emigración y la gentrificación lo alteraran hasta lo que es hoy. Los ambientes canallas y algo catetos del Raval han desaparecido tal como eran entonces y con ellos las redes sociales y las formas de relación.
Canya o mitjana está narrada en primera persona por Ricard, un joven sin expectativas que resulta un solvente observador partícipe de la turbulenta vida nocturna de Barcelona. Con él recorremos lo más granado de los bares sin horario de la capital y de los pueblos de los alrededores. Los personajes que allí habitan son unos pícaros contemporáneos incapaces de delinquir a lo grande de manera solvente. Son ellos los que dan un eficaz toque humano a esta comedia negra de acción rápida, buenos diálogos, con un sentido del humor irónico y con un puñado de estupendas situaciones absurdas.
Ramón Solé y Carles Serrat son dos barceloneses, regente del Casa Almirall del Raval uno de ellos y periodista el otro, que se unieron en 1989 para pergeñar esta novela. En 1992 escribieron también a cuatro manos El fill de la Lola, Barcelona: La Magrana, 1992.