Gene Kerrigan: La furia

Gene Kerrigan: La furia. Barcelona: Sajalín editores, 2015. 411 páginas. Traducido por Damià Alou del inglés. Título original: The Rage, Londres: Harvill Secker, 2011.
En el Dublín de la segunda década del siglo XXI la fiesta de la Irlanda próspera se ha acabado. La especulación y la crueldad del poder dejan ver su cara real sin misericordia y la crisis azota con fuerza el país. En este ambiente Vincent Taylor, un sicario de un mafioso local, prepara un golpe con su banda en el momento en que cumple su condena de  prisión. Esta convencido de que gracias a su habilidad todo saldrá bien. Por otro lado, el veterano agente Bob Tidey investiga los asesinatos de un banquero corrupto y de un pequeño delincuente. Cree que sus años de experiencia y su honestidad le servirán para triunfar en sus investigaciones. Tidey y Taylor se verán condenados a encontrarse cuando sus sendos fracasos se manifiesten. Será el momento en que una furiosa tempestad se desate y ambos recurran a los medios más sucios a su alcance para imponer su visión de un mundo en equilibrio.

Kerrigan utiliza un narrador que se centra principalmente en los movimientos de Taylor y Tidey. También aparecen en el centro de mira otros personajes importantes en la acción, como la monja retirada Maura Coady, que vive atormentada por los remordimientos de lo que ella y la iglesia católica irlandesa hicieron a los niños en el pasado reciente; ella será el detonante de la acción que se desencadenará en la segunda parte de la novela. El ritmo se mantiene mediante cortas apariciones de los principales personajes de la trama en mínimos capítulos que dan una estructura de vidas cruzadas que, a veces, está a punto de complicar el seguimiento de la acción, pero sólo a punto, Kerrigan sale airoso del reto.
Para mi la parte más floja es aquella en la que se cierra en falso una investigación policial muy importante. Es la espoleta que hace estallar por los aires la aquiescencia con el sistema de Tidey, pero no acaba de tener una explicación redonda. La mayor parte de los personajes están trazados con pocos rasgos y resultan eficaces para el transcurso de la novela. La sobriedad descriptiva hace que la contención de los principales personajes en la primera parte de la novela sea veraz y que contraste de manera efectiva con las viscerales reacciones de la segunda. Kerrigan obliga a que cada uno de sus protagonistas utilice las herramientas a su alcance para reestablecer el equilibrio. Tras el baño de sangre que Taylor desencadena su pensamiento es el de que "...había hecho lo que había que hacer. Había restaurado el orden de las cosas." Por otra parte, cuando el agente Tidey es interrogado acerca de sus últimas acciones fuera de la ley dice "Es difícil hacer lo correcto. Pero había que hacer algo". Seguramente es lo mismo que opinaba la monja Coady y sus correligionarios cuando destrozaban las vidas de los que les habían sido encomendados. Un recomendable policíaco en el que no hay momento de tregua.


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Gene Kerrigan, Dublín. Periodista y escritor. Ha ganado varios premios por su labor periodística en Irlanda y ha escrito varios libros sobre escándalos financieros y crímenes en su país. La furia ganó el premio Cold Dagger a la mejor novela criminal en 2012. Es su única novela traducida al castellano.

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