En los últimos días han llegado una serie de novedades a destacar para los acérrimos de lo negro y lo detectivesco.


Han comenzado con las novelas de la neozelandesa Ngaio Marsh: Un hombre muerto, en traducción de Alejandro Palomas, en la que aparece el hábil inspector de Scotland Yard, Roderick Alleyn, y con la de Michael Innes: Muerte en la rectoría, en traducción de Susana de la Higuera Glynne-Jones, con el inspector Appleby como investigador siempre exitoso.

También en Siruela aparecen dos colecciones de cuentos policiales inéditos editados por Ernesto Mallo:
En el primero hay relatos de Marta Sanz, Alfonso Mateo Sagasta, Juan Aparicio Belmonte, Lorenzo Silva, Vanessa Monfort, Patricia Esteban Erlés, Berna González Harbour, Jesús Ferrero, Fernando Marías, Andrés Barba y Domingo Villar.
En el de Barcelona contribuyen; Andreu Martín, Ernesto Mallo, Empar Fernández, Toni Hill, Rosa Ribas, Milo Krmpotic, Teresa Solana, Carlos Zanón, Lilian Neuman y Carles Quílez.
Muchas plumas importantes para esta semana.


Y acaban de llegar un par de novedades de excelente calidad. Por un lado Libros del Asteroide ha recuperado la traducción de Helga Pawlowsky de una de las novelas más famosas de Martin Suter: Qué pequeño es el mundo. Como siempre, Suter analiza los tejemanes de las clases altas suizas. En este caso la construcción de una familia millonaria que ve en peligro su bienestar por la incómoda presencia del hijo de una de las criadas, que se educó como acompañante fiel del heredero de la fortuna. Pronto en Paraffin Test.
Por otro lado, los insobornables de Impedimenta. traen a España a un escritor de Liechtenstein, Armin Öhri: La musa negra, traducido por Paula Aguiriano Aizpirua. Una novela negra ambientada en el Berlin de mediados del siglo XIX con truculentos asesinatos y un personaje retorcido que abre una nueva saga. Con esta novela ganó el premio de literatura de la Unión Europea.


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