John D. MacDonald: Pesadilla en rosa

John D. Macdonald: Pesadilla en rosa. Barcelona: Libros del Asteroide, 2016. 248 páginas. Traducción del inglés (USA) de Mauricio Bach. Título orginal: Nightmare in Pink, 1964.


Hay pocas cosas que puedan obligar a Travis McGee a abandonar su amada barcaza, la Busted Flush, en su amarre de Florida para perderse en Nueva York. Una de ellas es que un antiguo camarada del ejército, al que debe una desde la guerra de Corea, le pida que le eche una mano para ayudar a su hermana pequeña.


Mike Gibson es una ruina que vive ciego e impedido en un hospital para veteranos. Su hermana Nina necesita ayuda: su prometido Howard Plummer ha muerto después de ser atracado en la calle. Mala suerte. Nina Gibson no consigue rehacerse, necesita la protección y el consejo de un hombre de una pieza. Ahí encaja Travis McGee.

Nuestro hombre consigue con sus métodos habituales -a saber: una gran capacidad para los lances verbales (sin descartar saber dar un par de guantazos cuando la cosa empieza a ponerse espesa), un encanto sexual de machote crecidito pero de carnes prietas y una tendencia a ser condescendiente con toda la que no pasee unos atributos colgando- que la destrozada Nina Gibson comience a razonar y abandone la compasión hacia sí misma para que 

1- Explique que su novio, Howard Plummer, había conseguido una buena cantidad de pasta en metálico de la empresa en la que trabajaba, las oficinas financieras del emporio del millonario Charles McKewn Armister y que guarda ese dinero en casa.

2- Se enamore inelectublamente de él (a Trav no le hace mucha gracia, preferiría tener el beneplácito del hermano, su camarada el ciego, pero la carne es débil, y más cuando te acosan tanto como a McGee...).


El caso es que Trav se da cuenta de que allí hay gato encerrado y decide investigar las actividades de la empresa y de la familia Armister. Lo primero que hace es aliarse con la madura conquistadora Terry Drummond, cuñada del magnate Armister, embarcada en la cruzada de devolver al redil matrimonial al prócer neoyorquino: quiere que Charles Armister deje su vida de crápula de sus últimos tiempos y vuelva a casa junto a su hermana Joanna.

A partir de aquí Travis comenzará a acechar a la empresa financiera. Pero lo de la sutileza no es una de las cualidades de McGee. Se mueve como un elefante en una cacharrería y atrae hacia él las miradas de los hombres más peligrosos de la gran manzana. Y estos sí que no hacen ruido, para cuando quiera darse cuenta estará metido en tantos problemas que sólo una hecatombe podrá salvarlo.

John D. Macdonald sacó a batirse contra los molinos por segunda vez a Travis McGee en esta novela tras Adiós en azul. Su héroe vuelve a ser el narrador de la historia y continúa despreciando la hipocresía y las desigualdades sociales. Es el arquetípico fortachón precioso que se hace el duro pero con más reglas morales que un benedictino. La primera parte de la novela resulta un tanto angustiante en nuestros tiempos con el paternalismo continuo del narrador hacia las protagonistas femeninas y su necesidad de rescatarlas de sí mismas y de los papeles con que se protegen de la sociedad. Travis las quiere "tal como son" sin la afectación que les impone la vida social y laboral fuera de casa. En la segunda parte, mucho más descontrolada y a base de acción y de lugares comunes de la novela negra, la novela remonta y se devora con gusto.

El anticlímax también se le puede atragantar a alguno si no es capaz de recordar que es hija de la cultura del quiosco de los años sesenta, reino de la testosterona y de los héroes con músculos tan duros como su mollera. Una novela de consumo eficaz, con momentos buenos, sexista y repleta de valores como la camaradería, el desprecio del sexo sólo como placer, el altruismo y la defensa del clan.


www.library.ufl.edu

John D. Macdonald, Pensilvania (USA), 1916 – Milwaukee (USA), 1986.Estudió economía en las universidades de Siracusa y Harvard, aunque no ejerció nunca como economista, sino que al regresar de la segunda guerra mundial, en la que estuvo destinado en Asia, comenzó a escribir relatos sin descanso hasta que fueron publicados en algunas de las revistas de más circulación de los Estados Unidos. Su primera novela The Brass Cupcake, fue publicada en 1950. A partir de ahí aparecieron una setenta de novelas de distintos géneros. De ellas, veintiuna pertenecen a la serie del detective de Florida Travis McGee. La primera fue The Deep Blue Good-by, y una de ellas The Green Ripper, ganó el National Book Award.

En castellano y catalán han aparecido algunas de las novelas de Macdonald, en editoriales como Caralt o Bruguera, o en la maravillosa colección la Cua de Palla, pero hoy por hoy están todas agotadas, por lo que las únicas disponible son las recuperaciones de Libros del Asteroide: 

Adiós en azul, Barcelona, 2015. 

Pesadilla en rosa, Barcelona, 2016.


4 comentarios :

  1. Hala, otros dos a la lista!! Si cada día apunto un par de ellos y, como mucho, leo dos o tres a la semana, echa cuentas... Ja, ja. Muy buena reseña de un libro que parece muy interesante.

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  2. Yo leí hará cosa de dos años "Más oscuro que el ámbar" y quedé satisfecho tras su lectura. Veo ahora que hay un revival de John D. MacDonald, y me gusta.
    La que yo leí también es de la serie Travis McGee y la leí en una edición'pulp' (muy curiosa; si quieres, la puedes ver aquí ) de la editorial Bruguera.
    Una reseña que incita a leer. Me apunto estos dos títulos.
    Un abrazo

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  3. Buenos, Rosa, ya me dirás que te parece este tipo duro y emocional

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  4. Sí, Juan Carlos, le pega el formato pulp. Es una literatura sin pretensiones hecha con mucho oficio.

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