Michael Connelly: Del otro lado. Madrid: Alianza de Novelas, 2016. 367 páginas. Traducción del inglés (USA) por Javier Guerrero Gimeno. Título original: The Crossing. New York, 2015.
Hieronymus (Harry) Bosch no pasa por su mejor momento. Se ha retirado obligado del Departamento de Policía de Los Ángeles y ha acabado denunciando a sus antiguos jefes. Aún así le cuesta aceptar la oferta de su hermanastro, el abogado defensor Mickey Haller. Su investigador principal está de baja por un accidente de tráfico y propone a Bosch que le ayude en la defensa de un caso de violación y asesinato. Haller está convencido de la inocencia del acusado a pesar de las abrumadoras pruebas en su contra.
Harry sabe que aceptar y pasar a formar parte del equipo de abogado defensor es ganarse la enemistad de sus antiguos colegas pero acaba aceptando: si el acusado es inocente el asesino sigue suelto, y eso es algo que un viejo policía no puede soportar.
Un antiguo cabecilla pandillero, Da'Quan Foster es a quien quieren encolomar la muerte a golpes de la funcionaria municipal Lexi Parks. La prueba definitiva, en el cadáver se ha encontrado una cantidad enorme del semen de Foster. Cuando Bosch comienza a investigar descubre que el procedimiento no fue todo lo riguroso que habría sido conveniente: una vez que el ADN confirmó la identidad de Da'Quan Foster el resto de las posibles pistas fueron desechadas. Para colmo, cuando Foster quiere recurrir a su coartada, el travesti con el que se acostaba aquella noche a espaldas de su mujer, descubren que fue asesinado pocos días después de Lexi Parks.
A Harry Bosch hay cosas que no le cuadran, pero debe trabajar con paciencia ahora que no es policía y no cuenta con los medios de otros tiempos. Con lo que sí que cuenta todavía es con la camaradería de un puñado de colegas incondicionales que le pueden echar una mano discreta jugándose sus carreras. Lo que Bosch descubre es que todo parece un complejo montaje que sólo pueden haber armado policías corruptos. Y desde luego, muy peligrosos.
Ahora que está fuera del Departamento a Harry le resultará todavía más difícil convencer a sus jefes de que los asesinos son parte de sus colegas y no un pandillero negro. Y, además, sus antiguos compañeros corruptos pueden adelantarse a sus movimientos y, si se convierte en un amenaza real, acabar con él de una vez por todas.
Hay un tema que interesa denunciar en esta novela de Connelly: la hipocresía. Todo cuanto acontece se deriva de que los actores quieren que se tenga de ellos una imagen determinada y están dispuestos a cometer los más crueles y ridículos crímenes para que no se rompa ese espejismo. El qué dirán es importante incluso para el propio Bosch, que no quiere pasar a trabajar para un abogado defensor (al que todos los agentes consideran un enemigo del trabajo policial) por las reacciones que puedan tener sus antiguos camaradas (a pesar de que muchos de ellos han intentado joderle hace poco).
Los protagonistas han caído en manos de los vicios: prostitución, adicción al juego... pero antes de permitir que se rompa su puritana imagen social son capaces de declararse asesinos o de robar a su propia mujer.
Como epítome de esta sociedad californiana puritana en lo social, viciosa en lo íntimo e hipócrita hasta la médula, Connelly utiliza la cirugía plástica. El triunfo social está en la lozanía, en las abundantes carnes prietas y las pieles tersas (o tensas, mejor dicho). Buscando conservar eternamente la imagen preferida de la sociedad, los seres humanos se deforman hasta convertirse en repulsivas víctimas. Esa es la denuncia de Connelly: preocuparnos tanto por mantener la imagen que creemos que tienen de nosotros los demás nos transforma en monigotes irreales (y peligrosos).
Para darle vida a esta novela una de las prioridades de Connelly es crear un suspense en aumento: que la amenaza sobre el héroe crezca poco a poco hasta que temamos por su vida. Para ello hace que el narrador nos suministre información de la que el protagonista carece. El narrador sigue sobre todo a Harry Bosch, describe sus acciones y también sus emociones y sus motivos. Pero también se centra en las acciones de los villanos. Describe las trampas que Ellis y Long van tendiendo a Harry y que él desconoce. Esta narración en paralelo nos provee de una información de la que carece el protagonista, pero hace que también tengamos controlados los movimientos de los agonistas. Llega un momento -en el desenlace- en el que Connelly no quiere que sigamos sabiendo más de las acciones de los policías corruptos, así que desaparecen sus movimientos de la lupa del narrador. A partir de aquí tendremos casi la misma información que el expolicía Harry Bosch.
Esta utilización del suspense, el ritmo sostenido y la descripción de los personajes de las clases medias angelinas son aciertos de esta novela que recuerda las novelas clásicas americanas, a lo mejor de los autores californianos.
Michael Connelly, Filadelfia, 1956. Mientras estudiaba periodismo en la universidad de Florida cayó en letraherido por las novelas de Raymond Chandler y comenzó a escribir novelas policiales.
Trabajó en Los Angeles Times como reportero criminal hasta 1995, año en el que publicó su cuarta novela y momento en el que decidió dedicarse en exclusiva a la producción de ficción. Sus principales sagas son las protagonizadas por Harry Bosch (19 novelas) y Mickey Haller (5 novelas).
Harry Bosch
El eco negro, The Black Echo, 1992.
El hielo negro, The Black Ice, 1993.
La rubia de hormigón, The Concrete
Blonde, 1994.
El último coyote, The Last Coyote,
1995.
Pasaje al paraíso, Trunk Music,
1997.
El vuelo del ángel, Angels Flight,1999.
Más oscuro que la
noche, A Darkness More Than Night, 2001.
Ciudad de huesos, City of Bones,
2002.
Luz perdida, Lost Light,
2003.
Cauces de maldad, The Narrows,
2004.
Último recurso, The Closers,
2005.
Echo Park, Echo Park,
2006.
El observatorio, The Overlook,
2007.
Nueve dragones, 9 Dragons,
2009.
Cuesta abajo, The Drop,
2011.
La caja negra. The Black Box, 2012, VI Premio RBA de Novela Negra 2012
The Burning Room, 2014
Del otro lado, The Crossing, 2015.
The Wrong Side of Goodbye, 2016.
Mickey Haller
El inocente, The Lincoln
Lawyer, 2005.
El veredicto, The Brass Verdict, 2008.
La revocación, The Reversal, 2010.
El quinto testigo, The Fifth Witness, 2011.
The Gods of Guilt, 2013.
Llevo atrasadísima esta serie. he leído los tres primeros de Harry Bosch y el primero de Mickey Haller. Hay tantas series que no se saca tiempo para todas y estas me gustan bastante. A ver si retomo.
ResponderEliminarY claro, hablando de Connelly, me viene a la cabeza Connolly y su serie de Charlie Parker Bird que también tengo bastante olvidada tras leer solo cinco.
No sé si es bueno que me hayas recordado los deberes sin hacer, ja, ja.
Un beso.
El nuevo del siniestro Connolly estará disponible a comienzos del año que viene. Por su parte, el señor Connelly ya ha escrito uno más de la serie de Bosch. Bufff, los hay productivos: pero es una suerte.
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