Jesús Pastrana es uno de los escasos funcionarios públicos íntegros que quedan en México. Síndico del ayuntamiento de Cuernavaca harto de ver como su ciudad es el campo de batalla de dos bandas de narcos: los Tecuanes y los Culebros que controlan la política municipal y social de la ciudad. Pastrana decide luchar en las próximas elecciones por la alcaldía con las siglas de su partido para acabar con la corrupción, la violencia y las injusticias. Mientras una sucia lucha se desata dentro de su propia formación política por hacerse con la candidatura, la esposa de Jesús, Remedios, hija de la alta burguesía, lo abandona llevándose a sus hijos aterrorizada por la temeraria ambición de Jesús.
Jesús Pastrana vuelve a encontrar el amor en Leslie, una prostituta transexual que resulta ser la hermana gemela del cabecilla de los Tecuanes. La vida del, ahora ya, candidato a la alcaldía se convierte en una huida hacia delante caótica en la que tanto los narcotraficantes, como los poderes fácticos de diferente orientación política quieren influir. Pastrana cree que la mejor manera de acabar con la desigualdad es armar a las clases populares para que sean capaces de disuadir a sus enemigos del empleo de la violencia. Pero el resultado es el estallido de una conflagración que está a punto de desembocar en la ley marcial.
El candidato rival utiliza todos los argumentos a su alcance para desacreditarle y emplea a su mujer, una estrella de la televisión mexicana, como gancho en una campaña continuista pero trabajada para conseguir el mayor impacto en los medios de comunicación. La relación de Pastrana con Leslie cada vez se hace más difícil, tanto por el secreto que se ven obligados a mantener como por el estrés debido a la campaña. Conforme avanza en la campaña Jesús se ve obligado a pedir favores y a conseguir alianzas qeu cada vez le enredan en la omnipresente red de corrupción.
Cuando Pastrana esté a punto de conseguir su objetivo todo se desmoronara en una hecatombe en la que todos saldrán perdiendo ¿o tal vez no todos?
Qué fascinante descripción de la relación entre política, corrupción y narcotráfico en el México contemporáneo. Enrique Serna ha elegido un momento perfecto para describir la terrible inseguridad que se vive en el país: una campaña electoral desde el momento previo de la formación de candidaturas hasta los días después de las elecciones. Así ha podido mostrar la corrupción en su país desde la interna de los partidos. Son ellos las máquinas que moldean a los candidatos adecuados para que no impidan el enriquecimiento ílegal de sus dirigentes. Este es el paso previo a la proclamación de la candidatura, la lucha contra tu propio partido. Y Serna borda la descripción de todo el proceso, de la lucha a brazo partido contra tus copartidarios, la connivencia de la prensa, la semejanza entre todos los partidos que se presentan...
Pero si este primer paso está lleno de golpes bajos y encerronas el de la campaña propiamente dicha está lleno de sangre y muerte. Disparos, tumultos y muertos en los estadios, luchas entre los gánsters de los cárteles y los pistoleros de los candidatos, enfrentamiento con las fuerzas del ejército -conchavadas con las fuerzas políticas reaccionarias-, arrestos y torturas policiales... Y todo ellos es denunciado por Serna con un ritmo preciso. Una muy entretenida descripción de la desgarradora realidad mexicana. Cuando la corrupción es el sistema imperante cualquier paso para salir de ella te hunde más ya que todo lo que te rodea es corrupción y debes remitirte a los mecanismos corruptos para poder caminar con éxito.
Lástima que, de repente, en cuanto aparece la figura de la puta transexual de la que Pastrana se enamora todo parezca tan acartonado e irreal. La relación entre ellos suena falsa y hueca. Se convierten en personajes más estereotipados que el payaso de macdonals. Las descripciones de sus relaciones sexuales, y aún de las de su día a día, son machistas a más no poder. Incluso el lenguaje de Serna se estereotipa y pierde frescura y realismo:
"De ahí se fueron a la récamara, trenzados como escorpiones, y cogieron con tanta pólvora que la impetuosa cabalgata rompió una pata de la cama. En el epílogo del placer, predispuesto a la ensoñación romántica, Jesús admiró la capacidad de Leslie para ilusionarse con frivolidades y simplezas. Se había había equivocado al juzgarla corrompida sin remedio. No obstante haber vivido experiencias terribles, que hubieran podido amargar a cualquiera, su alma todavía era una playa virgen, con arena fina y aguas de color turquesa. En sus brazos él no podía sentirse puro, porque la culpa y el morbo atizaban su deseo. Pero ella, en cambio, actuaba con una frescura de muchacha enamoradiza y frívola en la que no percibía una pizca de fingimiento." (pág. 231) o "Rendido de placer, durmió nueve horas de corrido y al día siguiente despertó con la mente serena. El componente femenino de su carácter había encontrado por fin lo que buscaba: un cuerpo invasor, un amor deliciosamente atrabiliario en la repartición de premios y castigos." (pág. 248)
Lástima que estos chirriantes arquetipos malbaraten un buen thriller político.
Ha publicado las novelas:
Señorita México (1987)
Uno soñaba que era rey (1989)
El miedo a los animales (1995), publicada en España por Planeta en 1998
El seductor de la patria (1999)
Ángeles del abismo (2004), publicada en España por Espasa en 2011
Fruta verde (2006)
La sangre erguida (2010)
La doble vida de Jesús (2014), publicada en España por Alfaguara Random House, 2015.
Y en España le han publicado el libro de cuentos:
La ternura caníbal. Madrid: Páginas de Espuma, 2013
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