Zorro Newton es un yonqui de los guetos negros de la Detroit de 1972. Sabe que la información es dinero y el dinero, droga. También sabe que muchos de los traficantes de la ciudad quieren defenestrar al rey de la droga, Willis McDaniel, y que están dispuestos a jugar fuerte para hacerse con el premio gordo. Y también sabe que la mejor manera de librarse del trullo por unos delitos de hace unos meses es hacer de soplón de la policía. Intenta sacar tajada en todos los frentes, así que vende la información sobre un gran alijo que McDaniel recibirá en breve a Lennie Jack, un joven veterano de Vietnam sin miedo a meterse en problemas dispuesto a robarlo; y vende al detective Al Grandullón Lewis el soplo del robo de la droga. Cuando la guerra entre bandas estalle y la policía intervenga se desata una batalla de tales dimensiones que será imposible salir indemne.
Vern E. Smith escribió esta novela a mediados de la década de los setenta retratando los suburbios negros de una ciudad asolada por la violencia y por las drogas. Hay un catálogo de abrigos de chinchilla, botines deslumbrantes, de peinados afro, patillas superlativas, complementos carísimos y carros fastuosos en esta novela de Smith. A los traficantes negros de Detroit les gusta que se les identifique con facilidad por la calle. La ciudad es suya. Y a Smith también le interesa que nosotros los identifiquemos desde lejos. Una vez que los tengas registrados por su planta y sus modelitos Smith te cuenta qué hacen y cómo lo hacen. No está para densas averiguaciones sobre la psicología de sus personajes, ni para investigaciones sobre la trama social de Detroit. Aquí lo que hay es una presentación periodística de unas bandas de negros chulos que quieren hacerse con el poder porque es donde está la pasta. Y de las víctimas que van dejando por el camino. Y también la descripción de cómo unos funcionarios de la policía metropolitana intentan adelantarse a los acontecimientos. No, no busques las causas de los crímenes en infancias desastradas -vale, el protagonista ha venido muy tocado de Vietnam, pero ¿quién no volvió sin algún trauma?- ni tampoco esperes antihéroes policiales azotados por los síntomas del TDH tan comunes en las últimas novelas anglosajonas y afines (pobre Harry Hole de Nesbo). Aquí hay tiros, persecuciones, traiciones y palizas. Lo que quieren los protagonistas es descubrir (como el maravilloso título de Houdini) cómo hacer bien el mal.
No hay preguntas éticas, ni cruzada justiciera por los valores éticos del hampa. Aquí hay intentos de escalada a la cima sin importar a quién pisas, y ventas al mejor postor y hay la certidumbre de la policía y del lector de que esto es un ciclo eterno, de que cuándo acabas con una cúpula de traficantes otra ocupará su lugar (bueno para la literatura, malo para el sistema). Que los abrigos de visón se transforman en chándales y colgantazos pero no cambian las motivaciones de las personas que los lucen. Lo que piensan o sienten los protagonistas no aparece por ningún lado: lo que hay aquí es una tormenta de violencia y una historia que va al grano.
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Vern Emile Smith, Natchez, Mississippi, 1946. Estudió en las universidad de San Francisco y Columbia, en las que se afilió al Black Student Union y se licenció en periodismo. Ha ejercido esta profesión desde entonces, investigando sobre casos relacionados con la violación de los derechos civiles en Estados Unidos. Ha recibido numerosos premios periodísticos y ha ocupado importantes cargos en el sector. The Jones Men fue escrita en 1974, tras el paso de Smith por Detroit como redactor jefe de Newsweek. Es la única novela de Smith publicada hasta la fecha, aunque parece que hay una segunda novela en marcha con el título de Dry Heat.
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