Mick Herron: Caballos lentos. Barcelona: Salamandra, 2018. 384 páginas. Traducción del inglés de Enrique de Hériz. Título original: Slow Horses. Soho Constable, 2010.
El servicio secreto británico siempre se ha caracterizado por sus imaginativas soluciones a los problemas burocráticos.
¿Qué se puede hacer con los funcionarios que han metido la pata hasta el fondo pero que saben demasiado del servicio como para despedirlos con cajas destempladas? Pues crear una oficina en la que arrinconarlos para que sigan cobrando del erario público sin que molesten demasiado. Hay que intentar que no se desesperen hasta la traición pero también impedirles que no vuelvan a las andadas y destrocen el buenhacer de los espías de verdad.
Al poco aseado y algo grasiento Jackson Lamb le han puesto a dirigir esta institución para agentes taradetes. La llaman "La Casa de la Ciénaga" y allí están estabulados todos los caballos lentos que durante su carrera han acumulado demasiada información. Una caterva de antisociales, timoratos, alcohólicos, etc. etc. dirigidos por el hombre que más repele a los mojigatos de Regent's Park.
Jackson Lamb es un hombre peligroso tanto para los enemigos cuanto para los aliados y nadie quiere tocarlo ni con un palo. Pero eso a él le da igual. No se rinde, es una espía a la vieja usanza que no se fía absolutamente de nadie y que respeta a rajatabla la principal regla del espionaje: no hay reglas.
Cuando un grupo de extremistas racistas botarates secuestra al sobrino adolescente de un importante personaje de la comunidad islámica y amenazan con cortarle la cabeza, Lamb comienza a sentir un repugnante olor a podrido en su reino y se dispone a saber qué hay detrás de este caso arrastrando tras de sí a toda la manada de inadaptados, desmotivados perdedores.
Como siempre, Jackson Lamb tendrá que enfrentarse tanto al enemigo exterior como a la jerarquía del servicio secreto, pero eso es lo que más placer le produce al jefe de la Casa de la Ciénaga.
Mick Herron da con el punto de equilibrio idóneo entre la ironía y la acción. Consigue tanto crear interés en la trama del caso investigado como ofrecer unos personajes sólidos que retratan lo más cercano del servicio secreto: su humanidad a través de los errores y negligencias que nos son propios. Un poco como hace el gran John Le Carré pero sustituyendo la amargura de la mala leche de Le Carré por la mala leche humorística.
Jackson Lamb es un justiciero al que sólo le importa él mismo, una especie de Ignatius J. Reilly con capacidades insospechadas.
Quién lee las novelas de Herron enseguida empatiza con los espías a los que dirige Jackson Lamb: venidos a menos, cansados y hastiados, pero a los que todavía les queda amor propio.
El sentido del humor con personajes excéntricos es el vehículo para una aguda crítica al espectáculo de la política y a la crueldad sin sentido del poder, a la demostración de la fuerza por el placer de ejercerla.
Herron ofrece una feria de las vanidades divertida y ácida en la que la carga al trote de los despreciados por el sistema hace temblar a las arrogantes fuerzas del estado.
¿Qué se puede hacer con los funcionarios que han metido la pata hasta el fondo pero que saben demasiado del servicio como para despedirlos con cajas destempladas? Pues crear una oficina en la que arrinconarlos para que sigan cobrando del erario público sin que molesten demasiado. Hay que intentar que no se desesperen hasta la traición pero también impedirles que no vuelvan a las andadas y destrocen el buenhacer de los espías de verdad.
Al poco aseado y algo grasiento Jackson Lamb le han puesto a dirigir esta institución para agentes taradetes. La llaman "La Casa de la Ciénaga" y allí están estabulados todos los caballos lentos que durante su carrera han acumulado demasiada información. Una caterva de antisociales, timoratos, alcohólicos, etc. etc. dirigidos por el hombre que más repele a los mojigatos de Regent's Park.
Jackson Lamb es un hombre peligroso tanto para los enemigos cuanto para los aliados y nadie quiere tocarlo ni con un palo. Pero eso a él le da igual. No se rinde, es una espía a la vieja usanza que no se fía absolutamente de nadie y que respeta a rajatabla la principal regla del espionaje: no hay reglas.
Cuando un grupo de extremistas racistas botarates secuestra al sobrino adolescente de un importante personaje de la comunidad islámica y amenazan con cortarle la cabeza, Lamb comienza a sentir un repugnante olor a podrido en su reino y se dispone a saber qué hay detrás de este caso arrastrando tras de sí a toda la manada de inadaptados, desmotivados perdedores.
Como siempre, Jackson Lamb tendrá que enfrentarse tanto al enemigo exterior como a la jerarquía del servicio secreto, pero eso es lo que más placer le produce al jefe de la Casa de la Ciénaga.
Mick Herron da con el punto de equilibrio idóneo entre la ironía y la acción. Consigue tanto crear interés en la trama del caso investigado como ofrecer unos personajes sólidos que retratan lo más cercano del servicio secreto: su humanidad a través de los errores y negligencias que nos son propios. Un poco como hace el gran John Le Carré pero sustituyendo la amargura de la mala leche de Le Carré por la mala leche humorística.
Jackson Lamb es un justiciero al que sólo le importa él mismo, una especie de Ignatius J. Reilly con capacidades insospechadas.
Quién lee las novelas de Herron enseguida empatiza con los espías a los que dirige Jackson Lamb: venidos a menos, cansados y hastiados, pero a los que todavía les queda amor propio.
El sentido del humor con personajes excéntricos es el vehículo para una aguda crítica al espectáculo de la política y a la crueldad sin sentido del poder, a la demostración de la fuerza por el placer de ejercerla.
Herron ofrece una feria de las vanidades divertida y ácida en la que la carga al trote de los despreciados por el sistema hace temblar a las arrogantes fuerzas del estado.
Mick Herron, Newcastle upon Tyle (UK) Escritor de novelas y cuentos. En 2010 comenzó la serie de espionaje protagonizada por Jackson Lamb: La Casa de la Ciénaga con Slow Horses, Caballos lentos, Barcelona: Salamandra, 2018. A esta la siguieron:
Dead Lions, 2013
The List, 2015
Real Tigers, 2016
Spook Street, 2017
London Rules, 2018
The Drop, 2018
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