Leonardo Padura: La transparencia del tiempo

Leonardo Padura: La transparencia del tiempo. Barcelona. Tusquets, 2018. 441 páginas.


Mario Conde no es un detective con licencia, en Cuba no están permitidos. Es un expolicía que se dedica a la compraventa de libros usados en La Habana que se ve arrastrado de tanto en tanto a investigaciones criminales.

En 2014 Mario Conde anda deprimido porque está a punto de cumplir los sesenta años y todo se lo recuerda. Deprimido porque algunos de sus amigos han emigrado y otros están a punto de hacerlo. Deprimido porque la situación política y social cubana es caótica y no parece que nadie tenga ganas de cambiarla.

Un amigo del colegio demanda ayuda a Mario Conde. Su último novio le ha desvalijado la casa. Y el alijo tiene su importancia: algunas piezas de arte no remarcables, algunos recuerdos familiares y, ante todo, una talla de una virgen cristiana negra que su familia trajo desde España durante la guerra civil.
Bobby, la víctima amigo del Conde, asegura que la imagen tiene, además de un fuerte valor sentimental, un portentoso valor milagroso: la virgen obra prodigios increíbles, como haber curado el cáncer del propio Bobby.
Mario Conde investiga entre los círculos de tratantes y traficantes de arte de la isla. Ello le lleva de las más altas esferas económicas, importantes galeristas con contactos internacionales dispuestos a vender el patrimonio artístico cubano, a los ambientes del hampa que en muchos casos suministran a los grandes contrabandistas. Mario Conde visita alguno de los bellísimos palacetes rehabilitados que son la sede de las nuevas fortunas y visita también los nuevos arrabales precarios, no reconocidos por el poder político y sin ley estatal, formado por los emigrantes del oriente cubano que subsisten con trabajos miserables -en el mejor de los casos-.
Conde descubre que la virgen negra tiene también un valor monetario enorme y descubre también (bueno, esto ya lo sabía) que la gente es capaz de asesinar por conseguir una fortuna: el amante de Bobby y uno de los traficantes de obras de arte aparecen muertos, víctimas de un verdugo violento y cruel. El propio Conde sufrirá en sus huesos la contundencia de la avaricia.

No resulta fácil saber quién, de los muchos implicados, está detrás de las muertes, ya que todos están interesados en la virgen negra, y la mayoría de ellos son redomados mentirosos difíciles de desvelar. Además a la policía no le hace mucha gracia que el Conde ande husmeando en asuntos que son de incumbencia exclusivamente policial. Ya hay un asesino suelto que está dispuesto a llevarselo por delante si es necesario. Y Mario Conde está a punto de cumplir sesenta años y está harto de sus limitaciones físicas y de las mezquindades de lso demás.

Leonardo Padura hace pasear a Mario Conde por La Habana, por las zonas más ricas y por las más deprimidas. Crea una red de tratantes de obras de arte interclasista: algunos de sus integrantes viven en lujosas mansiones rehabilitadas, otros en las nuevas barriadas alegales levantadas por los emigrantes del oriente cubano. Conde tiene que interrogar a unos y otros, moverse entre los dos ambientes, así es como se consigue un paseante deprimido que describe ambos ambientes y a sus habitantes. 
No esperen en Padura una crítica demoledora del sistema, ni un apoyo a éste, encontraran una descripción poco generosa de la situación de la Cuba contemporánea, unos personajes que no creen ni en su estado ni en sus políticos, cada uno de ellos buscándose la vida aunque sea a costa de los demás. Una sociedad desestructurada políticamente con los antiguos logros revolucionarios casi desaparecidos.
Encontrarán también una doble acción. Además de la investigación en busca de la imagen cristiana y del desvelamiento de los asesinatos, Padura hace que uno de los personajes explique la historia de esta virgen desde el medievo. Unos tales Antoni Barral se suceden con el mismo nombre a través de los siglos para explicar su relación con el icono, un trasunto del halcón maltés de Hammett.
Y ahí tiene las dos historias: la muerte, la codicia y el poder rodearán siempre a la talla que busca un Mario Conde todavía más deprimido que en otras ocasiones por hallarse a las puertas de la vejez. Nada más que la amistad, el amor, anima al viejo detective, al flâneur de La Habana.


notasomargonzalez.blogspot.com
Leonardo Padura, La Habana, 1955. Estudio literatura latinoamericana en la universidad de La Habana y trabajó como periodista de investigación. Ha escrito, guiones, ensayos y novelas. Ha recibido los más importantes premios y distinciones, entre ellos el premio princesa de Asturias de las Letras en 2015. Es famosa su serie de novelas protagonizadas por el expolicía Mario Conde:
Pasado perfecto. Barcelona: Tusquets, 2000.
Vientos de cuaresma. Barcelona: Tusquets, 2001.
Máscaras. Barcelona: Tusquets, 1997.
Paisaje de otoño. Barcelona: Tusquets, 1998.
Adiós Hemingway. Barcelona: Tusquets, 2006.
La neblina del ayer. Barcelona: Tusquets, 2009.
La cola de la serpiente. Barcelona: Tusquets, 2011.
Herejes. Barcelona: Tusquets, 2013.
La transparencia del tiempo. Barcelona: Tusquets, 2018.

1 comentario :

  1. SOY ADICTA A LEER LAS PUBLICACIONES DE PADURA, PERO HACE AÑOS QUE NO CONSIGO UN LIBRO DE EL

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