Clarence Cooper Jr.: La Escena
Clarence Cooper Jr.: La Escena. Barcelona: Sajalín editores, 2016. 369 páginas. Traducción del inglés (USA) de Guido Sender. Título original: The Scene, Crown, 1960.
La Escena es un barrio degradado de una gran ciudad anónima estadounidense. Un barrio de negros en la década de los años 60. La heroína es el eje sobre el que gira la vida de todos los nabitantes de la Escena. Hay un capo que maneja desde la sombra el negocio de la droga: el Hombre lo llaman. Yonquis, camellos y policías quieren acercarse a él: los policías lo acechan para desmontar su red criminal, los yonquis para conseguir que les eleve a la desahogada categoría de camellos, los camellos para que los promocione dentro del negocio. Pero el Hombre es escurridizo.
En la Escena no hay un código ético, hay que resguardarse de los amigos y de la ley tanto como de los enemigos. Los yonquis no tiene ningún problema en que se sepa que son soplones de la policía si con ello consiguen atemorizar a cuatro timoratos y logran un par de tapones de heroína más, y los pequeños traficantes no tiene ningún problema en cargarse a los sospechosos de chivatazos si es lo que ordena el Hombre. Eso es lo que ha hecho uno de los personajes más activos de la escena: Rudy Black le ha metido un chute mortal a uno de los indeseables del barrio. El Hombre le ha dado a Black lo que siempre ha deseado: un puesto de camello que le permite ganar pasta y tener una fuente constante de droga. Sobre todo ahora que la persecución policial ha reducido al mínimo el tráfico.
El viejo policía de la brigada de estupefacientes Mance Davis conoce mejor que nadie la vida de la Escena. Le acaban de asignar como compañero a un joven diplomado negro sin experiencia en el mundo de la droga, Virgil Patterson. Tienen una misión: desmontar el negocio de la Escena y descubrir quién es el gran jefe capitalista que está por encima de el Hombre. Saben que si lo consiguen sólo será una tregua, pronto habrá una organización que ocupe el lugar de la desmantelada, pero los asesinatos y la violencia están aumentando en el barrio desde que el suministro de heroína ha caído. Hay que actuar con rapidez antes de que la Escena se convierta en una zona arrasada. Y que los métodos sean legales no es lo más importante.
Clarence Cooper Jr. utiliza la trama policial para describir la vida de los drogadictos. Las pesquisas de Davis y Patterson se le quedan cortas para recorrer todos los instantes de las existencias de los yonquis, al fin y al cabo la mayoría de ellos son capaces de mentir hasta donde haga falta para conseguir un chute y su comportamiento delante de la policía no tiene nada que ver con cómo se relacionan ente ellos cuando la fuerza de la ley desaparece. Así que Cooper hace que su narrador acompañe las acciones de diferentes personajes: los policías como espina dorsal de la acción, y Rudy Black, el reprobable criminal con un código de honor, como prototipo del lumpen corrupto. Pero también se fija en las ladronas yonquis que van perdiendo habilidad y en las putas yonquis que van perdiendo juventud y en los camellos establecidos que intentan pasar desapercibidos pero que son capaces de pisar el cuello de su propia familia, y en los yonquis que quieren quitarse de la adicción, y en los camellos soplones, y en los blanquitos para los que todo empezó como un juego, y en los policías a los que no les importa utilizar la buena violencia de siempre, y en policías corruptos, y en muchos personajes más.
Una buena veintena de personajes trazados con vigor y sin piedad que, más allá de la sencilla intriga detectivesca, sirven para descubrir como la droga exacerbó la miseria de la pobreza y del racismo. Son los pobres los que padecen los efectos devastadores de la dependencia sin recursos. Los ricos siguen ganando dinero a expensas de su degradación. Las desigualdades de siempre intensificadas por la necesidad de recurrir a la dosis diaria. La necesidad física de colocarse está por encima de las consideraciones éticas. La descripción de esta pérdida de valores es lo que mantiene la intriga de la novela: los personajes pueden cambiar de opinión y cometer las más disparatadas hazañas por conseguir un pico. Todos mienten y todos saben que los demás, con seguridad, les están mintiendo.
En esta cruda novela sin concesiones de Clarence Cooper Jr. no hay valores sólidos, la droga ha licuado la endeble red social. La Escena es el retrato de las víctimas.
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BOMB Magazine |
Clarence Cooper Jr. Detroit, 1934 - New York, 1978. Trabajó como editor en The Chicago Messenger. Sus novelas giran en torno a la sociedad americana de raza negra, los problemas de las drogas y el mundo carcelario. Él mismo fue adicto a las drogas y estuvo algún tiempo en prisión. La primero de sus libros, The Scene tuvo un cierto éxito de crítica y público. El resto de sus seis novelas no tuvieron tan buena acogida y fueron publicadas en colecciones pulp. Murió, adicto a la heroína, en 1978.
La Escena, Barcelona: Sajalín, 2016 es su única novela disponible en castellano.
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