Andreu Martín: La violencia justa. Barcelona: RBA, 2016. 438 páginas.
La violència justa. Barcelona: La Magrana, 2016. 438 páginas.
Alexis Rodón es el jefe de seguridad de los elegantes almacenes de diseño de alta gama MonDeMon. Ciudad de Barcelona, invierno de 2014. La vida de Alexis Rodón cambió años atrás, cuando fue expulsado de los Mossos d'Esquadra tras ser juzgado (y absuelto) por torturas. En los medios permaneció la versión de que utilizó la violencia para vengarse de un secuestrador que había encerrado en un ataúd metálico a una niña que acabó muriendo en su prisión de pánico o claustrofobia. Su historial de mano larga en el cuerpo no le ayudó. Violencia desproporcionada.
Alexis Rodón dirige ahora con eficacia un amplio dispositivo que lucha contra los hurtos en MonDeMon. Una de las ladronas atrapada in fraganti, Adela Balanescu, aterrada por lo que le puede pasar a su hijo pequeño si es entregada a la policía le cuenta a Rodón una historia escalofriante: la red que le obliga a prostituirse, una rama venida a menos del poderoso clan de los Semiònov, la liderada por Txon Klein y su hijo Marlon "Rottweiler", ha decidido reverdecer laureles mediante la prostitución de niños pequeños y bebés.
El espíritu justiciero de Rodón recurre a su antigua metodología policial y, con la ayuda de un mosso infiltrado, Enric Mayoral, de su todavía amigo, el intendente Xavi Pallars, y de su exmujer, la jueza Isabel Uribe, comienza el acecho de la banda de proxenetas.
Teresa Olivella trabaja como cocinera en uno de los cientos de restaurantes de comida casera de Barcelona. Utiliza el trabajo como terapia para construir una personalidad que le permita convivir con el trauma que le provocó la muerte de su hijo. Cuando huía de su marido, un maltratador violento, la primera vez que intentó defenderse, se estampó con el coche provocando que el niño saliera volando a través del parabrisas y muriera en el acto. A ella le quedaron secuelas físicas que ha ido corrigiendo con la cirugía y el ejercicio. Las psíquicas cree que sólo las sanará cuando torture a su exmarido, Ángel Orgaz, cuando pague por los años de desprecio y violencia. Pero necesita una mano ejecutora, ella no es capaz de utilizar la violencia.
Teresa Olivella cree que Alexis Rodón, al que ha investigado en profundidad, puede ser la persona ideal para llevar a cabo su venganza, así que comienza un acercamiento que acaba en una relación sexual y afectiva de mutua dependencia. Teresa Olivella está preparada para hacer impartir justicia, pero Alexis Rodón está atrapado en una espiral de violencia sin freno en su persecución de los Semiònov y no tiene tiempo ni energía para comprender las necesidades de Teresa Olivella. Tal vez cuando se de cuenta de la magnitud de ambos problemas sea demasiado tarde.
Andreu Martín ha construido una memorable historia de violencia. Una novela muy negra, con personajes con múltiples caras, complejos, capaces de cambiar de opinión, de darle giros creíbles a la historia, de convencer al lector de que la violencia extremada que aparece en la novela, que el elevado número de asesinatos es posible.
Martín ha recurrido a dos narradores en primera persona: Alexis Rodón y Teresa Olivella van contando en presente como transcurre su vida y van desgranando a través de recuerdos y conversaciones compartidas cómo hubo un punto culminante en el pasado en el que la violencia arruinó cualquier oportunidad de una cotidianidad "normal".
El ritmo narrativo sostenido en dos tramas en principio independientes, una de violencia casera y otra de violencia industrial, por decirlo así, es perfecto. La unión entre las dos tramas fluida. Conforme la historia llega a su desenlace los capítulos se acortan para incrementar el suspense que llega al clímax en unas escenas de acción descritas con una claridad maestra. Las escenas más violentas son narradas por los dos protagonistas de manera sobria, objetiva, sin añadir más detalles escabrosos que los que el momento exige.
Muchas veces los personajes de la novela no provocan las situaciones violentas, se llega a ellas de manera fortuita, accidental, pero una vez que salta la espoleta nada puede contener la onda expansiva. Sostiene Martín que hay que ir con cuidado con la violencia latente que nos rodea. Un resbalón inesperado y la feliz monotonía pude convertirse en sinfín de horror.
La violencia justa es una ejemplo espléndido del género negro, una novela ambiciosa que muestra la violencia a gran y pequeña escala. Una novela realista y contundente de un inspirado y eficaz Andreu Martín.
Los escupitajos de las cucarachas. Alzira: Algar, 2014
Les escopinades del escarabats. Alzira: Bromera, 2014
Societat Negra. Barcelona: La Magrana, 2013
Sociedad Negra. Barcelona: RBA, 2013
Història de mort. Barcelona: Alrevés, 2011
y la guía de lectura y escritura
Cómo escribo novela policíaca. Barcelona: Alba, 2015
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